El Ayuntamiento de Cartagena pedirá al Ministerio que arregle el emisario de Cala Reona
La tercera avería del emisario de aguas depuradas de Cala Reona en dos años ha puesto de manifiesto, según el Ayuntamiento de Cartagena, la necesidad de una obra integral en esta canalización de más de un kilómetro, cuya ejecución solicitará al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), aseguró a LA VERDAD el concejal de Infraestructuras, Diego Ortega.
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La última incidencia, durante el temporal de hace dos semanas, obligó a sacar del mar un largo tramo de la canalización que se desconectó de la parte más cercana a la costa. Los vecinos han detectado una estela de espuma en el punto en el que actualmente sale a la superficie el vertido de la depuradora de Cabo de Palos, que la tubería rota llevaba a más de un kilómetro mar adentro para no afectar a la pradera de posidonia. «Es agua tratada, no residual», dijo un portavoz regional que aseguró que no representa ningún problema higiénico ni sanitario. Sin embargo, los vecinos y el Ayuntamiento son conscientes de la mala imagen que genera.
La reparación será costosa. «La inversión mínima estimada ronda los 2,3 millones de euros, pero para evitar nuevas averías lo mejor sería hacer una obra completa, que podría valer más de siete», explicó Ortega. El convenio que obligaba a la Entidad de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales de la Región de Murcia (Esamur) a hacerse cargo del mantenimiento ha caducado, lo cual la exime de responsabilidad. Por ello, el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma han investigado algunos precedentes sobre obras de mejora realizadas en estaciones que, como la de Cabo de Palos, «tienen la declaración de interés general», recordó el concejal. Según los datos de la Comunidad Autónoma, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) ha hecho importantes inversiones de mejora en este tipo de sistemas de depuración. «El ejemplo más cercano está en Murcia», subrayó Ortega.
Según su criterio, un arreglo integral evitaría las continuas roturas que obligaron a gastar más de 600.000 euros en 2020, pagados por Esamur, y 90.000 el año pasado, que costeó directamente el Ayuntamiento.
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