El alto solapamiento de Bankia y CaixaBank hace temer un ajuste de empleos en la Región

Nada más conocer las negociaciones para la fusión y ante la incertidumbre generada en las plantillas de ambos bancos, los sindicatos han exigido garantías para los trabajadores, ya que se teme un recorte de personal y de oficinas. De entrada, el grupo resultante tendrá 257 sucursales y 1.292 empleados en la Región, y suma, al mismo tiempo, la mayor cuota de mercado.

CaixaBank cuenta con 95 oficinas, tres centros de empresa y otro de banca privada, atendidos por una plantilla de 427 trabajadores, informó ayer. La dirección territorial integra a la Región de Murcia y Andalucía Oriental, con sede en Málaga, a cuyo frente se encuentra Juan Ignacio Zafra.

Bankia, que absorbió hace tres años a BMN, dispone actualmente de 162 oficinas y 865 empleados. Fuentes de ambas entidades remiten a la nota trasladada al Banco de España, en la que comunican el inicio de las negociaciones. Consideran que es pronto para valorar el alcance de la operación y qué ajustes se producirán en las oficinas y plantillas. Sí admiten que existe un gran solapamiento en la Región.

Los bancos que ahora convergen tienen detrás un historial de absorciones en la Región de Murcia. CaixaBank se hizo cargo en noviembre de 2018 del Banco de Valencia, que fue nacionalizado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Meses después, la entidad decidió operar comercialmente con la marca Banco de Murcia en las 45 oficinas que tenía entonces el Banco de Valencia, y las del grupo catalán, con el objetivo de reforzar su apuesta por la Región. En aquel momento, CaixaBank contaba con una cuota de mercado del 9,9%.

Bankia absorbió a BMN (integrada por Cajamurcia, Caja Granada y Sa Nostra) en el verano de 2017, con la particularidad de que ambas entidades estaban nacionalizadas, con el 66% de su accionariado en manos del FROB. Este inyectó 1.645 millones de euros en la antigua Cajamurcia y sus socios; aunque la aportación fue superior para rescatar al grupo madrileño, y estuvo por encima de los 23.500 millones.

Bankia se quedó con el negocio de BMN por 825 millones de euros en los territorios en los que estaba implantado, un 36% del valor que tenía este grupo seis meses antes. Borró de inmediato toda huella del grupo que empezó llamándose Banco Mare Nostrum y a cuyo frente estaba Carlos Egea, que fue el único representante que entró en el nuevo Consejo de Administración dirigido por José Ignacio Goirigolzarri. Antes de la absorción, Bankia solo tenía 7 oficinas en la Región.