José Francisco García Fernández: «Presumimos de unas celebraciones únicas y fieles a su origen»

José Francisco García volverá a ofrecer la Bandeja de Flores a la Vera Cruz en la mañana del Dos Mayo en representación de todo el pueblo. Será la quinta ocasión consecutiva tras su reelección como alcalde en las elecciones municipales de 2023.

–Fiestas en Año Jubilar, ¿qué tendrán de novedosas?

–Serán días en los que se visibilizará la fe en nuestra patrona y ese carácter de Caravaca como meta para viajeros y peregrinos que lleguen hasta nuestra ciudad por cualquiera de estos motivos. Tratándose de unas fiestas 'jubilares', como ya ocurriera anteriormente, revestirán un carácter especial con actividades extraordinarias; aunque en Caravaca el programa de actos es prácticamente invariable de un año a otro porque repetimos rituales legados por siglos de historia que se mantienen inalterables. Habrá momentos especiales como es el caso de la Misa y Ofrenda a la Vera Cruz, cuando la Patrulla Águila de la Academia General del Aire sobrevuele la ciudad.

–¿Cómo cambia la fisionomía de la ciudad durante las Fiestas?

–Desde el Ayuntamiento hemos hecho un esfuerzo especial para la ornamentación de la ciudad. Se han renovado casi 300 gallardetes para las farolas de las avenidas más céntricas, además de otras calles del casco histórico. Se han confeccionado nuevas colgaduras del Ayuntamiento, ya que las anteriores estaban muy deterioradas y se han renovado los gallardetes de la plaza del Arco y de la calle Puentecilla. Se han instalado cuatro grandes arcos de luces de gran tamaño en la Gran Vía que realzan y complementan el resto de la iluminación especial.

Hemos celebrado importantes eventos como el V Encuentro Nacional de Gigantes y Cabezudos con agrupaciones de diferentes partes de España; o la convivencia de más de 50 poblaciones de la Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos. En los próximos meses disfrutaremos, entre otras actividades, del X Encuentro de la Federación de Bandas de Música de la Región de Murcia y seremos sede de la XXXIX Peregrinación de la Confraternidad de Hermandades y Cofradías de la Vera Cruz.

–¿Cómo se viven por parte de los ciudadanos?

–Los caravaqueños presumimos, con un orgullo mal disimulado, de disfrutar de unas celebraciones únicas en el mundo que, siendo rotundamente fieles a su origen y sentido, han ido evolucionando y engrandeciéndose con el paso del tiempo. Por algo fueron las primeras fiestas de la Región de Murcia en alcanzar la declaración de Interés Turístico Internacional y cuentan con el festejo de los Caballos del Vino que está incluido, desde 2020, en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Los vecinos viven con intensidad unas fiestas que hemos aprendido a amar desde pequeños. Una característica esencial de estos festejos es que nacen del pueblo y el pueblo las sustenta: ahí radica su fuerza. Sin la implicación de tantísimas personas que las sienten como propias sería imposible la materialización de estas fiestas que desbordan corazones y traspasan las líneas del tiempo.

–¿Alguna preocupación especial para estas fechas?

–Tratándose de unas fiestas tan multitudinarias y con tantos caballos en las calles, la seguridad es prioridad y trabajamos todos los años en un ambicioso plan de emergencias, que ha ido mejorándose y perfeccionándose gracias a la experiencia de los años. El dispositivo especial implica a decenas de profesionales y agentes de las fuerzas de seguridad perfectamente coordinadas; en total más de 400 efectivos. El dispositivo sanitario se incluye también en este plan, especialmente los días 1 y 2 de mayo, cuando son numerosas las zonas de la ciudad por las que se extienden los festejos.

–¿Cómo se prepara la ciudad para acoger a los visitantes durante las fiestas?

–La vocación de acogida y hospitalidad de Caravaca de la Cruz con visitantes y peregrinos es intrínseca al propio carácter de la ciudad y tan antigua como la presencia en ella de la Vera Cruz, el símbolo cristiano que desde hace ocho siglos ha marcado nuestra evolución histórica y en cuyo honor celebramos cada año estas fiestas. Afortunadamente, el impacto económico, no siendo el principal objetivo de las celebraciones, es muy importante. Los hoteles y la hostelería aumentan sus ingresos, generan empleo y ofrecen un servicio de calidad.

Para ofrecer la mejor imagen al visitante se refuerzan los servicios de seguridad, limpieza viaria, infraestructuras, atención turística, refuerzo de urinarios y baños, entre otras acciones. La Oficina de Turismo ofrece material de información editado para la ocasión. Por la coincidencia parcial en fin de semana, este año vamos a abrir los museos el 4 y 5 de mayo. Desde el Ayuntamiento se hace un verdadero esfuerzo que se traduce en una maquinaria perfectamente engrasada para que la ciudad luzca espléndida esos días.

–¿Qué les pediría a los festeros y a los vecinos?

–Ambos son uno, pues todo caravaqueño lleva dentro un festero que sabe cómo comportarse y qué hacer en cada momento. Les pediría que sigamos transmitiendo este legado y que no perdamos la identidad y el sentido de los actos que celebramos. Vivir nuestras fiestas es recrear nuestra historia y poner en la calle el máximo exponente de nuestra cultura colectiva. Y les pediría, aunque esto no es necesario, que vivan las fiestas con toda la alegría y el entusiasmo que nos caracterizan, pero también con responsabilidad y cordura.

–Una valoración de estos primeros cuatro meses del Año Jubilar...

–Es muy positiva. Se ha aprovechado la experiencia de anteriores jubileos y se ha dado un gran paso adelante en cuanto a destino turístico. Aún nos queda camino por recorrer, pero la dirección es la correcta. La unión entre administraciones públicas, instituciones y empresas, que estamos trabajando coordinadas y con empeño en un objetivo común, da sus frutos. La Fundación Camino de la Cruz es el mejor ejemplo de esta colaboración público privada.

Miles de personas llegan a cada semana y hay que apuntar un cambio de tendencia importante; hay una evolución del perfil de turista, pasando del excursionista en autobús de anteriores años jubilares a los peregrinos que utilizan cualquiera de los Caminos de la Cruz de Caravaca para llegar a pie o en bicicleta, con amigos, con familia, con asociaciones u otro tipo de colectivos. Un turismo familiar o deportivo que aumenta las pernoctaciones. Este es el modelo que ha orientado nuestro esfuerzo y trabajo en materia turística estos últimos años y que seguiremos impulsando para romper la estacionalidad. Hay que aprovechar la proyección actual de Caravaca. Ya estamos preparando el 2025 para seguir con este efecto.

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