Gran Hermano 16: Maite, la «elegida de Dios»

Maite se ha convertido en la protagonista por excelencia de esta edición de Gran Hermano. El reality que aún no lleva ni una semana en pantalla gira en torno a las polémicas y discusiones que tiene la pamplonesa con el resto de sus compañeros, y raro es el día que no se enzarza con alguno de ellos.

Cada día protagoniza un nuevo enfrentamiento, y solo cuenta con el apoyo de su hija Sofía. Ni siquiera su "hijo" Suso puede soportarla, y en el confesionario aseguraba que le estaba resultando muy difícil fingir, ya que para él es una extraña. Por suerte ya no tiene que hacerlo más, y para él ha sido un alivio que su secreton quede al descubierto.

La conductora de autobús tiene unos cambios de humor que asustan al resto de los concursantes. "A mi me da miedo a veces, y me incomoda mogollón, decía Marina en el confesionario". Un día tiene una bronca monumental con todos, y a la mañana siguiente se levanta como si nada hubiera pasado.

En la gala de ayer, Mercedes Milá preguntó a la verdadera madre de Suso sobre el comportamiento de Maite y Sofía con su hijo, a lo que contestaba con un rotundo : "Lo están volviendo loco". "Se ha acabado ya. ¿no? porque si no voy y entro yo en la casa. Han jugado a ver quién se lo rifaba entre su hija y ella", le decía a la presentadora.

Lo cierto es que ni entre sus compañeros de reality, ni de cara al público Maite está quedando bien. Y es que en el confesionario, que es donde podría desahogarse e intentar razonar y explicar su actitud, se muestra aún más alterada y haciendo unas declaraciones, cuanto menos, sorprendentes. "Gracias mamá por haber echado este polvazo con el papi. Me encanto.", dice Maite, que también asegura ser "la elegida de Dios".