El acceso a la vivienda en la Región de Murcia se agravará más ante una oferta que apenas crece y con precios disparados
El total de 2.381 unidades que se han comenzado a construir en la Región en los tres primeros trimestres solo suponen 163 más que en el mismo periodo del año anterior
La dificultad para comprar una vivienda, lejos de aminorar, apunta a que se agravará más durante el próximo 2025 y, lo que es peor, en ... un horizonte mayor, de varios años, si no acontece un auténtico milagro en forma de disponibilidad inmediata de suelo preparado para construir que sea un verdadero revulsivo a la hora de casar la oferta con la demanda existente. El problema es que eso parece una utopía ante la realidad de los datos. En la Región de Murcia se iniciaron apenas 2.381 viviendas en los tres primeros trimestres de este 2024, lo que supone tan solo 163 más que en el mismo periodo del año anterior. Mientras, los precios se han disparado por encima del 9% dentro de un dinamismo que estrangula el parque residencial disponible.
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Y aunque por el momento sus valores son indudablemente muy inferiores a los de aquellos territorios que siempre registran los precios más caros -Baleares, Madrid, País Vasco y Cataluña- se produce, en cualquier caso, el tercer mayor incremento de precios entre todas las comunidades autónomas en el caso de la vivienda nueva, según los datos estadísticos del Colegio de Registradores de la Propiedad en el tercer trimestre. Tan solo se ve superada por la evolución de Asturias (14,1%) y País Vasco (9,2%). Además, el repunte medio nacional es del 1,1%.
Riesgo de caída anual
Un mayor encarecimiento que se agudiza en el ámbito regional con el estancamiento de la actividad constructiva, lo que hace temer incluso que, tras contabilizar las cifras de octubre a diciembre, no se consiga superar ni siquiera el total de unidades iniciadas durante 2023, que se situó en 3.740. De esa forma, se continuaría en una línea de diente de sierra que no ayuda a paliar las carencias.
«Si ahora tenemos una auténtica crisis de oferta y la demanda se dispara, pues pasará lo que no queremos que pase», reconoce el portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi) de la Región, Jerónimo Jover, que alude a un posible incremento todavía mayor del coste de la vivienda.
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Porque la limitada disponibilidad de inmuebles y la lenta construcción de nuevas propiedades dificultan cada vez en mayor medida la absorción de la creciente demanda, «lo que seguirá ejerciendo presión sobre los precios y complicando el acceso» a los ciudadanos, así se resalta en las conclusiones del III Solvia Market View 2024, informe publicado esta pasada semana por esta empresa inmobiliaria, que confirma «una continua tendencia al alza en los precios de las propiedades» en territorio murciano. Eso sí, su director de Operaciones, Juan Ramón Prieto, considera que el ritmo actual de transacciones «se mantendrá en 2025, debido, principalmente, a un entorno de acceso al crédito más favorable y a una mejora general de la situación macroeconómica». Y es que la bajada de los tipos de interés se convierte en otro factor que impulsará la búsqueda de productos para comprar.
El coste de los alquileres también mantiene un crecimiento interanual de casi cinco puntos ante un parque insuficiente
Así que en el sector de la construcción regional predomina cada vez más la incertidumbre, pues la fuerte demanda de vivienda acontece en un contexto de manifiesta debilidad en los indicadores de oferta. Al respecto, en su último boletín de coyuntura de la patronal Croem y la Cámara de Comercio de Murcia, publicado a principios de diciembre, correspondiente también al tercer trimestre, refleja en relación al mercado residencial «la atonía en términos de oferta». En concreto, al ajustado volumen de obra nueva visadas se suma una agudización del retroceso en la finalización de viviendas (apenas 779 certificados de fin de obra hasta agosto, un 42,3% menos que hace un año).
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Al mismo tiempo, la compraventa consiguió ya remontar las leves caídas que se produjeron a principios de año para alcanzar a partir de ahí una expansión sólida durante el conjunto del ejercicio. De esa forma se han acumulado 20.049 operaciones hasta octubre, frente a las 18.543 en los mismos meses de 2023, lo que supone un crecimiento del 8,1%.
