La Sagrada Reliquia vuelve a su relicario de la basílica
El trueno gordo marcó el final de las fiestas de este año y el inicio de los preparativos de cara a las celebraciones de 2023
Al filo de la medianoche, un castillo de fuegos artificiales marcó el final de las Fiestas de la Vera Cruz de este año. Por la tarde, tuvo lugar la Procesión de Subida hacia la basílica santuario de la Vera Cruz. La Sagrada Reliquia, en su Custodia Procesional, regresó a su relicario de piedra en la cima del montecillo sobre el que se levanta el castillo. Un centenar de personas que no pueden asistir a los actos por su enfermedad recibieron en sus casas a la Vera Cruz en un momento marcado por la emoción y de las lágrimas, tanto de los propios enfermos como los de sus familiares.
El tintineo de una campana avisaba de que la Sagrada Reliquia recorría las calles y de que se aproximaba a los hogares de sus hijos más queridos. Tras la celebración de la misa en la parroquia de La Concepción, se inició el cortejo en el que estuvieron presentes varios componentes de la Junta Representativa de la Cofradía, una pareja de Armaos y un nutrido grupo de cofrades que anualmente acompañan a la Cruz de Impedidos. En el recorrido, visitó la capilla del colegio de La Consolación y poco antes del mediodía, la Sagrada Reliquia llegó al convento de los padres carmelitas, donde se realizó 'el relevo', acto en el que el párroco de La Concepción, Juan Alfonso Breis, entregó la Vera Cruz al vicario episcopal y párroco de El Salvador, David Martínez, en presencia del padre Pascual Gil, superior de los carmelitas. Tanto a la entrada como a la salida, una lluvia de pétalos caía desde el coro sobre la Vera Cruz, que prosiguió su recorrido por las calles.
La celebración de la eucaristía en El Salvador se retrasó a las seis de la tarde, y tras la ceremonia se inició la Procesión de Subida a la basílica de la Vera Cruz. Dos ríos de fieles acompañaron la Patrona de Caravaca en su regreso al relicario de piedra. Junto a la luz de las velas, los corazones de los caravaqueños se llenaban de alegría al completar la celebración, este año sí.
