Urgente Un terremoto de 2,6 grados sacude la ciudad de Murcia y alarma a los vecinos
Agentes de la Sala Cimacc-091, ubicada en el edificio de la Jefatura Superior de la Policía Nacional, el pasado viernes por la noche. VICENTE VICÉNS / AGM

«Alfa 11, acuda a la plaza Libertad de Alcantarilla; han agredido a tres prostitutas»

El Cimacc es el cerebro incansable de la Policía Nacional y donde se gestionan más de medio millar de emergencias diarias de toda la Región

Miércoles, 2 de noviembre 2022, 07:12

Quedan pocos minutos para llegar a la medianoche. Es viernes y una agente del Centro Inteligente de Mando, Coordinación y Control (Cimacc) de la Policía ... Nacional, la Sala del 091, recibe una llamada de una mujer que habla muy alterada.

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-Policía Nacional. ¿Dígame? ¿Dónde ha ocurrido? Vale, no se mueva. Mandamos una patrulla inmediatamente.

La policía cuelga y se pone en contacto con los agentes que patrullan en Alcantarilla.

-Alfa 11, acuda a la plaza Libertad; un hombre ha agredido a tres prostitutas en un piso de alterne y lleva un cuchillo.

-Recibido, vamos para allá.

Transcurren varios minutos y la sala aguarda más información de la patrulla a pie de calle. Llegan algunas notificaciones que activan una llamada de la sala al Centro de Coordinación de Emergencias 112 para que envíe ambulancias al lugar. La persona que ha llamado dice que su vecino ha bajado a su piso y ha pegado a sus dos compañeras y a ella. Que casi las mata. Que ha destrozado la casa. Señala que una de sus amigas está medio muerta en el suelo; que la otra ha salido corriendo a la calle.

La Sala 091, en el edificio de la Jefatura Superior, atiende todos los avisos de las comisarías de Murcia, Cartagena, Lorca, Molina, Alcantarilla y Yecla

El agresor, originario de Europa del Este, salió detrás de ella. Llegaron a un parque y se cruzaron con un grupo de jóvenes, que trataron de auxiliar a la mujer. Entre empujones retuvieron al perseguidor, que se calmó cuando llegaron los policías.

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Unos de los chicos del grupo, de 17 años, le acusó, de repente, de haber golpeado a su novia en la disputa y le empezó a golpear haciendo caso omiso de las indicaciones de los agentes para que no se acercara al sospechoso. El agresor de las tres mujeres del piso recibió varios puñetazos en el rostro que le ocasionaron graves traumatismos. Fue derivado al hospital de La Arrixaca, donde fue detenido. Por su parte, el joven del parque fue arrestado por lesiones y desobediencia.

Esta fue una de las principales incidencias que atendieron los tres policías y el subinspector (el jefe de sala) del turno de noche en la Sala Cimacc-091 el pasado viernes. Esa jornada, los teléfonos no pararon de sonar, «aunque no suelen hacerlo», apunta el jefe de sala. El puesto neurálgico de la Policía Nacional, ubicado en el edificio de la Jefatura, en la plaza Ceballos de Murcia, recibe una media de entre 500 y 600 llamadas diarias de toda la Región; funciona las 24 horas del día todo el año y trabajan 34 funcionarios por turnos.

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Todas las situaciones de emergencias de las comisarías de Murcia, Cartagena, Lorca, Molina de Segura, Alcantarilla y Yecla se gestionan desde aquí. «Antes, cada comisaría tenía su central de llamadas, pero desde el año 2015 todo se coordina desde la Jefatura», explica el jefe de sala. Los principales motivos de las llamadas tienen que ver con riñas, casos de violencia de género, asistencias sanitarias y ocupaciones.

«Uno nunca llega a acostumbrarse a algunos casos muy graves que hemos atendido, pero lo compensamos con la satisfacción de haber ayudado a ciudadanos que acuden a nosotros en una situación extrema. Ese sentimiento prevalece sobre el estrés y la tensión», explica el subinspector.

