Miguel Pizarro: «Venezuela tiene que discutir cómo salir de la Edad Media en derechos civiles»

Miguel Pizarro es la persona elegida por Juan Guaidó para representar a Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas y, desde esa posición, articula gran parte del discurso que los representantes del país mantienen ante la comunidad internacional. Proviene de Petare, uno de los lugares más representativos del país, con una difícil historia, la de un barrio humilde pero peleón, que sin olvidar sus raíces siempre aspira a ser mejor. La misma determinación que se observa en alguno de sus tatuajes también está en sus palabras, cuando defiende el futuro de su país, de su familia y de las posibilidades de futuro para todos los venezolanos.

-Terminado el ciclo electoral de diciembre, el régimen apostó por investigar y detener a todos los diputados elegidos en 2015. ¿Hay un miedo real entre ustedes de que esto se produzca?

-El miedo siempre existe y esta es una forma más de intimidar. Todos tenemos un número y la única diferencia entre nosotros es cuándo saldrá nuestro número. Hoy le puede tocar a un colega y mañana a mí, pero lo tenemos asumido, forma parte de nuestra apuesta por defender nuestro país.

-Pero también hay una responsabilidad añadida, sus familias, que viven en Venezuela. ¿Alguna vez le han pedido que lo deje?

-En mi caso, vengo de una familia que ya estuvo en política, mi padre ya estuvo preso en otra época de la política venezolana. A mí se me enseñó a preguntar siempre, a cuestionar al poder, pero sí es cierto que vives con ese peso. Siempre que hago algo hay una repercusión a las puertas de la casa de mi familia o de mi abuela.

-¿Cómo valora la consulta de la MUD en diciembre?

- Fue una buena decisión, porque se movilizó mucha gente pero no será un triunfo hasta que se logre el cambio político.

-¿Qué falta para que, después del informe de la fiscal de la Corte Penal Internacional, se inicie el juicio contra la dirigencia chavista?

-Es el paso más importante en los últimos tiempos, pero hace falta voluntad de los estados miembro de la CPI y de la Fiscalía por investigar con más celeridad. Pero no olvidemos una segunda puerta: los residentes con doble nacionalidad pueden comenzar procesos penales porque se entiende que el sistema de Justicia venezolano le niega este derecho.

-¿En qué posición está ahora mismo la ONU con respecto a Venezuela?

-La realidad es tan estruendosa que es imposible obviarla. Naciones Unidas es quien dice ahora que nueve millones de venezolanos viven en inseguridad alimentaria y que ocho millones estarán en régimen de migrantes y exiliados. Es también quien dice que se cometen crímenes de lesa humanidad y que el Estado está penetrado por mafias.

-¿Se espera un cambio ahora que Biden toma posesión como nuevo presidente de EE UU?

-Hay un cambio de énfasis, los colaboradores de Biden no van a ser ingenuos y saben que no van a negociar con el dictador. Pero no se va a solucionar con una negociación directa entre mandatarios, no va a funcionar así. La solución pasará siempre por lo que proponga nuestra alternativa que es la democrática.

-¿Le preocupa la posición de la Unión Europea?

-Los Estados miembros de la UE han sido muy claros, no se reconoce la elección del 6D para otra Asamblea Nacional. Hay actores que se ven como garantes de un espacio de acuerdo, pero en tiempos de opresión la neutralidad te pone del lado del opresor. El impulso del diálogo ha de venir acompañado de presión para forzar al régimen. La UE tiene un papel clave junto a EE UU y el Grupo de Lima.

-¿Echa de menos algún pronunciamiento del Gobierno de España?

-La mayoría de la política española y todos sus partidos han sido claros apoyando la democracia y los derechos humanos, a excepción de Podemos, que parece parte de la coalición internacional de apoyo al régimen chavista.

-En el futuro, ¿cuáles son los primeros sectores económicos que hay que recuperar?

-Lo primero es asistir la emergencia humanitaria, hay que abrir las puertas a la asistencia a la acción internacional, y después reestructurar la deuda porque debemos billones de dólares a corporaciones, a Estados y a tenedores de bonos. Luego vendrá la diversificación de la economía porque ya no podremos sostenernos en la industria petrolera, que ahora está desnaturalizada.

Ahora ya no somos el país de la manufactura ni del procesamiento, ni tampoco somos el país de entrada a Suramérica. Hemos de reincorporar esta lógica a la diversificación a la inversión internacional sabiendo además que un dólar en Venezuela rinde más que un dólar en EE UU.

-¿Existe clase empresarial dispuesta para esta reconstrucción de Venezuela?

-Estoy seguro de que la hay, con las agrupaciones de empresarios y los sindicatos necesitamos un nuevo pacto social que en Venezuela no lo tenemos desde hace 30 años, un diálogo tripartito, y poder tener un pacto de seguridad social, salarios e inversión.

-La Venezuela del futuro, ¿será una Venezuela más igualitaria?

-Yo creo que la Venezuela del futuro tiene que discutir cómo salimos de la Edad Media en derechos civiles y cómo nos relacionamos. Debe discutir el matrimonio igualitario, el aborto, el acceso a internet y al agua potable, donde espero que nunca más haya una élite que pueda decidir por todo el país sin consultarlo.