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CARTAS APÓCRIFAS

Al quidam de LATBUS

PEDRO SOLER

Miércoles, 13 de agosto 2008, 03:49

Usted debe ser un quidam de armas tomar. Fíjese si estaré convencido que no me he tomado la molestia de saber quién es, ni cómo se llama, porque no me importa ni quiero que su datos aparezcan entre estas líneas, que poco valen y poco hacen, pero sirven de desahogo personal. Sí quiero aclararle algo y es lo siguiente: la palabra apócrifa quiere decir que se trata de algo fingido; pero puedo afirmarle que cuanto aquí se cuenta y desea va escrito con la más auténtica sinceridad.

Así que me gustaría verlo a pleno sol, en cueros vivos, atado de pies y manos, en una de esas parrillas giratorias en las que los buenos restauradores asan los cochinillos. Será el modo, mientras su piel se va socarrando, de que entienda el sufrimiento que vivimos los usuarios de autobuses, que nos cocemos a 45 grados a la sombra, remojados en el sudor que despiden los millones de poros de nuestro cuerpo. Tres cuartos de hora así es una ofrenda inútil y desquiciante. ¿Y si fuese un día, o dos, o tres...!

No puede imaginarse, so cualquiera, la vergüenza que uno pasa, cuando nota que la mindolica gotea hecha un tubo de escape de sudores, pantalón abajo, como si se tratase de una de esas ramificaciones que sobre la vía pública vierten miles de aparatos de aire acondicionado entre la mayor impunidad. (Algún día habrá que recordarle algo sobre esta otra cuestión a Adela Martínez Cachá). ¿Se daría cuenta alguien de que, ayer, llevaba hasta el zapato derecho inundado de los líquidos que se dejaba caer?

Lo mismo que esto, a usted, tío cualquiera, le importará una cataplasma, que el bebé que viajaba con su madre berrease incontenible en el asadero en el que creía encontrarse. La madre lo dejó casi en porretas, pero el chiquillo, sin parar.

La mujer que acababa de subir preguntó, cariacontecida, al conductor: «¿Otro día a 45 grados! A esto no hay derecho!» Y la sabia respuesta fue: «Pronto lo van a arreglar».

Desconozco si ese pronto estará en relación directa con el tiempo necesario para que se produzca el aumento de precios de billetes debidamente anunciados -quiero recordar- por la señora concejala Nuria Fuentes. Ni capto si el conductor se ha mostrado tan liviano porque sus últimas reivindicaciones han sido atendidas. En otro clima, hubiese denunciado que la empresa lo estaba sometiendo a cocimiento estival, método abusivo sólo puesto en práctica en países estalinistas.

Sea como fuere, el caso es que viajar a 45 grados, dentro de un autobús, proporciona las razones precisas para que exigir que al responsable empresarial lo cuezan en una olla-express y se lo sirvan a los antropófagos. Es lo que le deseo con ardorosa admiración.

P. D.- Me arrepiento. Por muy quidam que sea, hay nombres que deben publicitarse. El director general de LATBUS se llama don José Luis Sánchez.

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