Los Belones, el pasado de las fiestas

La romería belonera constituye una vuelta al principio, al manantial del agua que propició la comunidad local. Ya lo señalábamos en un artículo anterior publicado en LA VERDAD, el origen del topónimo Belones procede del apellido de los hermanos marselleses José y Manuel Bellón, hombres de negocios que llegaron a Cartagena en el año 1776, adquiriendo tierras entre la Fuente Grande y la Fuente Chica. Para 1803 ya se habían instalado moradores en dicho paraje, atraídos por la actividad agraria desplegada merced a estos manatiales. Este es el comienzo del pueblo. Por tanto, la romería que se celebra con la imagen del patrón, desde la ermita en el centro de la población, hasta la Fuente Grande rememora, de una manera consciente o no, el nacimiento de la comunidad local.

'El Noticiario de Cartagena' del domingo 16 de mayo de 1956 daba cuenta de las fiestas beloneras o ermitañas (los dos gentilicios de los pobladores), destacando la gran carrera ciclista cuyo itinerario sumaba cincuenta kilómetros desde El Sabinar a Cabo de Palos. Los corredores victoriosos obtendrían un primer premio de 150 pesetas, el segundo de 100 y 50 el tercero en alcanzar la línea de meta. La comisión invitaba a la participación de corredores, aficionados y motoristas, añadiendo: «Espera participéis en esta gran carrera por el ansia del premio de superaros los unos; con la idea de enseñar, los otros, y sirviendo de escolta los motoristas».

En este mismo medio escribía el corresponsal Pascual García Mateos sobre las fiestas del 14 al 17 de mayo de 1959: novena y canto del himno al patrón, apertura de los estudios La Voz de la Feria en los que harán declaraciones los miembros de la comisión. Otras propuestas son la actuación de la agrupación musical Cartagena, la ofrenda de flores y frutos a San Isidro y canto del orfeón de la Caridad de la Misa Eucarística de P. Crossi, en la celebración presidida por el párroco de El Algar y el de Escombreras. Por la tarde, concierto de la agrupación musical, carreras de cintas a caballo y procesión. A las diez de la noche velada musical y concurso de mantones de Manila, rematando con el castillo de fuegos artificiales a la una de la madrugada. El día 16 es el dedicado al Arte con juegos infantiles dirigidos por el popular Sr. Juan; por la noche cine parroquial. Fiesta en el aire, con la actuación de los ases del cante, la música y la poesía. Fin de fiesta con trajes de disfraces y organillo.

El día 17 estaba orientado a la actividad deportiva, con un concurso de tiro al plato, santa misa, yincana motorista, fiesta campera y verbena con orquesta y el castillo de fuegos. Las películas exhibidas durante este periodo son 'Roberto, el diablo', 'Saeta' y 'Wichita'. Se finaliza con una información simpática que se encabeza con el título Viajeros. Se indica que «procedentes de La Unión y para presenciar los festejos han llegado las señoritas Maruja Gambín y Gabina Martínez. Les deseamos una agradable estancia».

En la búsqueda hemerográfica uno halla líneas curiosas al margen del objeto invstigado. «Pérdida. Se le han extraviado a una niña dos décimos de la Lotería Nacional del número 17196, por eso se ruega a quien los encuentre que los devuelva en la vivienda de La Puerta de la Villa, nº 24, donde será gratificado si así lo desea». En esa misma página un concejal denuncia el atropello del Ayuntamiento sobre los derechos adquiridos de un sereno que, residiendo en el centro de la ciudad, ha sido trasladado a la Ermita de Los Belones. Así se conocía popularmente a esta localidad, La Ermita ('El Noticiero', 20-3-1935).

Los Belones cuenta con un himno que interpreta la rondalla local, un pasodoble con letra de El Taxista y el añejo himno a San Isidro: «Gloria al santo protector/ de la Iglesia y de la fe. /Protege a tu pueblo fiel/ que te aclama por patrón». Me lo canta por teléfono el amigo Celestino Conesa, de la asociación de vecinos y comisión festera. Olé y que los proteja por siempre.