La Sima de la Higuera, tercer Monumento Natural de la Región

Solo unos pocos privilegiados han podido recorrerla, pero su belleza e importancia geológica son tan notables que la Sima de la Higuera, en Pliego, se ha convertido en el tercer Monumento Natural de la Región, después del Monte Arabí (Yecla) y las Gredas de Bolnuevo (Mazarrón). El Consejo de Gobierno ha aprobado esta misma mañana la protección para la cavidad situada al norte de Sierra Espuña, a 485 metros de altura y en el Monte Público Cabezo y Cuesta de Aledo, un ecosistema subterráneo que esconde unas formaciones únicas en el mundo amparadas desde ahora por la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad.

La Sima de la Higuera tiene una longitud conocida de 5.500 metros, siete salas a lo largo de su recorrido y un lago en una inusual disposición elevada (lo habitual es que las concentraciones de agua se sitúen al final de las cavidades). Se accede a través de un agujero medio tapado por una vieja higuera con caída vertical de 72 metros (el equivalente a un edificio de 30 pisos) que sitúa al visitante en un mundo secreto donde el tiempo transcurre al lentísimo ritmo geológico, en silencio absoluto y a unos inamovibles 20ºC de temperatura y 92% de humedad. El interior está balizado para que los espeleólogos y científicos que la recorran no se aparten de la senda marcada y puedan dañar involuntariamente el frágil y valioso interior de la cueva.

La cavidad explorada más grande de la Región de Murcia presenta «originales y extrañas morfologías y formaciones no relacionadas con los procesos de espeleogénesis tradicionalmente aceptados, derivados de la infiltración de agua de lluvia a través de grietas y fisuras de las rocas. Por este motivo, esta sima se ha convertido durante los últimos años en referente internacional en el colectivo espeleológico para el estudio e interpretación de cavidades de origen hipogénico, formadas por procesos hidrotermales ligados al ascenso desde las profundidades de flujos de agua caliente con alto contenido en dióxido de carbono», destaca la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.

La excepcionalidad de la Sima de la Higuera se debe, además, a que alberga «una formación no observada hasta el momento en ninguna otra cavidad conocida, denominada dobles conos, localizados a 98 metros de profundidad con respecto a la boca de la sima y creados por la deposición de calcita flotante sobre el suelo de la Sala Paraíso, lugar más conocido de la cueva», añade el Gobierno regional. También pueden apreciarse frágiles formaciones de aragonito e imponentes 'nubes' de roca de hasta dos metros de diámetro.

El balizado marca el final del recorrido autorizado a visitas deportivas al final de la Sala Paraíso. «A partir de este punto, el acceso está solo permitido con una autorización específica para el desarrollo de investigaciones espeleológicas y estudios científicos. Desde ese punto y atravesando el paso Cuatro Picos, la cavidad continúa su desarrollo horizontal descendente hasta el punto de mayor profundidad, situado a 156 metros, en la conocida como Sala Pedro», indica la Comunidad Autónoma.

La Sima de la Higuera no está abierta a las visitas; el acceso está protegido con una reja metálica y solo es posible recorrerla mediante la solicitud de un permiso y la demostración del conocimiento de las técnicas de progresión vertical en espeleología. La sucesión de pozos verticales en su acceso, la estrechez de los pasos y la fragilidad de las formaciones geológicas obligan a preservar al máximo este Monumento Natural cuyo circuito completo se transita en no menos de seis horas.

La finalización de este proceso de protección, iniciado por el Ayuntamiento de Pliego en 2014 con el apoyo de la Federación de Espeleología de la Región de Murcia, supone la adecuación de un «importante recurso geológico mediante el fomento de actividades científicas y espeleológicas que den a conocer las singularidades de esta cavidad única», a juicio del Gobierno regional. Más de 500 espeleólogos y científicos procedentes de todo el mundo acceden cada año a la Sima de la Higuera, convertida ya en un importante recurso natural y turístico para el municipio de Pliego.

Esta cueva es bien conocida por los vecinos de Pliego (que la denominan Sima del Cementerio porque la entrada se aprecia desde el camposanto de la localidad), pero no fue hasta 1997 cuando se supo de su magnitud gracias a los espeleólogos locales Pedro López Ruiz y Gema Cánovas Gómez, que dieron con la 'llave' de esta maravilla geológica retirando las piedras que obstruían la entrada a una galería. Así describieron su reacción cuando llegaron a la estancia que llamaron Sala Paraíso: «No podíamos creernos lo que nos estaba pasando, éramos conscientes de ser los primeros seres humanos en pisar por esas galerías, estábamos viendo y descubriendo el mayor sistema subterráneo de la Región», declararon entonces con la emoción de los auténticos exploradores.