«Encima de que mi marido está muerto, nos echan la culpa»
El SMS admite mala praxis en el fallecimiento de un paciente en el Rosell, pero rebaja la indemnización al corresponsabilizar a la familia
Jose Alberto González
Martes, 6 de mayo 2014, 13:30
Hace ya cinco años y medio que Florentina Martín perdió a su marido, Fernando Sampedro, tras una intervención quirúrgica aparentemente sencilla en el Hospital del Rosell. Todo empezó por una infección de orina con la que no había manera de acabar pese al tratamiento con antibióticos. Tras sucesivas prueba, los urólogos detectaron una estenosis (estrechamiento) en la uretra y obstrucción miccional. Decidieron operar. El 4 de diciembre de 2008, Fernando Sampedro entró en el quirófano para una RTU (resección transuretral) de próstata. Todo pareció salir bien. El día 9 fue dado de alta y enviado a casa. El 16, de madrugada, sufrió fuertes dolores en el pecho y sintió que se ahogaba. Falleció en Urgencias del Rosell horas después. Tenía 58 años de edad.
Publicidad
La autopsia determinó que su muerte se debió a un tromboembolismo pulmonar múltiple. Florentina Martín, que es auxiliar de enfermería y trabajaba precisamente en el Rosell en aquella época (ahora ha sido trasladada al Santa Lucía), acudió a la asociación Defensor del Paciente, convencida de que su marido había perdido la vida fruto de una negligencia clamorosa: no se le suministró heparina en el postoperatorio pese a que tenía antecedentes de varices, una señal de problemas circulatorios. Ignacio Martínez, abogado de esta organización, interpuso una reclamación al Servicio Murciano de Salud (SMS), que ha reconocido mala praxis y ofrece una indemnización de 42.274 euros.
Sin embargo, la resolución, lejos de suponer una compensación moral para la viuda, se ha convertido en un motivo más de sufrimiento. Y no porque ella pidiese una cifra mucho más alta (235.000 euros), sino porque el SMS rebaja esa cuantía aduciendo, entre otras cosas, que la familia y el propio fallecido tienen una parte de responsabilidad en el fatal desenlace. Según el SMS, hubo «circunstancias atribuibles al paciente y/o familiares que hubieran podido reducir el riesgo» de tromboembolismo. En concreto, el informe asegura que no consta que «refirieran al urólogo o al anestesista los antecedentes clínicos de varices». El propio documento admite, sin embargo, que ese diagnóstico de varices se hizo en el propio hospital unos años antes, con lo que esa información debería haber constado en el historial al que tuvieron acceso los urólogos.
Pero también se culpa a la familia de no haber llevado a Fernando Sampedro al médico cuando, al volver a casa tras la operación, comenzaron los dolores que podían hacer sospechar del tromboembolismo: «Se realizaron consultas médicas posteriores a la intervención sin cita previa por parte del personal sanitario familiar del enfermo (en referencia a la viuda), sin la presencia de este paciente, lo que pudo inducir a error al facultativo». El SMS admite, eso sí, que «existía mayor carga de responsabilidad del facultativo» por «valorar los síntomas sin la presencia física» del paciente.
A Florentina Martín, el contenido de la resolución le ha revuelto las entrañas. «Cuando lo leí me derrumbé. Estamos todavía destrozados por la muerte de mi marido, y encima nos echan la culpa de lo que pasó. Él era mi vida desde los 16 años», cuenta a 'La Verdad'. «Si la heparina no se puso fue por error del médico, son ellos quienes tienen la responsabilidad. No soy médico, soy auxiliar y estaba allí como acompañante de mi marido. Yo no sabía que había que ponerle heparina». La familia está «muy indignada, ya que encima de haber perdido a su ser más querido, tiene que soportar que le intenten echar parte de la culpa», destaca la asociación Defensor del Paciente, que ya ha llevado el caso a la sala de lo contencioso administrativo del TSJ.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión