Así se vivió en la Región de Murcia el secuestro y asesinato del concejal de Ermua
Cuando España entera se echó a la calle para decirle a ETA '¡Basta ya!', como tituló LA VERDAD; los murcianos no se quedaron atrás
A finales de los años 90 todavía era la actualidad española un poco en blanco y negro. Todavía no había llegado a nuestras vidas el color de lo viral. Todavía España no podía sonreír abiertamente sabiendo que en cualquier momento un coche bomba, un secuestro o una bala en la nuca podían acabar con cualquier amago de ilusión. Que siguiera con vida Miguel Ángel Blanco, secuestrado por terroristas de ETA el 10 de julio de 1997 al salir de la estación de tren de Éibar, fue la esperanza de la mayoría de españoles. Lazos azules, manos blancas... «Miguel, te esperamos». Solo dos días después, el 12 de julio, cuando aparece el cuerpo baleado del concejal del PP de Ermua, todos sabremos ya que Miguel Ángel Blanco es un símbolo. Frente a la brutalidad, justicia. Frente a los deseos de venganza, democracia. Frente a la división, más unidad.
Cuando España se echó a la calle para decirle a ETA '¡Basta ya!', como tituló LA VERDAD el 15 de julio, los murcianos no se quedaron atrás. La gravedad del momento, la repulsión hacia cualquier forma de violencia, las miradas perdidas y los aplausos por esta y por tantas vidas truncadas por el terrorismo y el radicalismo ideológico están en todos esos rostros retratados en las concentraciones y protestas en la Gran Vía y en la plaza Circular. «No a la violencia». Todos éramos Miguel Ángel Blanco y todos los «todavía» que él encarnó. La juventud, la vida por vivir, la vocación de servicio, la humildad, la solidaridad, la paz... Cada época tiene efemérides imposibles de olvidar. El asesinato de Miguel Ángel Blanco, visto desde cualquier óptica y cualquier lugar, fue un ataque a todos. Sin excepciones.