Depósito donde confluían los distintos manantiales.
Fotohistoria de Cartagena

La Fuente Santa y el Monasterio de San Juan, tesoros que perduran en el tiempo

Luis Miguel Pérez Adán

Historiador y documentalista

Sábado, 29 de julio 2023, 09:33

Cartagena esconde entre sus rincones numerosos tesoros históricos que narran el pasado glorioso de sus antepasados. Uno de estos tesoros es la Fuente Santa, un ... manantial de aguas considerado invaluable desde, al menos, el siglo XIII. Aunque no se puede confirmar su origen exacto, algunos historiadores aventuran que su uso podría remontarse a épocas romanas.

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En mayo de 1256, el Manantial de San Juan fue concedido a los frailes ermitaños de la Orden de San Agustín por el rey Alfonso X, a pesar de pertenecer a la ciudad en virtud del privilegio otorgado por Fernando III. Este manantial, conocido como Fuente Santa, fue el epicentro de la concesión otorgada por Alfonso X para establecer un monasterio de la Orden de San Agustín: el convento de San Juan.

Conocemos la existencia de este Privilegio Rodado por el que otorga a los frailes agustinos de San Ginés de la Jara el establecimiento de un monasterio en la Fuente Santa, bajo la advocación de San Juan Bautista, a través de J. Jordán publicada en 1705 bajo el título: «Historia de la orden de N.P. San Agustín en la Corona de Aragón».

En el citado privilegio con sello de plomo del Rey Sabio y escrito en Brihuega el 30 de mayo de 1256 se transcribe literalmente entre otras cosas: «E otorgo e, otrosi, do al monasterio de San Juan dicho e a los frayres que agora son y serán de aquí adelante para siempre jamas, cinco yugadas de heredad cada un año e tres en el mio quarto que yo tuve para mi en El Albujon, que estqa termino de Cartagena, por juro heredad. Qu fangan dello todo lo quisieren como de losuyo mismo e sea a pro de su monasterio. E todo esto sobredicho les do en heredad para siempre jamas, para ellos e para todos sus frayres que después vinieren».

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A lo largo de los siglos, el Convento de San Juan fue el hogar de estos monjes agustinos, en lo que seguramente, podemos afirmar, sería el primer convento existente en el entorno de Cartagena, hasta 1552, cuando se trasladaron al Convento de San Leandro, en el interior del recinto urbano. Desafortunadamente, a día de hoy apenas quedan restos de este monasterio; solo algunos elementos y un par de muros en pie que evocan su antiguo esplendor, según una visita reciente que hemos podido realizar.

Pero lo realmente importante no era el monasterio sino la fuente de agua que manaba del interior de sus muros, también conocida como Fuente Santa. Debemos tener en cuenta la existencia de un caudal alternativo proveniente del manantial de San Natalio o San Atalio, cuya unión de caudales aún desconocemos. Este manantial manaba de un nacimiento situado en la ladera sur del Cabezo de San Juan (actualmente conocido como El Calvario y junto al actual cementerio de los Remedios), descendiendo hasta una balsa rectangular donde se unía con el caudal principal.

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En un esfuerzo por remediar la escasez de agua de estos manantiales, se unieron las aguas de la Fontanilla, un manantial situado en el citado monte, en un depósito rectangular y abovedado que aún perdura en el paraje. Esta unión de caudales ha sido conocida indistintamente como Fuente Santa o de San Juan, lo que sugiere una fusión de creencias religiosas que podrían haberse asimilado desde épocas anteriores al cristianismo.

Reconocimiento y protección

La riqueza hídrica que una vez tuvo este lugar se ha visto afectada por la acción humana a lo largo del tiempo, pero aún persiste un paraje singular y valioso que guarda la memoria de épocas remotas de Cartagena. La presencia del convento, establecido a finales del siglo XIII, su advocación a San Juan, y la tradición de los ciudadanos de Cartagena de acudir allí a por agua dulce que, durante siglos, abasteció a toda la ciudad de este escaso elemento, haciendo posible la propia existencia de Cartagena. Nada más que por esta razón ya tendría que ser considerado un lugar de excepción.

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En vista de la importancia histórica y cultural de la Fuente Santa y el entorno del antiguo Monasterio de San Juan, proponemos su protección y puesta en valor para que las futuras generaciones puedan apreciar y comprender la grandeza de nuestro patrimonio histórico.

Estos tesoros históricos, como la Fuente Santa y el Monasterio de San Juan, no solo enriquecen nuestra identidad como ciudad, sino que también son puntos de referencia para conectar con nuestro pasado y honrar a quienes contribuyeron a forjar la historia de Cartagena.

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Invitamos a las administraciones local y regional, así como a los ciudadanos, a unirse en el esfuerzo de preservar y proteger estos tesoros históricos para que sigan siendo una fuente de inspiración y conocimiento para las futuras generaciones. Juntos, podemos asegurar que la historia de Cartagena continúe viva y presente en nuestros corazones y en el paisaje de nuestra querida ciudad.

Que estas joyas históricas de Cartagena sigan brillando como faros de nuestro pasado, iluminando el camino hacia un futuro en el que la historia y la cultura sigan siendo piedras angulares de nuestra identidad colectiva.

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