Miguel Ángel Martínez-Aroca: «El modelo social de las renovables está fulminado»
El abogado murciano es reelegido por otros cinco años al frente de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), que agrupa a 5.000 inversores de pequeñas plantas solares
Si es solar la fuerza que impulsa a Miguel Ángel Martínez-Aroca Pérez (Murcia, 1971), infatigable defensor de los pequeños productores de energía fotovoltaica, ya ... estamos tardando en acelerar al máximo la transición ecológica. Este licenciado en Derecho por la UMU, nacido en el castizo barrio del Carmen y residente en la urbanización molinense de Altorreal, fue reelegido este sábado en Madrid –por aclamación, no hubo más candidaturas– como presidente de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), organización que lidera desde 2012 y que representa a multitud de familias, pymes e inversores que hace quince años apostaron por las renovables como motor del futuro. Abogado de las denominaciones de origen de los vinos de Jumilla y Yecla, y de una modesta comunidad de regantes de La Unión, Martínez-Aroca –casado, dos hijos– se relaja pintando acuarelas y navegando en su pequeño velero por el Mar Menor y alrededor de la isla Grosa. A última hora de la tarde no perdona un paseo por el campo.
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–Casi tres semanas nublado y lloviendo. ¿Cómo afecta este tiempo al sector fotovoltaico?
–Me alegra muchísimo, esto le viene muy bien a la Región de Murcia, a la naturaleza, a la agricultura y a los acuíferos. Además, deja limpias las placas solares para el resto del año. Y seguimos produciendo, aunque no tanto como en un día soleado: entre un 30% y un 35% del rendimiento habitual. Pero lo doy por bueno.
–Inicia un tercer mandato para liderar durante quince años a los pequeños productores de energía fotovoltaica. Las circunstancias han cambiado desde que nació Anpier...
–La asociación surgió en 2010 para defenderse de los ataques del Gobierno, cuando el entonces ministro Miguel Sebastián aplicó los primeros recortes retroactivos del 30% contra la fotovoltaica. En ese año ya se habían construido 3.500 megavatios de fotovoltaica por parte de 5.000 familias españolas que se encontraron de repente en una gran inseguridad jurídica. Y con una deuda financiera de 25.000 millones de euros que había que devolver a los bancos. Nos quedamos perplejos porque habíamos acudido a un llamamiento del Estado, publicado en el boletín oficial, en el que se pedía la construcción masiva de proyectos renovables para cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones. Pensábamos que era una inversión patriótica y dos años después sufrimos esos cambios normativos.
–Ese primer recorte se publicó en el BOE una Nochebuena...
–Inmediatamente comenzamos a entrar en contacto los inversores y constituimos la asociación; yo llevaba la voz cantante, nos reuníamos en hoteles o donde podíamos, ese fue el germen de Anpier, que tiene una estructura de delegaciones en toda España.
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«El Gobierno central está empeñado solo en el desarrollo de grandes proyectos»
–La situación ha cambiado, ¿cuáles son las perspectivas?
–Nacimos como asociación de defensa y ahora somos una organización consolidada de asesoramiento, con una gran estructura de personal técnico, con ingenieros, abogados y administrativos, y un presupuesto anual de 600.000 euros solo con las aportaciones de los socios. No tenemos ayudas ni subvenciones de la Administración. Prestamos apoyo y asesoramiento a nuestros socios y velamos por que no se produzcan nuevos ataques de la clase política para avanzar en mejoras del terreno perdido. Porque hemos sufrido nueve cambios normativos con carácter retroactivo en los últimos diez años que han ido laminando los ingresos originarios.
–¿Cuántos socios tiene Anpier?
–5.000, que están detrás de 65.000 instalaciones fotovoltaicas en toda España. Somos la mayor asociación fotovoltaica de Europa. En la Región de Murcia es donde más socios tenemos, unos mil con aproximadamente 15.000 huertos solares, porque en su momento se instalaron muchas plantas pequeñas, de agricultores, ganaderos y pequeños inversores. Es un modelo muy distribuido que también se da en Navarra. Estas dos comunidades socializaron desde el principio la energía solar fotovoltaica.
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–¿Quiénes y cómo son los socios de Anpier?
–Todos los inversores entraron en la fotovoltaica como un complemento a su actividad principal. Fundamentalmente agricultores y ganaderos, pero también amas de casa, profesores, personal sanitario, abogados, arquitectos, e incluso el notario donde se firmaban las operaciones, que de tanto ir compró una planta.
