Una anciana muere tras dos años pidiendo una rampa para salir a la calle en silla de ruedas
Famdif protesta en el portal del bloque de la fallecida para reivindicar la accesibilidad universal en la Región
Dos miserables peldaños separaban a Ángeles Tolsá de cumplir su modesto sueño: darse un paseo por la capital del Segura mientras su hija, Carmen, empujaba su silla de ruedas. Esta anciana, menudita y de verborrea tan ágil como su mente, según su hija, «no salía del piso desde septiembre de 2016». La culpa la tenían los 37 centímetros de altura que sumaban los escalones del bloque donde residía. «Yo no podía cargar con ella y con la silla», se lamentaba amargamente Carmen. Y es que su madre murió ayer, a los 91 años, tras pasar los últimos meses de su vida sin poder salir con normalidad a la calle para sentir el sol bañando su rostro.
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«Siempre me decía: 'Quiero salir'». Sin embargo, tenía que conformarse con abrir la ventana del salón para respirar aire fresco. La muerte de Ángeles se produjo justo 24 horas antes de que la Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Famdif) celebrase una concentración frente a su domicilio. Famdif había escogido la dura historia de la anciana para que fuese la imagen en Murcia de la campaña nacional de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, cuyo objetivo es reivindicar la accesibilidad en todos los edificios donde residen personas con movilidad reducida.
Bajo los eslóganes #micasaNOesmicárcel y #Arrestópolis, hoy se celebrarán concentraciones en 37 ciudades de toda España. También en Murcia, ya que Famdif confirmó que mantendrá la protesta ante el portal de Ángeles y su hija, en la avenida Ciudad de Almería, a partir de las once de la mañana.
«Con más motivo hay que hacerla allí y esperemos que después de lo sucedido se remuevan conciencias», subrayaban indignados desde la federación tras conocer la muerte de la anciana. «Llevaba desde 2016 luchando con la comunidad de vecinos para que se hiciera una rampa», denunciaron. Y todo ello a pesar de que estaba amparada por la Ley de Derechos de las Personas con Discapacidad. El 4 de diciembre de 2017 entró en vigor esta norma y el Gobierno de España puso fin a la prórroga de cuatro años que dio para asegurar la accesibilidad universal, acometiendo ajustes razonables en edificios públicos y privados.
Peleó por su madre
Carmen criticaba ayer, entre sollozos, que «no habrá consecuencias para los que han impedido que mi madre tuviese calidad de vida, porque en España se hacen las leyes y luego no hay quien se preocupe de ejecutarlas». Y aportaba pruebas de ello mostrando los escritos que tramitó, al amparo de la citada ley, para que habilitasen una rampa en el portal. En marzo de 2018, cuatro meses después de la entrada en vigor de la citada norma, presentó sendos escritos en el Ayuntamiento de Murcia y la Consejería de Fomento instándoles a que «medien en la exclusión social que sufre Ángeles Tolsá».
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En los escritos exponía a ambas administraciones que en la comunidad de vecinos «no están dispuestos a hacer una derrama para construir la pasarela, quedándose la eliminación de las barreras arquitectónicas para acceder al edificio al deseo de los vecinos, sin tener en cuenta la obligatoriedad de la ley y la necesidad de que doña Ángeles pueda salir a la calle». Tal era el enclaustramiento al que estaba sometida que sufrió un déficit de vitamina D por no tomar el sol.
«A día de hoy, la Consejería sigue sin responderme», se queja. El Consistorio sí contestó escuetamente: «Le informo de que este Ayuntamiento carece de competencia sobre el tema expuesto», fue la respuesta. Carmen luchó hasta el final para que su madre pudiera salir a la calle y logró que le asignasen una abogada de oficio. En octubre, la letrada presentó un requerimiento a la comunidad de vecinos, previo al contencioso, instándoles a ejecutar la cuesta. Ya no será necesario ir a juicio, porque la enfermedad de Crohn le ganó la partida definitiva a Ángeles. «Estuvo lúcida hasta el final. Se ha ido apagando y no le ha dado tiempo de volver a disfrutar de lo que más le gustaba: pasear».
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