Los Armaos renuevan su compromiso de custodiar a la Vera Cruz de Caravaca

La compañía de Armaos de la Vera Cruz, la guardia de honor de la Sagrada Reliquia durante las procesiones de las fiestas patronales, participó ayer en la misa ofrenda que anualmente se realiza en la basílica en las semanas previas a las celebraciones que tienen lugar en los primeros días del mes de mayo. Al igual que el resto de los colectivos festeros, los Armaos rinden culto a la Vera Cruz durante los fines de semana de marzo y abril.

Durante la ceremonia tuvo lugar el juramento de un nuevo componente de la Compañía. El nuevo armao, José Marín Sánchez, recibió la teja que colocará en el yelmo con su adorno floral, de manos del hermano mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, Luis Melgarejo; el rector de la basílica le impuso el medallón con el escudo de la compañía y el capitán de los Armaos, Francisco Javier García-Villalba, le hizo entrega de la espada. Durante el ofertorio, los Armaos realizaron la ofrenda floral utilizando la tradicional ensaladera de plata.

Juramento

«Vigilar y custodiar la Sagrada Reliquia hasta derramar, si fuera preciso, la última gota de nuestra sangre», esta frase que el capitán de la compañía de Armaos pronunciará en la tarde del dos de mayo cuando la Vera Cruz abandone el castillo en su primera salida del templo, fue recordada ayer por el rector de la basílica, Emilio Sánchez, durante la homilía. Este año los Armaos volverán a estar presentes en los cortejos procesionales así como cada vez que la Vera Cruz salga a la calle, como es el caso del ritual de la Cruz de Impedidos, visitando los hogares de los enfermos que no pueden desplazarse hasta las iglesias para venerar la Sagrada Reliquia durante los primeros días del mes de mayo.

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