Un español inventa una muñeca sexual que tiene orgasmos

El burdel de muñecas sexuales que abrió en Barcelona hace unos meses tuvo que cerrar sus puertas hace unos días; no trascendieron las razones pero, según apuntan algunos medios, habrían sido problemas con los permisos. A pesar de ello, los usuarios que tenían pensado probar una experiencia nueva en este lugar, pueden seguir persiguiendo su sueño, incluso hacero en sus propias casas; un español ha creado una muñeca sexual con Inteligencia Artificial.

Sergi Santos es el creador de Samantha, una muñeca que al tacto parece casi humana y que ofrece novedades tecnológicas sorprendentes en el ámbito erótico. Es una especie de robot (muy atractivo) que tiene un fin exclusivo para sus usuarios: provocarle orgasmos. Esta muñeca sexual es capaz de sentir las caricias y los besos y responde a los estímulos con frases como: «Amo esto», «me agrada mucho» o «¿qué va ahora?».

Samantha es una mujer morena, de ojos claros, piel morena y bastante sexy. Santos explica en un vídeo cómo se debe estimular a la muñeca sexual: le gusta que le toquen las caderas, detecta el punto G y le gustan los besos. Aunque no mueve la boca al hablar, puede interactuar con los usuarios que la posean.

El creador de Samanta también explica que con su muñeca no solo pretende que las personas «copulen con ella, sino que lleguen a enamorarse». Una especie de situación similar a la de la película 'Her' que plantea un nuevo problema ético. Según Michelle Mars, autora de 'Robots, men and sex tourism', en unos cincuenta años, el sexo con robots será considerado normal. Pero esto provocará consecuencias en las relaciones entre humanos, como que ya no estén interesados en esforzarse por conquistar a otras personas y se vayan disminuyendo las relaciones sexuales entre ellos.