El descuartizador de Cartagena: «Nunca os diré dónde está el cuerpo»
Los agentes aseguran que durante la investigación, Agustín S. «mostraba más interés por sus mascotas que por su pareja»
Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía desgranaron este martes ante el jurado popular los múltiples obstáculos a los que tuvieron que hacer frente durante meses para esclarecer la muerte y desaparición de María Dolores Sandoval. En el banquillo de la Audiencia Provincial se sienta esta semana Agustín S. M., su entonces compañero sentimental, que afronta 15 años y cinco meses de prisión acusado de matar y descuartizar a esta vecina de Cartagena en 2018. «Él nos ponía muchos problemas», reveló uno de los investigadores. «Nos daba pistas falsas».
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Estos agentes iniciaron la investigación por la desaparición de esta mujer, de 54 años y madre de tres hijos, en enero de 2019 a raíz de la denuncia de uno de sus seis hermanos. María Dolores había desaparecido sin dejar rastro de la vivienda que compartía con Agustín en el cartagenero Barrio Peral y los intentos de la familia por localizarla habían resultado infructuosos.
Durante su declaración, los policías destacaron el «desinterés» y la «frialdad» con la que se comportó el procesado durante los largos meses de búsqueda en los que los allegados a María Dolores trataron de arañar alguna respuesta. «Él no aportaba nada y había que buscarlo continuamente», explicó uno de estos testigos. «Mostraba más interés por sus mascotas que por la que había sido su mujer durante años», explicó uno de los policías.
Durante esos meses, según relataron los agentes, el acusado -que afronta un presunto delito de homicidio y otro de profanación de cadáver- fue ofreciendo a los familiares y allegados de María Dolores diferentes versiones de dónde se podía encontrar su pareja. «A una vecina le decía que se había ido a Mazarrón y, cuando le preguntábamos por eso, se desdecía. Cambiaba constantemente de versión», recordó un testigo. Otro de los investigadores se mostró convencido de que el procesado «ha ido buscando la salida adecuada en cada momento».
Tras asegurar durante meses que no tenía claro el paradero de su pareja, explicaron los agentes, Agustín decidió cambiar su versión y les relató -al igual que ya hizo ante el tribunal popular el pasado lunes durante la primera sesión del juicio- que encontró a María Dolores fallecida en la vivienda que ambos compartían y que, invadido por el «pánico», decidió despedazar el cuerpo y deshacerse de él -aún no ha aparecido-. Una versión que no convenció a los agentes que se mostraron este martes convencidos de que Agustín, no solo descuartizó, sino que también mató a su pareja. «Él nos dijo que nunca nos diría dónde está el cuerpo», explicó uno de los funcionarios. «Tengo claro que la mató y que nunca la encontraremos porque él sabe la responsabilidad en la que incurre».
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El letrado de la defensa, José Ramírez de Arellano, centró, por su parte, su interrogatorio a los agentes en las múltiples patologías que sufría la mujer y que la obligaban a depender de medicación diversa. A preguntas del abogado, los agentes reconocieron no poder saber cuál fue la causa exacta de la muerte de María Dolores dada la ausencia de cadáver. Uno de los policías hizo hincapié, no obstante, en la inconsistencia de la versión de Agustín. «No tiene sentido que alguien entre en pánico y decida desmembrar a un ser querido», incidió. «Lo que él hace no lo hace nadie y el que lo hace es que tiene un buen motivo».
«Su exmujer le tenía miedo»
Las pesquisas de los policías les llevaron además a localizar a varios amigos y conocidos de María Dolores a los que esta les había relatado los detalles de su relación con Agustín. «Ella tenía que salir cuando él estaba trabajando porque no la dejaba».
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El jurado popular que estudia este complicado caso también escuchó este martes a los agentes relatar las confesiones que les realizó la exesposa del acusado, a la que tomaron declaración. Esta mujer, que deberá comparecer en la vista en los próximos días, explicó a los policías que ella se había separado del acusado al haber sido víctima de malos tratos. «Una vez nos explicó que amenazó con cortarle el cuello cuando se encontraba embarazada», contó un funcionario. «Nos dijo que le temía miedo», rememoró otro de los investigadores.
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