Pedro Hernández Caballero. LV
Obituario

Pedro Hernández Caballero, el compromiso con los demás

Obituario

Jueves, 30 de octubre 2025, 00:41

Después de noventa y nueve años de vida plena, ha fallecido en su querida Alcantarilla don Pedro Hernández Caballero, una de esas personas singulares que dejan una huella indeleble en quienes tuvimos la fortuna de conocerle. Su extensa y peculiar biografía, tejida con la paciencia del artesano que fue, constituye un ejemplo de vitalidad, generosidad y compromiso con los demás.

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Amante de su familia y de sus amigos, hombre de profundas creencias, carpintero de profesión, futbolista en varios equipos de la Región de Murcia, agricultor, colombicultor apasionado y bailarín infatigable, don Pedro desplegó en su existencia un inagotable abanico de inquietudes. Pero, por encima de todo, fue un voluntario con mayúsculas. Esa palabra —voluntario— encierra la raíz latina 'velle', querer, y nada define mejor su trayectoria: la voluntad de querer, de amar, de servir a los demás.

Su vida fue una lección constante de amor al prójimo, no de manera genérica, sino especialmente hacia quienes más lo necesitaban. Solía decir que, «cuando nada se tiene, un poco significa mucho». Y fiel a esa convicción, dedicó sus afanes a socorrer a los desamparados sin esperar recompensa ni reconocimiento. Junto a su inseparable amigo Cubillana, fundó la peña La Miseria, emblema de un altruismo sin fronteras, discreto y sincero. Su compromiso social lo llevó también a implicarse decididamente en la lucha contra el cáncer, en tiempos en que los enfermos carecían de la atención sanitaria y del apoyo social de la actualidad.

Presidió la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer en Alcantarilla, donde desplegó una intensa labor junto a compañeros y amigos que compartían su espíritu solidario. Durante años, fue asimismo secretario provincial de la Asociación, al lado de Agustín Navarrete, entonces presidente. Aquellos fueron tiempos fundacionales de la oncología en la Región, en los que ambos recorrían los caminos de la huerta murciana –entre peripecias y anécdotas insólitas sin cuento– para llevar consuelo, ayuda y esperanza a los enfermos.

Una tarea callada y heroica que la Asociación Nacional reconoció en Madrid otorgándole su Medalla de Oro, máxima distinción.

Como recordaba su compañera de Junta Juani Pacheco, «se necesitarían muchas horas para compendiar la vida de Pedro». Y no es para menos. Muestra del cariño, respeto y admiración que despertó fue el funeral multitudinario celebrado en la iglesia de San Pedro de Alcantarilla, donde familiares, amigos y vecinos se unieron para despedirle con emoción sincera.

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Vocación de servicio

En los últimos años, su vocación de servicio encontró una nueva vía en el ámbito público –una sorpresa y noticia de alcance nacional por su edad– al ser elegido concejal en el Ayuntamiento de Alcantarilla, donde asumió con entusiasmo el área dedicada a las personas mayores, a quienes ofreció su experiencia y su ternura. Hasta el final, don Pedro permaneció fiel a la causa que fue motor y fundamento de su existencia, la de trabajar sin desmayo ni cortapisas por el bien común. Por la dignidad de las personas.

Su vida es el testimonio silencioso de tantas almas anónimas –tan necesarias hoy– que, sin aspavientos ni titulares, hacen del bien su modo de estar en el mundo. En don Pedro Hernández Caballero, la bondad se hizo acción, su entrega se convirtió en ejemplo. Y su vida, en una lección de humanidad. Descanse en paz.

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