Un campo de cultivo, en una imagen de archivo. Pablo Sánchez / AGM

El campo regional pierde otras cien mil toneladas en el último año tras agravarse la sequía

La caída productiva global es más suave que el desplome del ejercicio anterior, aunque con mayor incidencia en hortalizas y herbáceos

Martes, 27 de agosto 2024, 00:45

Más allá de la fortaleza y liderazgo del sector agrícola de la Región de Murcia, que resulta incuestionable, apoyado en un modelo productivo intensivo ... y en constante innovación, la realidad es que el campo se enfrenta cada vez más a múltiples dificultades que lo atenazan y acaban por mermar su potencial capacidad. La mayor incidencia de la sequía en los últimos tiempos, sumada a la menor disponibilidad de recursos hídricos en conjunto, se refleja cada vez más en la pérdida global de tierras en explotación y, por tanto, en producciones. Además, se suman también otros factores que inciden, como los daños meteorológicos en muchas cosechas, sin olvidar el lastre de la falta de relevo generacional.

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Por ello, apenas sorprende que en los últimos dos años haya retrocedido de forma significativa el volumen de la producción agrícola murciana, tras alcanzar el pico máximo en 2021, cuando se computaron más de 4 millones de toneladas (Tn). Así lo refleja la Estadística Agraria Regional de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca. De hecho, las 3.529.770 toneladas de todo tipo de variedades cosechadas en fincas de la Comunidad durante 2023 suponen hasta 104.352 menos que las alcanzadas en 2022, es decir un -2,87%. Una cifra de pérdidas que ahonda un poco más en el desplome mayor sufrido en el ejercicio anterior, cuando el ajuste negativo estuvo por encima de los dos dígitos (-10,28%), al contabilizarse entonces una disminución de 416.617 Tn.

El lastre de lo cereales

En el análisis del comportamiento por tipos de cultivo, se constata en la última anualidad un notable descenso, superior a quince puntos, en hortalizas y en herbáceos. En el caso de estos últimos, en el apartado de cereales para grano se muestra una pérdida de hasta 331.851 toneladas (-15,08%), con una especial incidencia en los casos de cebada, trigo y avena. Igualmente, retroceden los cultivos forrajeros, como se observa en la alfalfa y la paja destinadas a la ganadería.

Las organizaciones agrarias como Coag, Asaja y UPA advirtieron ya de la importante pérdidas de producción en todos los cultivos de secano, que llegaron al 80% en el caso del cereal, con muchas fincas en las que no se llegó a recoger ninguna producción. A su vez, en este 2024 la situación parece seguir igual o peor, con una pérdida casi absoluta en las siembras realizada.

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Hay que tener en cuenta que los cultivos de secano en la Región alcanzan las 193.623 hectáreas, según los datos que manejan las organizaciones agrarias. Ahí se integran también los leñosos como la vid y el olivar.

Mientras que por lo que se refiere al regadío, ni siquiera las hortalizas, con tanto peso en el sector primario regional, salen indemnes del actual contexto. Y es que el Campo de Cartagena también ha afrontado una notable reducción de plantaciones, debido tanto a la falta de agua y a la incertidumbre sobre su disponibilidad como a las propias restricciones establecidas por la ley del Mar Menor. Ello ha provocado una bajada general en la producción, que alcanza las 280.924 toneladas menos que en 2022, es decir, un -15,29%. Destacan los desplomes en lechuga (-23,9%), escarola (-43,7%), pimiento (-22,78%), apio ( -16,5%), así como también en tomate (-10,2%). Igualmente, descienden por encima de los diez puntos porcentuales las cosechas de sandía y melón.

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Los únicos ejemplos más significativos de evolución positiva en la gama de hortalizas son los que representan la alcachofa, que aumenta ligeramente un 1,19%; y el calabacín, que crece un 9%.

Asimismo, en una tendencia al alza, hay que citar el salto en los tubérculos, en particular en la patata, que mejora en todas sus variedades, aunque en particular en la extra temprana, que crece más de un 44%.

Cítricos y uva de mesa

Los cultivos leñosos son los que representan el comportamiento más favorable, con una subida del 15,87%, que se explica fundamentalmente por el enorme salto productivo que hubo en 2023 con el limón, que alcanzó un total de 706.445 toneladas. Se trata de una cifra récord que marca un incremento espectacular del 29,28%, que parece que se verá superada más si cabe en este 2024. Sin duda, una nueva burbuja de este cítrico que, en cualquier caso, ha acabado por hundir los precios y la rentabilidad de los pequeños productores.

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Del mismo modo, es resaltable el aumento de la producción en otros frutales no cítricos, en particular los viñedos de uva de mesa, que se dispara hasta un 31,7%. También crecen peras, ciruelas y nectarina. En cambio, el melocotonero sigue en caída libre desde hace cinco años, ajustándose su cosecha hasta las 127.400 toneladas, que representan una pérdida de un -46% en el último ejercicio. En este caso, influyeron afecciones climatológicas como el pedrisco. Tampoco para de retroceder el albaricoque, incluso de forma mucho más acusada, ya que más allá de bajar un -9% en 2023 con respecto a 2022, lo que es más grave es que las 37.073 Tn contabilizadas suponen casi la mitad menos que las 72.758 de 2019. Una diferencia que es aún mayor si se compara con las 97.755 toneladas de 2018, un 62% más.

Desde Coag han calculado que, de cara al futuro, los efectos del cambio climático podría llegar a provocar pérdidas superiores a los 1.232 millones de euros para el campo murciano durante el nuevo periodo 2023-2030.

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  1. Más de un tercio de merma en vid, olivar y almendra durante 2023

La merma de producción en olivar para aceite, así como de viñedo de uva para vino y de almendra, llegó a alcanzar más de un tercio en la Región de Murcia durante 2023 en la comparativa respecto al año anterior por los efectos de la sequía. Y es que, por ejemplo, las 33.236 toneladas de aceitunas cosechadas el pasado año están muy lejos de las 50.317 y 52.553 de los ejercicios 2022 y 2021, respectivamente. En concreto, se trata de una disminución del 33,95% en el último ejercicio. Además, se trata de casi la mitad que el récord de 65.508 Tn alcanzadas en 2015.

Igualmente, la uva para vino se sitúa en 43.532 toneladas en este último cómputo de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca. Se trata de una tasa del -32,18% en relación a las 64.188 Tn de 2022. Y, por supuesto, a una distancia abismal de las 98.111 toneladas de 2013.

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Por último, por lo que respecta a la producción de almendra, las cifras registradas hablan también por sí solas, ya que las apenas 14.638 toneladas cuantificadas el pasado año en la Comunidad representa hasta un -45,57% que las 26.895 de 2022. Por no hablar de su comparativa con respecto a las 36.595 Tn de 2022, que marcaron el cénit del último decenio. Y es que se obtuvieron calibres muy pequeños con una reducción del tamaño de la pepita.

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