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MUNDO

Cuba soporta sin víctimas mortales vientos de 340 kilómetros por hora

MILAGROS L. DE GUEREÑO

Lunes, 1 de septiembre 2008, 03:14

A la luz del nuevo día, el panorama en las provincias de la isla de la Juventud, Pinar del Río y, en menor medida, en la de La Habana era desolador. Aunque no se registraron víctimas mortales, el huracán arrasó con todo a su paso antes de preparar su asalto a Estados Unidos. Si se confirman los peores temores, la magnitud de la devastación causada por el monstruoso 'Gustav' puede ser la más grave en la región occidental cubana en el último medio siglo.

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Las medidas preventivas de la Defensa Civil, que evacuaron 250.000 personas, evitaron la pérdida de vidas humanas. A su paso por el Caribe, el huracán había matado a cerca de 100 personas en Haití, República Dominicana y Jamaica. Los vientos de 240 kilómetros sostenidos -correspondientes a la categoría 4 de la escala Saffir Simpon- y rachas que alcanzaron el récord de 340, aullaron durante todo el sábado. Pasadas las 10 de la noche, 'Gustav' salió al mar por el norte de la isla, pero las lluvias intermitentes y los vientos se sintieron hasta la mañana de ayer.

En La Habana, un manto de hojas, ramas, algunos árboles y postes de la luz y farolas cubrían las calles. Los servicios comunales y los vecinos barrían y recogían los restos del desastre. Sin embargo, eso no era nada comparado con el paisaje de Pinar del Río. En los 167 kilómetros que atravesó 'Gustav', ni los periodistas locales, acostumbrados a recibir muchos fenómenos meteorológicos, podían dar crédito a lo visto y vivido. Desbordó ríos, arrancó árboles, tejados, puertas, torres y tendidos eléctricos, cables telefónicos y vidrios, derrumbó total y parcialmente muchas viviendas y almacenes. Además, destruyó plantaciones y cosechas y casas de tabaco -los mejores puros cubanos provienen de esa zona-. «Parecía la onda expansiva de cualquier artefacto militar... edificios sin ventanales, sin puertas, pocos árboles quedan en pie», dijo un periodista desde la Isla de la Juventud.

Las olas alcanzaron alturas de entre 2 y 5 metros y las penetraciones de mar en el litoral sur de la mayor de las Antillas llegaron hasta 7 metros tierra adentro. La luz y el gas se cortaron preventivamente el sábado y ayer volvían paulatinamente, así como el restablecimiento del transporte interurbano.

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