Fotografía: Pepe H.Tipografía: Nacho Rodríguez

No es Johnny Depp quien llama

UNA PALABRA TUYA ·

«Con la chica de la 'asesoría eléctrica' la cosa no ha ido a mayores, pese a la más que molesta tomadura de pelo; tú no quieres ser maleducado»

Domingo, 5 de junio 2022, 08:43

Acabas de contenerte para no perder la paciencia con ella, que a punto ha estado de lograrlo, con lo poco que te gusta y lo ... mal que te sienta, lo inútil que acaba siendo y lo que se te acelera el pulso, y a los pocos minutos del asalto a tu intimidad, a tu tiempo y a tu salud psicológica lees este titular: «'Sauvage' de Dior, cuya imagen es Johnny Depp, aumenta las ventas durante el juicio».

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Ella, a la que no conoces de nada, te ha llamado por teléfono, da igual la hora porque ellas y ellos te llaman en cualquier momento intentando convencerte en un segundo, tomándote por tonto de solemnidad, de que cambies ya, aquí y ahora y sin pensártelo, de compañía telefónica o eléctrica o del gas, o a veces ni se entiende de qué te están hablando; en el caso que nos ocupa, ella quería que aceptases los servicios de la llamada 'asesoría eléctrica', así sin más, desde la que te ofrecía una notable reducción en el pago de tu factura de la luz que te convertiría en un hombre nuevo, tipo Lázaro resucitado. Cuestión de fe.

Vaya, me digo una vez leída la buena noticia para Dior: hay gente, supongo que en su inmensa mayoría hombres –no quiero pensar en ellas regalándoles la tal 'Sauvage'–, que se ha sentido muy motivada, también a la hora de perfumarse, por el juicio en el que el actor pedía justicia tras sentirse víctima de difamaciones por parte de su exesposa, la también actriz Amber Heard, empeñada en acusarle de malos tratos, que no es poca acusación, ni maldita la gracia cuando son verdad.

Ahora Johnny Depp ha salido victorioso, es un decir, del juicio, tras no darle el jurado credibilidad al dramático testimonio de la intérprete, que por sus difamaciones tendrá que desembolsarle a su ex una indemnización de 15 millones de dólares, ya sabe usted cómo se las gastan estos norteamericanos; todo a lo grande.

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Con la chica de la 'asesoría eléctrica' la cosa no ha ido a mayores, pese a la más que molesta tomadura de pelo a la que cada día se ven, nos vemos, sometidos, todos y todas por parte de quienes intentan que hagas el primo con sus 'ofertas', como si ya no lo hiciésemos bastante con las compañías que tenemos contratadas. Le dices que no te interesa la propuesta y no hay manera: insiste hasta... siempre, primero amable pero después ya no tanto. Y, finalmente, nada. Puro acoso. Tú no quieres ser maleducado. No quieres, no quieres, pero hay que ver lo que te cuesta no maldecir en hebreo.

Te preguntas sobre lo del aumento de ventas del perfume de lujo, que por cierto no está nada mal. ¿Qué motivó tal alza?, ¿el hecho de querer solidarizarse con el actor porque se daba por sentado que la actriz mentía? Pero si el juicio estaba aún en marcha, ¡hombres! Y ambos, acostumbrados a fingir y a interpretar, se podría decir que resultaban muy elocuentes en sus declaraciones.

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Preocupa y no poco que haya tanta gente a la que el movimiento MeToo, sin matices, les suscite no ya dudas, sino pura ira, la misma que se está cebando ahora en Amber Heard. También alarma que haya, mujeres y hombres, que estén dispuestos a inventarse y denunciar malos tratos. Miedo da solo de pensarlo.

Estoy dándole vueltas a este tema y suena el móvil. Otro número. Respondo. Increíble: ¡de nuevo de la 'asesoría eléctrica'! No sé si mandándoles directamente a defecar, que es la palabra que supongo que emplearía o no la condesa viuda de Romanones, resultaría yo también lo suficientemente elocuente.

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