Absuelven al educador de un centro de menores acusado de abusar de un joven

La detención de este docente –que ha estado defendido por el abogado penalista Raúl Pardo-Geijo Ruiz– se produjo en agosto del pasado año, tal y como avanzó LA VERDAD. El arresto se precipitó después de que uno de los menores relatase a la coordinadora del centro que este le dio una palmada en el culo cuando iba a meterse en la ducha. Un supuesto tocamiento que se habría producido a comienzos del mes de julio en presencia de otros dos alumnos, que inicialmente corroboraron su denuncia.

El juzgado, en su fallo, incide en la «dificultad que plantea la investigación de este tipo de delitos de abusos sexuales cometidos en el ámbito de una relación de cuidado del menor y confianza institucional». La complicación se acrecienta, subraya, cuando el denunciante es un menor de 14 años que se encuentra interno.

Para tratar de llegar al fondo del asunto, explica la magistrada, escuchó, no solo al denunciante y al investigado, sino también a numerosos testigos –como los compañeros del menor que inicialmente apoyaron su denuncia– y otros trabajadores de estas instalaciones. La instructora, recabada toda la prueba, llega a la conclusión, al igual que la Fiscalía, de que no existen suficientes indicios para abrir juicio oral contra el educador por una presunta agresión sexual.

Según explica el auto de la jueza, el menor mantuvo en todo momento la acusación. «El relato del menor es persistente, en cuanto a lo narrado en su queja en el centro, pues lo manifestado por escrito en su queja es coincidente con lo narrado en su exploración aunque escuetamente», explica la instructora. Ahondando en la credibilidad de su testimonio, la magistrada hace hincapié en que «para ser situaciones 'incómodas', tal y como le hizo ver la defensa, le cuesta concretar los momentos y tiempos». El adolescente únicamente concreta un tocamiento, en las duchas, en presencia de otros dos menores.

La jueza tiene en cuenta, no obstante, que más allá de ese relato del denunciante, «no existe ningún otro elemento corroborador que arroje indicios sobre la comisión de los hechos que el mismo narra». Los otros dos menores que, al parecer, le acompañaban aquel día en la ducha apoyaron inicialmente su denuncia. Más tarde, en su declaracion ante la jueza, uno de ellos acabó asumiendo que no había visto nada y que solo sabía lo que le había dicho el denunciante. El otro joven sí refirió haber visto una palmada en el culo, pero recalcó que él lo entendió como una broma.

La jueza no considera que exista un móvil espurio por el que el joven podría haber denunciado a su educador. Remarca que el propio acusado reconoció que había tenido dos conflictos con el adolescente: uno por el reparto del champú y otro por no dejarle jugar a la PlayStation.

El sospechoso, según refiere el auto, sostuvo en todo momento que no realizó ningún tocamiento al menor. Una versión que fue apoyada por otro trabajador del centro que se encontraba ese día en el módulo, prestando conjuntamente el servicio. La juez dicta el sobreseimiento provisional.