En el desglose por regímenes las compraventas de vivienda nueva en la Región se sitúan en 4.077 frente a las 3.440 computadas en el mismo periodo del anterior ejercicio, mientras que la usada contabiliza 15.972, una cuantía del mismo modo por encima de las 15.103 de entonces.
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Con todo, se hace hincapié igualmente en que la reducción del 'stock' de vivienda nueva sin vender se sitúa en la Comunidad en torno a las 17.000 unidades, eso supone una ratio de 1.125 por cada 100.000 habitantes, que la deja todavía por encima de la media nacional de 895.
Demanda extranjera
Con respecto a la tipología de compradores, se subraya en el boletín de las organizaciones empresariales murcianas que «parte de esta dinámica podría deberse a la demanda por parte de los extranjeros», que supone el 24,7% de las ventas, la cuarta mayor tasa autonómica y la sexta provincial, diez puntos por encima de la media nacional del 14,9%).
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En este sentido las personas con mayor poder adquisitivo, tanto nacionales como de otros países son quienes copan de forma mayoritaria el mercado frente al resto, en particular frente a los colectivos con más dificultades como jóvenes e inmigrantes.
Pero si la oferta de vivienda para compra está tan disminuida, tanto o más se encuentra también la disponibilidad de alquileres. El parque inmobiliario para arrendamiento en la Región es muy reducido, lo que supone que los precios se hayan disparado igualmente. «Encontrar un alquiler que se ajuste a los ingresos medios es cada vez más complicado», sostiene el director de estudios del portal Pisos.com, Ferran Font. Así, la residencia tipo de alquiler en la Comunidad se elevó en noviembre un precio medio mensual de 7,01 euros por metro cuadrado, tras registrar la subida más intensa del país respecto a octubre. La variación de ascenso interanual es del 4,86%. Una escalada en las rentas que tampoco vislumbra un ajuste.
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Por Claudio Caballero
«Hemos tenido que renunciar a salir y viajar para poder pagarla cuanto antes»
Antonio Robles y Cristina Gómez es una de esas parejas murcianas que se ha embarcado en la difícil tarea de adquirir una segunda vivienda. De entrada, la casa que ya han comprado en Mazarrón les va a suponer un desembolso de unos 400 euros mensuales. Él es profesional de la Psicología y regenta un negocio en calidad de autónomo en Cieza y ella es profesora de secundaria en un instituto de Alguazas. A pesar de ello y de no presentar, de forma aparente, dificultades económicas, la hipoteca les supone un recorte importante en sus vidas diarias.
«Hemos tenido que renunciar a las salidas que hacíamos habitualmente y a los viajes que programábamos porque la hipoteca hay que pagarla y queremos hacerlo cuanto antes para no arrastrarla muchos años», explica Antonio, quien asegura que el propósito, con el tiempo, es trasladarse a este nuevo emplazamiento de la costa. No quiere desvelar el precio final que le ha supuesto hacerse con esta casa, pero sí dice que «es bastante más de lo que debiera ser si los inversores pudieran construir con más facilidad», considera.
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Ambos se quejan también del «interminable papeleo» que han tenido que realizar para, finalmente, acceder al que será su nuevo hogar. «Ha sido un largo y sinuoso proceso debido a las exigencias de las entidades bancarias y de los estamentos públicos, que en algún momento incluso hicieron que pudiéramos desistir en el empeño de adquirir esta nueva vivienda», señala Antonio, quien reivindica que a nivel administrativo haya más facilidades, sobre todo a las personas más jóvenes y menos experimentadas.
Gente más necesitada
«Es necesario que todo esto se agilice y que, al mismo tiempo, haya un abaratamiento del suelo», subraya este hombre, instando a los ayuntamientos a que «habiliten nuevos espacios para construir nuevas viviendas a la que pueda llegar la gente más necesitada, tal y como ocurría en los años 50 o 60 del pasado siglo XX».
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De momento, Antonio y Cristina, ambos naturales de Cieza, esperan poder reajustar sus vidas y, en un futuro no muy lejano, trasladarse a Mazarrón «para disfrutar del buen clima, del sol y de las bondades que ofrece nuestra tierra murciana».
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