Diez inviernos para la guasa

Este grupo carnavalero de componentes treintañeros cumple una década y lo celebra con una exposición en la cafetería El Soldadito de Plomo. Se puede visitar hasta el domingo 11 de febrero. Allí muestran todos los trajes que han utilizado a lo largo de este tiempo como el de sacabarrigas, el de corredor de la Ruta de las Fortalezas y el de rey Carlos de Inglaterra.

Se definen como una chirigota callejera, un grupo de amigos que se reúne a pasarlo bien y utiliza los cuplés, pasodobles y popurrís como forma de expresar sus críticas sociales y reivindicaciones políticas. Las constantes referencias a asuntos locales en sus letras les hace ser uno de los grupos más queridos por el público.

«Nos transmiten que les gusta mucho. Al final lo que quiere la gente es escuchar chistes de cosas cercanas a ellos», comenta Eduardo Carrión, uno de los integrantes más veteranos de la chirigota. Este año mencionan entre otras cosas los nuevos semáforos de la Alameda, y lo mal que va el FC Cartagena en la clasificación. «La gente nos escribe por redes para saber dónde actuamos y recibimos mucho apoyo», cuenta, ya que el es el encargado de gestionar su Instagram.

Estas composiciones no sonarán sobre el escenario de El Batel en el concurso ya que «somos una chirigota callejera, no participamos desde 2020, ya solo salimos a la calle». Tomaron esta decisión porque ir al concurso implica más ensayos, también más desembolso económico y, sobre todo, tiempo. Ensayan dos veces a la semana, martes y jueves, de nueve y media de la noche a las once y media, aunque casi siempre se les hacen las doce.

«Llevamos tres años así y somos felices, lo disfrutamos mucho más en la calle. La gente se acerca, nosotros somos más libres de organizarnos como queramos, decir lo que queramos y en el orden que queramos», explica Carrión. «Así podemos actuar antes del concurso», añade Alejandro Ramírez, uno de los guitarristas del grupo. Este fin de semana estarán por la calle Mayor y la plaza San Francisco. «Somos un grupo de amigos, nos conocemos de toda la vida y muchos estamos juntos en una tropa de Carthagineses, al final cuando nos juntamos lo pasamos bien, es nuestro ocio», aclara Carrión, que es profesor universitario.

Ramírez guarda un especial recuerdo del año 2016, cuando se vistieron de corredores de la Ruta de las Fortalezas. «Gustó mucho y estuvimos actuando por toda la Región, hicimos una puesta en escena brutal, construimos una mesa de avituallamiento y una ambulancia a tamaño real. ¡Cuánta goma eva pudimos gastar!», bromea. Ellos mismos se encargan de elaborar disfraces y decorados.

Aunque a lo largo de esta década también se han enfrentado a obstáculos. «Vamos a desaparecer porque no hay relevo generacional, nosotros no pudimos salir en 2019 porque Alejandro no estaba y no teníamos guitarra, no hay compromiso», lamenta Carrión. Además es difícil encontrar un local de ensayo.

Alejandro Aguayo es el director de la chirigota y Abraham Graña, enfermero de profesión, el letrista encargado de componer las canciones. De la parte instrumental se encargan Alejandro Ramírez, Eduardo de Miguel y Pablo Romero a la guitarra, Jaime Vélez con la caja y Diego Gambín con el bombo. Eduardo Carrión, José Enrique Celdrán, Alejandro David Sánchez, Sergio de Paco, Ángel Pividal, Adolfo Sánchez, Alberto Jerez y Arturo Ribera completan el grupo.