–¿Se han recuperado ya de los recortes retroactivos y del 'impuesto al sol'?
–A raíz de la normativa que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy, que fue el que más daño hizo al sector renovable en España, sufrimos un recorte perpetuo medio del 20%. Es la media, porque en función del tamaño, el recorte puede llegar al 45%. Ese daño sigue vigente y lo que estamos consiguiendo son pequeños avances con el actual Gobierno. Al menos hemos evitado un recorte adicional de otro 10% que dejó preparado Rajoy antes de perder el Gobierno. También hemos logrado la derogación del 'impuesto al sol' y el sector ha ido dando pasos adelante gracias al perfil más social de este Ejecutivo.
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–Una queja recurrente de Anpier es que el desarrollo fotovoltaico se está haciendo a medida de los grandes grupos energéticos.
–Así es, la socialización de la energía que se produjo en los inicios del despliegue renovable en España, a partir de 2007, fue un éxito reconocido mundialmente. Pero ese modelo ha quedado fulminado, desaparecido, exterminado. El Gobierno actual está empeñado en el desarrollo de grandes proyectos y se ha olvidado de las plantas de pequeña escala y potencia en manos de miles de ciudadanos. No hay protección ni tutela, ni intención alguna de dar entrada a familias, pymes y autónomos en el sistema eléctricos. Se quiere concentrar la energía renovable en manos de unos pocos, y esa es nuestra crítica feroz al actual Ejecutivo.
–¿Y por qué esta marginación a los pequeños productores?
–Creo que por la creencia errónea de que el sector debe estar profesionalizado por las grandes compañías eléctricas. Es una equivocación y se lo hemos demostrado con los primeros parques que se construyeron, perfectamente gestionados por pymes que pueden producir energía con los mismos KW/hora que un gran grupo energético. Además, Europa no va por esta línea, sino que promueve la entrada de pequeños productores para que haya más competencia. En España solo se contempla a la familia o a la pyme para el autoconsumo, pero no para que inyecte y venda la energía a la red. Ycomo mucho, que abastezca a su vecino; lo que serían las comunidades energéticas.
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–¿Son viables?
–Queda mucho por desarrollar, no es más que una instalación de autoconsumo de muchas familias o de empresas. Serán viables cuando tengamos una legislación sólida en España que trasponga la directiva europea. Aún están muy verdes, pero será un modelo muy interesante.
«La Región de Murcia podría ser el Kuwait de las renovables»
–La socialización de la energía renovable ha sido marginada por gobiernos de distinto signo político, ¿a qué lo achaca?
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–Hemos recibido los ataques despiadados tanto de la derecha como de la izquierda porque en España nunca ha habido cultura energética. Solo reclamamos una transición justa, en la que no se deje a nadie por el camino. Por eso pedimos que el perjuicio por todos los ataques sea restaurado, al menos parcialmente. Porque somos los pioneros, los que apostaron por un nuevo modelo energético más social y distribuido en la propiedad y no tan concentrado en manos de oligopolios eléctricos.
–¿Se está planificando bien el despliegue solar en la Región?
–La Región solo tiene competencias en parques de hasta 50 megavatios, como todas las comunidades autónomas. Creo que está haciendo bien sus deberes, con un rango de incorporación de renovables acompasado al del resto del territorio. En la Consejería de Empleo y Empresa están absolutamente desbordados, pero dentro de su limitación de personal y de medios, me consta que están desarrollando un buen trabajo. La Región representa ahora mismo el 12% de la potencia fotovoltaica nacional pese a ser una comunidad uniprovincial y a su extensión moderada con respecto por ejemplo a Andalucía, que tiene un porcentaje similar y siete veces más territorio.
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–¿Qué supondría para la Región un desarrollo renovable inteligente y bien planificado?
–Yo siempre he dicho que la Región de Murcia podría ser el Kuwait de las renovables. Sobre todo necesitamos nuevas redes para transportar la energía que produciremos en el futuro hacia los grandes centros de consumo: Madrid, Valencia, Bilbao y Barcelona, pero también al resto de Europa. Esa energía debe generarse en terrenos baldíos o de secano, que no tengan valor agrario, medioambiental o paisajístico, con parques de diferentes tamaños y tipología en la propiedad. Pero mientras no tengamos esas líneas de distribución no se puede dar libre albedrío al sector privado para que campe a sus anchas.
