Actividades de ocio que fomentan una sociedad más inclusiva

Salir con amigos, disfrutar de una buena película en el cine, participar en talleres o practicar deportes son actividades lúdicas que mejoran la calidad de vida de aquel que las realiza, pues permiten aprender y formarse al tiempo que se conoce a otras personas.

El valor de este tiempo de calidad es algo que constatan cada día los profesionales de la Fundación SOI Cartagena, impulsada en 2011 por Asido Cartagena y Astus, que facilita a las personas con discapacidad intelectual y/o parálisis cerebral mayores de 16 años participar en actividades de ocio que ellos mismos eligen. En la actualidad tiene en torno a 90 socios.

Estas personas son participantes activos de numerosas actividades grupales y encuentros -como el taller de teatro o el de bailes latinos- que favorecen el entretenimiento, la amistad y la cercanía entre ellos. «El ocio es el primer indicador de calidad de vida de cualquier persona» recalca el director de SOI Cartagena, David Rivera.

La buena acogida de todas estas iniciativas no ha mermado las ganas de la Fundación SOI Cartagena de seguir ofreciendo nuevas alternativas lúdicas a sus socios. Por ello, este año crearon un nuevo programa, bajo el nombre de 'Ocio inclusivo y participación comunitaria', que va un paso más allá y presta apoyo individual y profesionalizado a las personas para que puedan realizar actividades de ocio en su entorno que le permitan relacionarse con personas sin discapacidad con las que comparten gustos y aficiones. El carácter innovador de la iniciativa le ha valido el apoyo de Fundación 'la Caixa', que lo ha seleccionado este año en su programa de ayuda a proyectos de iniciativas sociales, dotándolo con 15.840 euros.

Para participar en la iniciativa, los participantes deben tener una entrevista con los profesionales de SOI Cartagena, en la que se intenta «descubrir sus gustos reales, qué cosas les motivan o qué sueños tienen», destaca la coordinadora del proyecto, Virginia Picorel. Una vez creado una plan de ocio personalizado y seleccionada la actividad a la que les gustaría asistir, la entidad busca en zona en la que vive, para facilitar sus desplazamientos, una empresa que realice esta actividad, con la que contactan para explicar el proyecto y proponerle la incorporación de la persona. Tras su visto bueno, el usuario de SOI Cartagena comienza a realizarla con el apoyo de un profesional, «que lo acompaña para ayudar al profesor a que entienda la discapacidad y para que esa persona también pueda ir al ritmo del resto de compañeros», destaca Rivera. Este apoyo es temporal, pues el objetivo es que una vez esté adaptado sea el participante el que vaya de forma autónoma.

Más allá de su aspecto lúdico, la iniciativa tiene un carácter inclusivo que busca «que puedan hacer una actividad como cualquier otra persona», resume Picorel, una idea que comparte el director de SOI Cartagena, quien enfatiza la necesidad de «crear una sociedad inclusiva en la que todo el mundo participe. La discapacidad física es más evidente, pero en el caso de las personas con discapacidad intelectual de lo que se trata es de intentar que tengan autonomía y que lleven a cabo su derecho a participar de la oferta de ocio comunitaria. Hay que poner todos los medios para favorecer que no sean invisibles, porque están muy preparados para hacer todo tipo de actividades», subraya.

Ser independiente y poder disfrutar al mismo tiempo de una de sus pasiones es lo que ha conseguido Julio Ferreira. Este forofo del fútbol de 43 años pasa su tiempo libre animando con ahínco a sus dos equipos preferidos: el FC Cartagena y el Jimbee, con la compañía de un profesional de apoyo. «El proyecto es importante porque nos incluye en la sociedad y fomenta que nos acepten tal y como somos. Estas fundaciones dan un valor muy importante a las personas con discapacidad y rompen con la visión que se tenía de nosotros en el pasado».

Ese empoderamiento del que hablar Julio Ferreira no es el único efecto positivo del programa. La iniciativa no solo beneficia a sus participantes, sino que deja en los profesionales que lo llevan al terreno una impronta muy positiva que se queda con ellos para siempre.

Este aspecto es el que resalta precisamente la profesional de apoyo, Mónica Villalba, quién considera que la Fundación SOI «ha sido un chute de energía». «Son personas de las que aprendes muchísimo y te cambian tus esquemas», sentencia.

Temas

• Acción Solidaria - La Caixa