Defensa apuntalará la antigua batería militar de La Podadera y prevé restaurarla
El Ministerio valló varias zonas del perímetro hace unas semanas y colocará andamios para evitar derrumbes tras la presión de Aforca y Ayuntamiento
El deterioro de las antiguas baterías militares de costa de Cartagena, un impresionante patrimonio arquitectónico que sigue pendiente de inversiones para su recuperación y ... posible apertura a la visitas, tiene en La Podadera uno de los ejemplos más preocupantes. El muro de mampostería y su cordón de coronación amenazan con derrumbarse hacia al mar, lo que llevó en diciembre a la asociación Aforca y al Pleno del Ayuntamiento (a través de una moción de la concejal MC María Dolores Ruiz aprobada por unanimidad) a lanzar un SOS para que el Gobierno de España realizara con urgencia obras de consolidación. Ayer, el Ministerio de Defensa comunicó al Consistorio que hará una intervención para «grantizar la protección de las estructuras de la batería que se encuentran en peligro, concretamente el Muro de Aspilleras».
Así lo hizo público la alcaldesa, Ana Belén Castejón, quien indicó que el ministerio (propietario del inmueble a través del Arsenal Militar de Cartagena) tiene para estas «medidas cautelares» un presupuesto de 80.000 euros. Esta cantidad le permitirá contratar, mediante el procedimiento de emergencia, la protección y el apeo de los elementos que pueden venirse abajo.
«Además, se interrumpirá el libre acceso a la zona de peligro mediante vallado y la señalización, para garantizar la seguridad de los visitantes», informó el Ministerio a la corporación local. Hace varias semanas, Defensa puso ya un primer vallado en varias zonas de este complejo arquitectónico del siglo XIX, situado al sur del monte Galeras.
MC presentó una moción ante el riesgo de caída de un muro al mar, lo que Defensa quiere evitar con un gasto de 80.000 euros
En una segunda fase, el departamento de Defensa llevará a cabo trabajos de estudio, de documentación y de prospección del conjunto de la batería, para acometer la redacción del correspondiente Proyecto de Restauración.
Castejón aplaude la iniciativa
Por el momento, no hay fecha para la licitación de este plan de embellecimiento ni para la ejecución de las obras, así como tampoco presupuesto. En todo caso, Castejón aplaudió ayer la reacción del ministerio dirigido por Margarita Robles. «Las baterías están protegidas y debemos garantizar su conservación. Son parte fundamental de nuestro patrimonio y estamos trabajando para que todas se recuperen, aunque es una tarea muy compleja. Hay que agradecer al Ministerio de Defensa su predisposición», dijo la regidora. Y recordó que «hace unos meses, restauró la parte de la Muralla de Carlos III que hay junto a Navantia». Se refirió así a las obras de recuperación del Baluarte número 9 del citado lienzo, un Bien de Interés Cultural (BIC) construido en el siglo XVIII y que recibió una inyección estatal de 233.841,12 euros. Defensa actuó entonces tras consentir el derrumbe del muro durante las lluvias torrenciales de la primavera de 2020. Y ello, a pesar de las denuncias de Aforca (Asociación de Amigos de las Fortalezas y Castillos de Cartagena), que incluyó el baluarte en la lista de elementos del patrimonio defensivo-militar más vulnerables por su abandono.
Entre tanto, el Ayuntamiento ha solicitado fondos europeos del programa de reactivación tras la Covid -19 para las arreglar las baterías. Ha planteado la actualización del Plan Director del Sistema Defensivo, vinculado a actividades culturales y turísticas.
Fuentes municipales recordaron este viernes que La Podadera «es una de las baterías de costa más antiguas de Cartagena» y que sus orígenes se remontan a finales del siglo XVII. No obstante, «fue reformada en varias ocasiones hasta resultar el edificio actual, fruto de una obra realizada a finales del siglo XIX».
El presidente de Aforca, Juan Lorenzo Gómez-Vizcaíno, apremió a las autoridades a concretar los proyectos de restauración de La Podadera y del resto de fortificaciones. «El vallado de este patrimonio puede ser puntualmente necesario, pero no puede prolongarse en el tiempo como solución permanente», señaló.
El presidente de Aforca, quien envió en diciembre un detallado escrito sobre la batería al almirante del Arsenal, Pedro Luis de la Puente, advirtió de que «no se pueden poner barreras al campo». «Así se ha demostrado en San Julián, Atalaya, San Leandro y Moros, donde se instalaron vallas para asegurar la seguridad de estos monumentos y de sus visitantes, pero fueron derribadas de inmediato, de forma tan vandálica como esperada».
Gómez-Vizcaíno apuntó que «la apuesta de Cartagena para su posible declaración como Patrimonio de la Humanidad, basada en su rico y variado patrimonio defensivo, ha sido tan acertada como forzada por la realidad».
Limpieza y seguridad
A su juicio, «la gran afluencia ciudadana que se está produciendo [al entorno de las baterías], con motivo de la pandemia, supera a las actuales condiciones de estas posiciones». Estas construcciones, concluyó, «demandan actuaciones urgentes de restauración, mantenimiento, limpieza, señalización o seguridad».
Aluvión de visitas al entorno de los fuertes por la Covid
El presidente de Aforca, Juan Lorenzo Gómez-Vizcaíno, reflexionó ayer sobre el hecho de que las restricciones sanitarias causadas por la Covid -19, en particular el confinamiento municipal, «ha disparado exponencialmente» desde la primavera de 2020 «la afluencia a las viejas baterías de costa y castillos de Cartagena» por parte de los vecinos, al estar ubicadas en montes. Esta situación ha despertado un interés por fuertes, castillos y baterías como la de La Podadera que contrasta con su histórico abandono.
«Aforca situaba antes de la pandemia en torno a las 42.000 las visitas que recibía anualmente este importante patrimonio de fortificaciones militares. Las realizaban principalmente senderistas, excursionistas, ciclistas de montaña y deportistas en general. Pero la búsqueda de actividades lúdicas de conciliación familiar en entornos seguros al aire libre ha producido un significativo aumento de ciudadanos», celebró Gómez-Vizcaíno.
Y destacó que «acompañados de familia, niños o mascotas», los cartageneros «visitan las fortificaciones, animados, también, por el 'boca a boca' de la excepcional belleza arquitectónica y paisajística de estos enclaves de nuestro litoral». Citó como ejemplos Cenizas, Castillitos, Roldán y el Frente Derecho: el entorno de Fajardo y Galeras.
Paisajes «excepcionales»
Este fenómeno, apuntó, «llama la atención diariamente, y de modo significativo los fines de semana, donde se torna complicado encontrar aparcamiento para iniciar la excursión o para mantener en algunos momentos la distancia de seguridad entre grupos familiares en los senderos o pistas militares».
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