Guerra y Valenzuela, con un muflón, en una foto del sumario.

Valenzuela asegura que los invitados a Estambul fijaron un 'pozo' para gastos

El abogado del promotor Águeda declara que este tenía alguna relación con Cámara y confirma los negocios con el exedil Sánchez Carrillo

Ricardo Fernández

Martes, 24 de enero 2017, 01:44

«Sacamos dinero e hicimos un fondo común». Tal fue la respuesta que ofreció ayer el abogado Daniel Valenzuela cuando el juez le preguntó cómo se pagaron los gastos de un viaje de lujo a Estambul en 2008, en el que participaron, además de él mismo, el promotor Ramón Salvador Águeda; el entonces alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara; el exconcejal Antonio Sánchez Carrillo, y el entonces gerente de Urbamusa y hoy concejal de Fomento, Roque Ortiz, junto a sus respectivas esposas.

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La constitución de un fondo común o 'pozo', como se le denomina popularmente, se habría producido -siempre según las manifestaciones de Valenzuela- cuando la expedición ya se encontraba en la histórica ciudad turca, con el aparente fin de abonar los gastos de alojamiento y manutención durante los tres días que duró el viaje.

Sin embargo, respecto del desplazamiento en un 'jet' privado, el abogado del promotor admitió no saber quién había abonado ese gasto. «Yo no pagué», aseguró. Y cuando fue interrogado acerca de si el resto del pasaje pagó algo, manifestó que era algo que desconocía. «No lo sé. El avión era de Ramón Salvador Águeda», señaló por toda explicación. El coste del vuelo a Estambul en el avión privado rondaba los 75.000 euros, según la tarifa de estos 'jets' privados, por lo que cada pareja tendría que haber abonado unos 15.000 euros de haberlo sufragado a partes iguales.

Valenzuela explicó que en la época en la que se planificó ese viaje de placer a Turquía estaba trabajando para las empresas de Ramón Salvador y que este le dijo un día que si se apuntaba a visitar Estambul con su mujer. «Le dije que sí. Luego me dijo que también venía Sánchez Carrillo y su esposa, y más tarde que también viajarían Cámara y Roque (Ortiz) con sus mujeres. Parece que eso lo pidió Sánchez Carrillo», vino a señalar en su comparecencia de ayer ante el Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia, que el abogado realizó en calidad de testigo. En esta pieza separada del 'caso Umbra' se investigan supuestos delitos de cohecho, por las presuntas dádivas o regalos que el exalcalde Cámara, el exconcejal Fernando Berberena y el exdirector de la Gerencia de Urbanismo, Alberto Guerra, pudieron recibir del promotor Ramón Salvador.

Valenzuela también aclaró que Cámara y este empresario ya tenían alguna relación previa a ese viaje, y lo mismo dijo respecto de Sánchez Carrillo, pues confirmó que el exedil compartía negocios con el conocido promotor. «Yo no lo sabía en esa fecha; me enteré después», dijo.

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Amigo de Guerra desde 2002

El testigo, quien durante años ha defendido los intereses de relevantes promotores en el municipio de Murcia, admitió que desde 2002, aproximadamente, es amigo de Alberto Guerra, el alto funcionario que dirigió durante un tiempo el urbanismo local. Valenzuela explicó que ambos viajaron a Johannesburgo, en Sudáfrica, en 2010, en una expedición de caza en la que también tomó parte Sánchez Carrillo. «Yo viajaba con mucha gente y Alberto Guerra se apuntó. Fue un viaje normal de un grupo de amigos, en el que cada uno se pagó sus gastos», indicó al magistrado David Castillejos.

También admitió haberse desplazado junto a Guerra a Thailandia en el año 2008, aunque aclaró que en esta ocasión no fue para cazar, sino para hacer turismo.

Respecto de otras cacerías en España, de las que dejan constancia algunas fotografías en las que se ve a Valenzuela, Guerra y Salvador Águeda, el testigo declaró que eran jornadas organizadas por un relevante empresario ilicitano del calzado. «Me invitó a mí y yo se lo dije a Alberto Guerra», comentó.

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Trámites en la zona norte

El hecho de que Daniel Valenzuela haya representado a promotores con importantes intereses en el área de Murcia, como Ramón Salvador Águeda, es la principal circunstancia que cuestiona su amistad con Alberto Guerra, que como gerente de Urbanismo que fue estaba obligado a defender los intereses públicos. Sin embargo, ayer sostuvo ante el juez que en ningún momento intervino en el cuestionado convenio 30/05 que desarrolló Residencial Mirallevant, una de las empresas de Ramón Salvador, ni tampoco en el desarrollo urbanístico de toda la zona norte del municipio.

«Desde 2008 a 2009 estuve como empleado en las empresas de Ramón Salvador y luego me fui y ya solo hice trabajos puntuales», afirmó.

A primeros de febrero prestarán declaración como imputados Alberto Guerra y Miguel Ángel Cámara, ambos por presunto cohecho.

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