Una decena de 'edificios fantasma' a medio construir en Cartagena esperan una segunda oportunidad
La modificación de los proyectos, la falta de recursos económicos, los trámites administrativos y la nula rentabilidad, entre las causas del abandono
Unos solo tienen la estructura y no queda rastro de los albañiles. Otros están rodeados de altos matorrales que apenas dejan espacio para pasar a ... su interior, vacío y sin ningún uso. También los hay recién abandonados y en los que en sus diferentes plantas aún quedan apilados materiales de construcción. Los hay públicos y privados, destinados a viviendas a uso comercial e, incluso, a albergar a empresas. Cada uno tiene su peculiaridad y su problemática, pero a todos les une la ausencia absoluta de vida en su interior. El municipio tiene, al menos, una decena de 'edificios fantasma', grandes moles en algunos casos que han quedado en el olvido de sus promotores a la espera de una segunda vida. Los hay en la costa, en el casco antiguo, en los barrios y en las diputaciones. El encarecimiento por la modificación de los proyectos, la falta de recursos económicos, los trámites administrativos y la nula rentabilidad están entre las causas del abandono, según diferentes fuentes empresariales.
Uno de los últimos que ha quedado en ese estado es una urbanización de lujo ubicada en la cala del Descargador, en Cabo de Palos. La obra está paralizada desde hace más de tres meses. La última empresa promotora, y ya van tres, frenó la obra por los problemas de filtraciones que una vez construida la estructura y dividido en el interior han comenzado a dar la cara. Los múltiples problemas hacen inviable este proyecto, aparentemente, que ya de por sí lleva recorrido por los innumerables trámites y dificultades que tuvo que solventar al principio, entre ellas lograr la licencia y autorización medioambiental para eliminar parte de un monte pegado a la playa.
Los vecinos de Cala Flores solicitaron a la Demarcación de Costas del Estado en la Región de Murcia, a la Comunidad Autónoma e incluso a la Fiscalía que paralizara las obras. La construcción siguió, pero ahora, cuando el proyecto ya casi es una realidad, temen que la mole quede en la zona para siempre sin uso. Una nueva constructora se ha hecho con los derechos del residencial para terminarlo.
En un estado menos avanzado se quedó el edificio de 68 viviendas iniciado en 2008 en la calle Muralla de Tierra de Cartagena, primer proyecto residencial en el Monte Sacro. Se quedó en los huesos hace una década y así seguirá al menos en los próximos años, hasta que la empresa propietaria, la Compañía Urbanizadora de la Ribera Sur del Mar Menor (Ribenor) decida retomar los trabajos. Se asienta en la cara norte del Monte Sacro, justo por debajo del molino de viento que fue posteriormente restaurado. Sus inicios ya revistieron cierta complicación. Los trabajos fueron paralizados en dos ocasiones en cumplimiento de una serie de medidas cautelares, por la posible afección a la Muralla de Carlos III, que continúa enterrada a sus pies, en el terraplén que da a la calle.
Apartamentos turísticos
En una situación similar está otro edificio, este más pequeño que el anterior, en la calle Cuatro Santos, que iba ser destinado a apartamentos turísticos. Aunque han sido varias las ocasiones en que el dueño ha retomado las obras, aún sigue en el esqueleto. Muy cerca de allí, en la calle Duque, casi frente al lateral del Palacio Aguirre, también hay otro edificio que sería destinado a uso turístico que ha estado casi dos años parado. Ahora un grupo de albañiles se centra en el arreglo del lateral del inmueble, pero el centro continua sin actividad y en esqueleto. Más avanzados, ya casi para entrar a vivir, se quedaron otra media docena casas en la calle Tomillo de Cabo de Palos.
Así también está el edificio que la clínica privada Ibermutuamur construye en Santa Lucía, junto al instituto y frente al Depósito Franco. La inversión para reunificar todos los servicios en un mismo inmueble supera los 5 millones de euros, pero un modificado en el proyecto mantiene los trabajos al ralentí desde hace más de dos meses.
Igual está una promoción de diez dúplex en Las Palas, concretamente en la calle Maíz. Lleva así casi diez años. El constructor tuvo que abandonar la obra por falta de recursos. Y en Nueva Cartagena, una parcela de más de 7.000 metros cuadrados está ocupada por una estructura destinada en su día a uso comercial en la que tan solo hay una tienda, un supermercado Spar. El resto está solo la estructura de hormigón desde hace más de veinte años. Esta entre las calles Picos de Europa y Sierra Cazorla.
En cuanto a edificios público están, además de la Casa Isaac Peral, que no termina de salir, el antiguo inmueble de parte del que un día fue el primer inmueble de la fallida Ciudad de los Contenidos Digitales, también conocida como Contentpolis, en el polígono industrial Los Camachos. Lleva parado más de una década y media. Los empresarios comenzaron a construir allí su sede, pero la empresa encargada de la obra la abandonó a medias por el encarecimiento de los materiales.
No obstante, aún son varias las urbanizaciones o edificios situados en el municipio que, pese a estar acabados, siguen a la espera de tener vida. En algunos casos, se encuentran a la venta inmuebles casi terminados y en otros, hay una serie de trámites pendientes que no se acaban de realizar.
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El precio del suelo, de la mano de obra y de los materiales frenan proyectos de promotores
Los empresarios de la construcción han echado el freno de mano a muchos de sus proyectos en Cartagena. Dicen que las cuentas no les salen y la mayoría prefiere esperar mejores tiempos para poner en marcha promociones de viviendas. Desde el sector aseguran que el precio del suelo en Cartagena, sobre todo en el casco antiguo, el coste de la mano de obra, las dificultades que hay para encontrar a trabajadores cualificados y el encarecimiento de los materiales son las causas de que en el municipio apenas haya construcciones en marcha.
El sector calcula que los materiales de la construcción arrastran una subida media del 30% y, aunque solo representan el 40% del coste total de una promoción, aseguran que esto, unido a otras subidas (como las de la energía, los salarios o el suelo), ha empujado a muchos promotores y constructoras a actualizar tarifas, para hacer las promociones rentables. A otros, esta subida les es imposible aplicarla, ya que tendrían que incrementar los precios de una vivienda de entre 90 y 100 metros cuadrados, por encima de los 300.000 euros, eso fuera del casco antiguo.
En el centro histórico, el metro cuadrado construido se ha disparado tanto que a los empresarios de la construcción no les es rentable poner en marcha una promoción de viviendas. También reprueban que a todo el gasto que ya de por sí tienen hay que sumar el proyecto de impacto ambiental y los de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) si el terreno es inundable, entre otros.
Pese a ello, en Cartagena todavía hay quien se atreve a levantar un bloque de pisos. Sin ir más lejos, el Grupo Unión prevé construir en la plaza San Francisco y en la de José María Artés. Urbincasa también se plantea su proyecto en la calle Arco de la Caridad, según indican fuentes empresariales.
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