Las nuevas plantas del año de la pandemia
Botánicos españoles descubren para la ciencia más de cuarenta especies en todo el mundo durante 2020
En el año más difícil que se recuerda, la ciencia ha estado a la altura. No solo produciendo en tiempo récord una vacuna que supone una luz al final del túnel de una pandemia que ha acorralado a la humanidad, sino manteniendo investigaciones en todos los campos que suponen avances importantes, también en el campo de la biodiversidad. Cuando la Covid-19 nos ha obligado a preguntarnos qué estamos haciendo con la naturaleza, es una buena noticia que expertos españoles hayan descubierto en todo el planeta más de cuarenta nuevas especies de plantas, informa la Sociedad Botánica Española (Sebot). Quizá algunas de ellas contengan las claves para combatir enfermedades futuras.
Las dos especies más llamativas son quizá dos plantas carnívoras que crecen, hasta ahora de forma discretísima, en las montañas granadinas de Tejeda ('Pinguicula tejedensis') y en la Serranía de Cuenca ('Pinguicula casperiana', bautizada en honor del taxónomo alemán Siegfried J. Casper, especialista mundial en este género). Pequeñas, herbáceas y con forma de roseta, popularmente conocidas como 'grasillas' o 'tirañas', ambas fueron descubiertas por científicos del Grupo de Investigación de Botánica y Conservación Vegetal de la Universidad de Alicante en macizos calcáreos.
No muy lejos de Granada, en Murcia y Almería, fue descubierta la herbácea 'Linaria semialata', y también en España fueron detectadas especies hasta ahora inéditas para la ciencia, como la gramínea 'Aira minoricensis' (Menorca), el musgo 'Lewinskya scissa' (Gran Canaria) y la preciosa violeta 'Viola guaxarensis' (Tenerife).
«A lo largo de 2020, la actividad de los botánicos españoles ha estado marcada por una palabra: cuarentena. No solo porque este año la pandemia del coronavirus les haya dificultado hacer lo que llevan en la sangre, salir al campo para estudiar las plantas, sino también porque han descrito más de cuarenta especies de plantas nuevas para la ciencia. Pese a las dificultades sanitarias y sociales que la crisis ha impuesto, han continuado analizando y recopilando datos, examinando especímenes atesorados en los herbarios y colaborando telemáticamente para sacar adelante su crucial cometido: la descripción y estudio de la biodiversidad vegetal», destaca la Sociedad Botánica Española.
En América, Asia, África...
Las 43 especies nuevas registradas durante 2020 por botánicas y botánicos españoles, o que trabajan en instituciones nacionales, suponen «un notable ascenso en relación con el año anterior». Entre ellas hay algunas que solo se localizan en España, pero alrededor del 80% de los taxones descubiertos este año se encuentran en lugares tan dispares como Norteamérica, los Andes, Asia central, Madagascar y Sudáfrica, «lo que ha implicado una intensa colaboración con investigadores internacionales. Con pandemia o sin ella, el trabajo de nuestros botánicos es cada vez más global, y sigue involucrando actividades de lo más variopintas, desde el minucioso estudio de especímenes bajo las lupas hasta complejos análisis genéticos», señala la Sebot.
El listado de nuevas especies incluye plantas de interés económico, como la sudamericana 'Ipomoea australis', 'pariente' silvestre del boniato y potencial fuente de recursos genéticos para la mejora de la planta cultivada. Además, hay especies de interés científico y conservacionista, como las dos plantas carnívoras de las montañas ibéricas, que se habían confundido hasta ahora con otras similares, o una exclusiva del suroeste de Portugal que habita únicamente en pequeñas lagunas temporales ('Helosciadium milfontinum').
«En un periodo de crisis sanitaria, climática y de la biodiversidad, la ciencia básica es crucial para nuestro futuro como sociedad. Desde la Sociedad Botánica Española resaltamos la aportación de las botánicas y botánicos de nuestro país a la generación de conocimiento y reivindicamos la trascendencia de investigar, describir y catalogar la biodiversidad de plantas de nuestro planeta, de la que tanto dependemos, y de la que aún queda tanto por descubrir», defiende la Sociedad Botánica Española.