El «prestigio encubierto» del acento murciano
LV
Miércoles, 22 de junio 2016, 02:29
El profesor Juan Manuel Hernández Campoy señala que, desde el punto de vista sociolingüístico, el español hablado en Murcia ha estado tradicionalmente asociado al mundo vernáculo del huertano que trabajaba en las vegas del río Segura.
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«Estereotipado como 'el habla de la huerta', este dialecto ha tenido connotaciones negativas de ruralidad y 'habla mala', incluso para los propios murcianos», añade el profesor.
Dada esta estigmatización, «hay una tendencia en los hablantes murcianos a acomodarse a la variedad del prestigio castellano del norte en casos de contacto interdialectal y también en contextos públicos como los medios de comunicación».
Sin embargo, el dialecto murciano también goza de prestigio encubierto, de forma que sus usuarios locales no lo abandonan completamente, defiende este experto, para quien «los murcianos, como suele ser el caso en numerosas comunidades de hablas locales, tienen una especie de relación de amor-odio con su variedad vernácula».
Es decir, «por una parte consideran su acento como basto, rural, e incluso 'feo'; pero, por otra, admiten que es su acento, tan respetable como cualquier otro, y consiguientemente lo defienden».
Murcia, concluye el profesor Hernández Campoy, es un «área de inseguridad lingüística entre los hablantes locales, con una fuerte situación de doble conciencia, desde la mala conciencia lingüística, el complejo y la autocensura, hasta el prestigio más encubierto».
Estos patrones se están traduciendo en un creciente uso de la variedad norteña del castellano estándar en detrimento de los rasgos locales murcianos.
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