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Una chica en apuros

Los agentes del Cimacc se forman continuamente con cursos de psicología y gestión de las emergencias y aplican esos conocimientos en su día a día. «Recibimos llamadas de personas que se sienten solas, gente que nos cuenta que quiere a suicidarse. Les escuchamos y tratamos de tranquilizarlos, y, a la misma vez, activamos los recursos para que sean atendidos».

22.45 horas. Una joven llama muy angustiada desde una calle de Molina de Segura.

-¿Algún indicativo de Molina disponible?

-Molina 1, sí. Dígame.

-Ha llamado una chica muy apurada porque un hombre la está siguiendo por calle Gran Vía. Viste vaquero, chaqueta y una mochila. Dice que lo lleva muy encima.

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-Recibido.

Una patrulla se desplaza hasta el lugar indicado y buscan a la joven. Transcurren varios minutos y la chica vuelve a llamar para informar de que ya está cerca de casa y que el chico que la seguía se ha alejado. Que ya no hace falta que vaya nadie. Que muchas gracias.

Asistencias e identificaciones

Desde la sala también se realizan las identificaciones de vehículos y de sospechosos a petición de los policías en la calle. Se comprueba la situación legal en el país, antecedentes y requerimientos judiciales, si los hay. «Es información fundamental para que los agentes sepan con quién están tratando».

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Uno de los gruesos de las demandas tiene que ver con asistencias a personas mayores. Los policías trabajan con auriculares, pegados a una pantalla, en contacto con otros cuerpos policiales y conectados con el Centro de Coordinación de Emergencias. «Les avisamos cuando acudimos a urgencias sanitarias para que desplacen ambulancias».

Robo de móvil con final feliz

23.54 horas. Una chica llama a la Sala porque un hombre y una mujer le han robado un móvil, un iPhone 12 de color blanco, en el barrio de La Fama. Mientras el varón se lo ha quitado de las manos, su acompañante ha comenzado a golpearle. El sospechoso se ha metido en un bloque de Santa Rita. La sala moviliza a los efectivos.

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«Seguramente, lo venderá por droga», indica un agente. Los policías detienen a la mujer, pero el hombre ha huido y el móvil ha desaparecido. El desenlace de este caso tuvo un final feliz, nada habitual. Sobre la una de la madrugada, un chico de color acudió después a la Jefatura de la Policía Nacional para entregar el móvil robado.

Explicó al agente que le atendió que presenció el robo de un móvil que sufrió una chica en la calle y vio a un hombre entrar a un edificio. Él estaba cerca de bloque con un compañero y una mujer toxicómana salió del portal y les dijo que vendía un móvil por 20 euros. El joven de origen africano relacionó enseguida lo que había ocurrido y lo compró para entregar el teléfono y que la chica pudiera recuperarlo.

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El policía le dio las gracias al chico y contactó con su propietaria para entregárselo. «Algo así no lo he visto nunca. Pasa una vez de cada mil, pero son pequeños gestos que nos muestran que existe gente buena en la calle», afirma una de las policías de la sala.

Las llamadas aumentaron un 30% en época de pandemia

La Sala del 091 recibe una media de 500 llamadas diarias. Los lunes suelen ser jornadas más tranquilas y las noches de los fines de semana, las más ajetreadas. El año pasado se atendieron 190.000 requerimientos, 10.000 más que en 2020. Fueron dos años en los que las llamadas se dispararon un 30% -unas 700 llamadas diarias de media- respecto a años anteriores, cuando la media estaba en unas 145.000 demandas, a raíz de la pandemia de la Covid-19. «Las medidas que se iban adoptando para atajar los contagios y que cambiaban conforme avanzaba la enfermedad crearon confusión en los ciudadanos y nos llamaban para resolver dudas», explica un agente. En cuanto al volumen de avisos, Murcia es la ciudad donde más asuntos atienden (casi un 70%), seguida de Cartagena y Lorca.

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