Seis tortugas bobas regresan a Calblanque con un emisor satelital

La histórica nidada de tortuga boba del verano pasado en el Parque Regional de Calblanque (Cartagena) ha cerrado su círculo este martes con la liberación en el mar de los once ejemplares que aún permanecían en cautividad, tras la suelta de sus diez hermanas hace ocho días. Las once tortugas marinas, todas por encima de un kilo de peso tras ser criadas de forma controlada entre los tanques del Imida en San Pedro del Pinatar y el Oceanogràfic de Valencia durante el último año, también han iniciado su nueva vida en Cala Arturo, donde vieron la luz. Seis de ellas han sido equipadas con emisores que permitirán seguir sus movimientos durante un periodo comprendido entre tres y doce meses.

Los datos de localización serán recogidos y procesados por la plataforma satelital Argos, «para hacer un seguimiento posterior de los animales y valorar su supervivencia en el medio», informan fuentes del Gobierno regional. Tres de los emisores han sido costeados por la Comunidad Autónoma y los otros tres por la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia.

El marcado de los animales se ha realizado en el Oceanogràfic de Valencia, donde permanecieron durante unos días para adaptarse al mar. Los emisores satelitales utilizados se han desarrollado específicamente para esta especie, aunque los ejemplares que los porten tienen que pesar más de un kilo y medir un mínimo de 21,7 centímetros.

En la devolución al mar de las ya no tan pequeñas tortugas bobas han participado la Universidad de Valencia, los voluntarios de la Asociación de Vecinos Las Cobaticas-La Jordana, ANSE y las asociaciones Calblanque, Procabo y Posidonia, que durante el verano de 2019 colaboraron activamente tanto en la búsqueda de rastros como en la vigilancia del nido. También la asociación Ulula, dedicada al estudio de las aves nocturnas, que colaboró en la instalación de una cámara de seguimiento en el nido.

El director general de Medio Natural, Fulgencio Perona, ha dado las gracias «a todas las asociaciones, organizaciones y personal que se ha implicado directa o indirectamente en los programas de educación ambiental, búsqueda y seguimiento de rastros y anidamientos, vigilancia del nido y 'head starting' de los neonatos».

La Dirección General de Medio Natural ha organizado la liberación en cuatro bloques, debido a las restricciones que impone la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19, para que puedan participar los socios de las asociaciones de voluntarios invitadas; el personal de la Dirección General del Medio Natural implicado en la gestión de las tortugas; y los alumnos del Colegio San Isidro de Los Belones, «como un modo de reforzar la importancia que la educación ambiental tiene sobre los más jóvenes», señala la Consejería.