Las supersticiones de la Lotería del Niño

Cada año antes de que comience la Lotería del Niño los que juegan confían su suerte a una serie de supersticiones. Las creencias siempre han seguido al ser humano a lo largo de la historia. A día de hoy hay quien prefiere no pasar por debajo de una escalera, abrir un paraguas en el interior de su casa o cree que si se rompe un espejo tendrá mala suerte durante los próximos 7 años.

Estas supersticiones se trasladan y acentúan más cuando se juega a la lotería. Desde que compramos el décimo del Niño ya seguimos una serie de costumbres. La misma elección del número no se deja al azar. Unos apuestan por fechas importantes en su vida como el día de su boda, el nacimiento de un ser querido o un día que signifique mucho para él. Otros optan por una fecha relevante para la sociedad como el día que la selección española ganó el Mundial de fútbol en 2010. El resto confía en el número con el que hayan soñado, o sino se deja llevar por su instinto, pero pocos eligen el primero que ven. Sea cual sea el número que quieras puedes locarlizarlo en nuestro buscador de números del Sorteo del Niño. También existe la creencia de que donde ha ocurrido una desgracia va a tocar la lotería o que donde tocó el año pasado volverá a caer alguno de los premios. Por eso administraciones como Doña Manolita tiene todos los años la mayor venta de lotería.

Cuando el décimo ya está en nuestras manos, unos lo pasan por el lomo de un gato negro o la barriga de una embarazada ya que se cree que el nacimiento es motivo de buena suerte. Otros deciden pasarlo por la calva de quien tengan más cerca, una costumbre que adquirió gran popularidad tras los anuncios del calvo de la Lotería de Navidad, o por la joroba de alguien. La Lotería del Niño es azar y la probabilidad de que toque es una entre 100.000, pero con tal de que nos toque seguimos cualquier rito o leyenda.