«Naomi Campbell es la más divertida del mundo»

Su destino estaba escrito en las estrellas... ¡y nunca mejor dicho!

Creo que he nacido con estrella porque todo me ha ido muy bien, pero también soy consciente de que la suerte y la estrella dependen mucho del trabajo y de la actitud.

¿Cuánto vale su agenda?

Mi agenda no tiene precio... y jamás la vendería. Pero no son los teléfonos en sí, son las relaciones personales que te permiten tener todos esos números y contactos.

Usted puede ser la protagonista de la canción de Roberto Carlos 'Un millón de amigos'...

(Risas) Lo que sí sé es que tengo amigos muy buenos. Conozco a mucha gente, aunque amigos son menos. Es una maravilla poder marcar un teléfono, que la gente te responda y se sumen a lo que les propongas.

¿Con qué famoso se tomaría la última copa de su vida?

Con Carlos Slim. Es una persona extraordinaria, fuera de lo corriente, con una calidad humana que no deja de sorprenderte, fascinante, inteligente... independiente del dinero. Pero con mucha gente más. Creo que juntaría a todos mis amigos y montaría una fiesta para tomarme mi última copa.

A su abuelo lo llamaron 'el loco de playa de las Américas' por montar un hotel en mitad de la nada en el sur de Tenerife. ¿A usted también le han llamado loca muchas veces?

Mi abuelo consiguió que Tenerife se convirtiese en un destino turístico. La diferencia entre la locura y la genialidad es haber tenido éxito. Antes me llamaban loca y ahora me llaman genio.

¿Y su madre qué le dice?

Mi madre es la persona más incondicional que he tenido y a la que le debo mucho ser como soy. Desde pequeñita, cuando se me ocurrían las mayores locuras, ella tenía tanta fe en mí que me decía: «Si alguien puede hacer esto, eres tú». Y yo me lanzaba. Mi primer negocio fue con 10 años, hacía complementos para el pelo con cuerdas e hilos. Me los llevaba al cole y los vendía.

Y luego Naomi Campbell le dio el empujón para que se dedicase a trabajar con 'celebrities'... ¡con la imagen de siesa que da!

¡Naomi es la más divertida del mundo! Se apunta a un bombardeo. Es superpasional, auténtica, espontánea... Mientras que Claudia (Schiffer) es lo opuesto, porque es superseria, superresponsable, si te promete algo, te lo cumple, es muy alemana y cuadriculada para eso. Naomi es pasional, se entusiasma con las cosas, se vuelca... Nunca sabes por dónde te va a salir, pero es una mujer fuera de lo corriente con una energía y una pasión por todo...

Ya que es una 'broker' de famosos, ¿cómo van las cotizaciones en esa bolsa?

Están en constante movimiento. Las 'celebrities' siempre son un valor seguro porque son un referente en nuestra sociedad. El cine, y sobre todo Hollywood, siempre está en auge.

Entre los rostros conocidos también hay mucho divo suelto, ¿no?

Sí... Y los más divos suelen ser los menos relevantes. Los grandes de verdad brillan por sí solos y no necesitan ir de divos. Los grandes artistas son muy sencillos, como Sofía Loren.

¿Qué es lo más raro que le han pedido en estos años a usted?

Un grupo muy conocido nos pidió que separáramos los chocolates M&M por colores y los pusiésemos en distintos boles en el camerino... ¡con el lío que teníamos! Pero tenía su porqué. Era para saber si estábamos en los detalles. Ellos mandan muchas cosas y no pueden revisarlo todo, de ahí que cuelen como 'trampitas' para ver que se ha hecho todo. Uno de mis mejores amigos es José María Cano, que cuenta que ellos siempre pedían un albornoz con las iniciales de cada uno y que ni lo usaban. Lo hacían porque cuando empezaban las giras a veces no tenían ni camerinos.

¿Usted es muy presumida?

No lo era, pero cada vez lo estoy siendo más. No he tenido tiempo de ser presumida. Siempre me he mantenido en el 'backstage' y eran los famosos los que brillaban mientras yo organizaba. Ahora con Starlite tengo los focos cada vez más encima y ahí sí te vuelves un poco más presumida.

¿Marujea mucho?

No me gusta nada... y no tengo tiempo. Creo que la gente que marujea es que tiene su vida vacía y por eso se mete en la de otro.

Alguno se sorprendería si la viese haciendo...

Me encanta bailar flamenco. ¡Y coser! De joven me hacía mi ropa.