–¿Están en peligro la naturaleza y el paisaje por la construcción masiva de parques solares, como advierten organizaciones ecologistas y plataformas ciudadanas?
–Las herramientas legales son útiles donde ya existe una figura de protección, un LIC o una ZEPA, a ningún promotor en su sano juicio se le ocurre proyectar un parque en la Red Natura 2000. Pero más allá de eso, todo lo demás es construible. Echamos de menos un poco más de limitación, identificando cuáles serían las zonas óptimas para el desarrollo de las renovables. Precisamente los parques pequeños, de entre dos y cuatro hectáreas, evitan los perjuicios medioambientales y paisajísticos, y también la oposición ciudadana. En los doce años de vida de Anpier no hemos detectado rechazo a instalaciones de tamaño contenido. Los que desatan protestas en municipios como Lorca, Puerto Lumbreras y Mula son los grandes parques con afecciones insalvables, que no se pueden compensar de ninguna manera.
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–¿No cree posible que puedan compensarse perjuicios ambientales de instalaciones de 150, 200 o 500 MW?
–Se pueden aplicar medidas de compensación parciales, nunca totales. Nos guste o no, un gran parque solar tiene impacto ambiental y paisajístico sí o sí.
–Pero los grandes parques son necesarios...
–Sí, pero hay que diseñar cuántos parques se necesitan. La Administración no puede dejar que sea el sector privado el que decida cuántos y dónde los va a construir. Estamos detectando que el promotor decide instalar la planta allí donde hay línea de evacuación de energía, sin mirar los valores del territorio. Es preferible un modelo de muchos parques pequeños, mejor integrados y cercanos a donde el consumo se necesita, porque evacúa en redes de distribución ya construidas. Como ocurre por lo general en la Región de Murcia.
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«No invierto en Bolsa ni en criptomonedas, solo en la producción de energía limpia»
–También es el modelo predominante en Europa.
–Sí, en el resto de Europa el modelo de gran planta solar no ha tenido éxito. Ni siquiera en Italia, que tiene las mismas horas de sol que España. El modelo de los grandes parques solares solo se da aquí, impulsado por grandes grupos energéticos y fondos de inversión extranjeros.
–¿Merece la pena instalar placas solares en el tejado de casa, se amortiza esa inversión?
–Sin duda, el autoconsumo es la medida que tenemos los españoles a nuestro alcance para reducir los costes energéticos de manera inmediata. No requiere una gran inversión, se adapta a una capacidad económica familiar y al espacio disponible en la cubierta de una vivienda o una empresa, y además tiene subvenciones importantes por parte de la Comunidad y bonificaciones en el IBI en casi todos los ayuntamientos. Yo soy autoconsumidor, conduzco vehículo eléctrico y produzco energía renovable. Desde el punto de vista medioambiental y económico, y de ética de la inversión, es lo mejor que se puede hacer para reducir costes energéticos y emisiones de CO2.
–¿En cuántos huertos solares participa como accionista?
–En cuatro pequeñas plantas de Lorca, Yecla, Jumilla y Cieza. No invierto ni en Bolsa ni en criptomonedas, solo en la producción de energía limpia. Mis ahorros van al medio ambiente.
«Hay tal especulación que se está generando una burbuja»
–Es difícil de entender que el desarrollo renovable se esté haciendo a trompicones en España, con una media de 2.500 horas de sol anuales.
–Eso es así, y además tenemos un problema de gestión y organización en el Ministerio. Según el PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima], se necesitan en España 40.000 megavatios de energía solar fotovoltaica hasta 2030, pero hay tal especulación en el sector que se están tramitando proyectos que triplican la potencia estimada que demanda nuestro país para hacer la transición ecológica. Entre el Ministerio y las comunidades autónomas se están viendo instalaciones que suman 120.000 megavatios. Es decir, estamos generando una burbuja de tamaño insostenible porque no hay españoles suficientes para consumir toda la energía verde que se está planteando.
–¿Y cuándo va a pinchar esta burbuja?
–Desde Anpier estamos exigiendo al Gobierno que tutele, organice, gestione y controle. Tiene la competencia el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que no puede pedir 40.000 MW y ver cómo se están cocinando 120.000 sin tener interconexiones con Europa, apenas el 2,8%.
–La famosa isla energética...
–Correcto, y precisamente por eso tenemos que controlar muy bien el balance entre el cierre de la energía fósil contaminante, la nuclear y su sustitución por la renovable.
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