Las zonas de costa y de alta afluencia turística en temporada alta están peor preparadas F. P.

Estas son las zonas de España menos preparadas para hacer turismo en camper o autocaravana

A. Noguerol

Martes, 8 de julio 2025

El auge del turismo de autocaravanas en España se enfrenta a una paradoja: mientras el sector crece sin freno, la actitud de muchos municipios, especialmente en zonas de gran atractivo turístico, sigue siendo de rechazo.

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Un estudio reciente de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar) ha puesto de manifiesto que comunidades autónomas como Asturias, Cantabria o Andalucía se encuentran entre las menos preparadas y más reacias a acoger este tipo de turismo, a pesar de los importantes ingresos que genera.

La investigación, basada en una encuesta a casi 1.000 autocaravanistas a través de redes sociales y el portal Autocaravanas.es, ha dibujado un mapa de «puntos negros» en el país.

Destacan un buen número de municipios donde los usuarios de autocaravanas enfrentan mayores problemas para estacionar o encuentran una infraestructura deficiente. Los resultados son claros: las zonas de costa y de alta afluencia turística en temporada alta están peor preparadas y son más propensas a generar conflictos que las áreas de interior o montaña.

Localidades asturianas como Gijón, Llanes o Castro Urdiales, municipios cántabros como Noja o Suances, y destinos andaluces como Tarifa, Chipiona (Cádiz), Nerja, Estepona o Benalmádena (Málaga), así como zonas de Almería (Cabo de Gata, Mojácar, Níjar), Alicante, Pontevedra (Sanxenxo, Nigrán), Canarias y buena parte del País Vasco (Hondarribia, Deba), muestran una clara intolerancia hacia el turismo de autocaravanas. La situación es similar en Mallorca e Ibiza, y en localidades cercanas a estaciones de esquí (Jaca, Formigal, Candanchú), donde la falta de vivienda para trabajadores de temporada agrava la problemática y fomenta la oposición al «caravaning».

Mapa con los puntos negros para las autocaravanas ASEICAR

Desde Aseicar, se critica que «en decenas de municipios, especialmente de las zonas costeras, se niegan a admitir la evidencia: reniegan del sector y se oponen a crear áreas especiales para autocaravanas, multan a estos vehículos caravaning por estacionar como cualquier otro vehículo e incluso restringen su acceso a las ciudades», según ha explicado la propia asociación. Esta postura limita el potencial económico de un sector que, además de generar pernoctaciones y consumo local, contribuye a desestacionalizar el turismo y a distribuir la riqueza por diferentes puntos geográficos.

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Sin embargo, el estudio también identifica los «municipios verdes» o «pro-caravaning», donde los autocaravanistas son bien recibidos y cuentan con instalaciones apropiadas. Ejemplos de buenas prácticas incluyen localidades como Peñíscola o Benicarló (Castellón), Ainsa o Daroca (Aragón), Cazorla o Baeza (Jaén), Alcázar de San Juan (Ciudad Real), Tudela (Navarra) o Baralla y Foz (Lugo), así como varios puntos de Castilla y León (La Bañeza, Zamora, Palencia). Estos municipios demuestran que la colaboración y una normativa adecuada pueden convertir los desafíos en beneficios.

Cinco reglas del buen autocaravanista

La Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar) ha desvelado las «5 Reglas del Buen Autocaravanista», un decálogo para viajar, disfrutar y, sobre todo, respetar el entorno y a la comunidad local.

La primera y fundamental regla es «No dejar huella». Esto implica que el autocaravanista debe asegurarse de que el lugar de paso o pernocta quede exactamente como lo encontró. Evitar cualquier deterioro, por pequeño que sea, y abstenerse de actividades de ocio que puedan dañar el entorno natural es crucial para preservar los paisajes y espacios públicos.

En segundo lugar, el «buen autocaravanista» se esfuerza por «Ser bien recibido». Esto se logra potenciando y consumiendo en el comercio local de los lugares que visita, contribuyendo así a la riqueza y el empleo de la zona. Además, difundir y promocionar aquellos emplazamientos donde son bien acogidos no solo ayuda a otros viajeros, sino que también fomenta una imagen positiva del sector. Mantener un trato cordial y respetuoso con los vecinos de los destinos es, por supuesto, esencial.

La tercera regla incide en «Respetar y cuidar el entorno» con un énfasis especial en la sostenibilidad. Esto significa, bajo ninguna circunstancia, arrojar residuos al suelo (plásticos, latas, cigarrillos, papeles) y, de forma categórica, no realizar nunca acciones contaminantes como el vaciado de aguas residuales en lugares no autorizados. El respeto absoluto al medio ambiente es un pilar irrenunciable de esta modalidad de viaje.

La cuarta clave es «Evitar riesgos y sanciones». Antes de iniciar la marcha, es indispensable comprobar que todos los dispositivos de la autocaravana están bien cerrados. En la vía pública, el autocaravanista responsable no obstaculiza el paso ni las vistas al estacionar frente a comercios o restaurantes. La custodia de las mascotas es vital para evitar que molesten a otras personas, y el cumplimiento estricto de las normas de seguridad y distanciamiento (especialmente relevantes en tiempos de COVID-19) es una obligación. Y, por supuesto, cumplir siempre las normas de circulación.

Finalmente, la quinta regla aborda la «Pernocta adecuada». Los autocaravanistas deben utilizar lugares específicamente habilitados para ello, principalmente áreas de autocaravanas y campings. En ausencia de estos, el estacionamiento debe realizarse en calles o zonas amplias, o en parkings abiertos en las afueras de pueblos y ciudades. Si la intención es acampar (extender elementos fuera del perímetro del vehículo), el lugar adecuado es siempre un camping o aquellas áreas de pernocta expresamente permitidas. En cualquier caso, el respeto absoluto a las señales de tráfico y las normativas locales es imperativo.

El presidente de Aseicar, José Manuel Jurado, ha insistido en que el sector del «caravaning» es un fenómeno en imparable crecimiento, pero lamenta que «no la visión que tienen del sector algunos municipios». Por ello, la patronal reitera su plena disposición a colaborar y trabajar con ayuntamientos y municipios.

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El objetivo es asesorar en la regulación de normativas y en la ampliación de infraestructuras para que los problemas actuales se conviertan en beneficios mutuos, tanto para las administraciones locales y sus vecinos como para los crecientes amantes de esta modalidad de turismo vacacional.

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