Imagen actual con el trazo de una línea roja para alertar de que debajo del cañizo está el acueducto.

Una selva en Los Arcos

La asociación Legado alerta a la CHS de que el cañizo y la basura invaden la rambla y el entorno de protección del acueducto catalogado de BIC

Jorge García Badía

Domingo, 10 de abril 2016, 01:03

Los cañaverales, carrizales, bosquetes de tarays y una variopinta amalgama de formaciones arbustivas han alcanzado tal altura en el cauce de la Rambla de las Zorreras, que han terminado por 'abducir' parte del acueducto de Los Arcos. Así lo recogen las fotos en las que la Asociación Histórico Cultural de Alcantarilla Legado ha tenido que trazar una línea roja para informar a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) de que en medio de esa 'selva' está el acueducto, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2011, con categoría de monumento, por constituir «un elemento indispensable y necesario del patrimonio etnográfico del regadío tradicional de la huerta murciana».

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Se da la circunstancia de que el entorno de protección de este BIC coincide con el cauce de Las Zorreras y la asociación expone en la carta que ha remitido a la CHS, junto a las fotos, que el organismo de cuenca «es el responsable directo de su estado actual, conservación y mantenimiento». La asociación recuerda que «es requisito indispensable un mantenimiento y control, al menos de carácter anual», y advierte de que la comunidad vegetal podría «agravar e impulsar el elemento devastador de las avenidas de agua». De hecho, entre las medidas de «carácter urgente» que solicita Legado, destaca la «limpieza de los ojos del acueducto para evitar que se cieguen, lo que puede dar lugar a saltos de agua en una avenida de carácter torrencial».

La parte 'abducida' del monumento por la vegetación supone «un grave peligro» para la estructura del acueducto y para los vecinos, porque está cerca del antiguo Camino de Los Arcos, en dirección a Javalí Nuevo, y la gente de la zona emplea la plataforma del acueducto como «camino secundario» sin percatarse de que el cañizo esconde una caída de diez metros de altura. «No existiendo ninguna medida de protección en sus laterales que impidan una caída fortuita de personas o niños, ni carteles informativos que avisen de tal riesgo». La poca visibilidad del cauce de la rambla se está convirtiendo en el cómplice perfecto para el vertido ilegal de basura y escombros de la construcción. Hasta han instalado un poste de la luz «dentro de la zona de protección». Desde la Confederación afirman que los técnicos «están estudiando» la documentación gráfica y la carta. «Hay que aclarar la titularidad del bien», concluyen.

Pero tanto Legado como la Consejería de Cultura, a la que también se han dirigido por carta, tienen claro que el titular de Los Arcos es la CHS. De hecho, Cultura confirmó a este diario que el BIC «es titularidad» del organismo de cuenca y que en breve le remitirá «un requerimiento» comunicándoselo. El asunto tiene visos de convertirse en un conflicto entre la Administración regional y central: «Si no hay respuesta, ni toma medidas, se incoará un expediente», advierte la Consejería. Legado se ha molestado hasta en aportar instantáneas de la Rambla de Las Zorreras de finales de los años sesenta, cuando el cañizo ocupaba solo los márgenes, el cauce estaba como 'el jaspe' para conducir el agua a la acequia mayor y el acueducto lucía como lo que es: un monumento.

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