Sibuya, más salsa que mar
Abre sus puertas en la plaza Romea de Murcia con una atractiva oferta de platos pero con margen de mejora en la calidad del producto
Al murciano medio le gusta la cocina japonesa a la altura de una buena fuente de costillas de cabrito con ajos tiernos. De hecho, los ... restaurantes que ofrecen cocina nipona han adelantado en presencia a los de cocina china en la capital del Segura en un claro ejemplo de que preferimos una bolita de arroz con pescado antes que un rollito de primavera.
Publicidad
Pero este fenómenos gastronómico se nos está yendo de las manos. En casos como el de Sibuya, por ejemplo, se repite el patrón de otros tantos locales, donde todo sale precioso de cocina, incluso bien hecho en muchos casos, pero las materias primas son de una calidad cuestionable que hace que todo sepa a lo mismo. Principalmente, en los pescados es donde hay una gran diferencia con otros japoneses en donde pagas bien, pero comes el producto que esperas. Enso, Baru, Kokoro, Maguro, Green Sushi o Izakaya son buenos ejemplos, cada uno en un perfil de público, en donde uno disfruta. Incluso entre ellos hay diferencias, aunque nunca por debajo de los mínimos necesarios de producto.
A corrales
En Sibuya, el sashimi de atún vuelve a corrales casi como ha llegado. Ni el corte, ni el producto, ni el sabor, ni la textura merecen la pena. De hecho, me gusta empezar siempre por el sashimi para ver desde el inicio por dónde me muevo después.
El salmón también es de una calidad muy mejorable. Lo pido en dos formatos: por un lado, un tiradito y, por otro, en niguiri. El primero viene tapado por una salsa potente con una salsa ekis y bien cargada de cilantro. La bolita de arroz con el pescado, para matar el hambre. Pido un cuenco de arroz solo y viene en su punto de cocción, aunque con un sabor fuerte del vinagre que se le agrega cuando ya ha salido de la olla o arrocera.
Publicidad
5
-
Cocina
6/10
-
Dirección Plaza Julián Romea, 6
Brochetas de pollo industriales y gunkan rellenos de queso crema y cebolla morada, una combinación que no está nada mal, y otro de atún con setas, cebolla frita con salsa de anguila más prescindible.
En la carta también encontramos baos rellenos de cangrejo temporizado, de pollo rebozado, de langostino tempurizado y de verduras tempurizadas. Unos entrantes como gyozas variadas, bolitas de pulpo y demás historias clásicas niponas que han tenido poca manipulación.
Para subir peldaños
Termino con los uramakis llamados rock and roll, con langostino con panko, pepino y mahonesa de chilli cubiertos por un tartar de atún marinado y el clásico temporizado de salmón, aguacate y queso crema cubierto de una salsa teriyaki. En ambos casos, el resultado visual es perfecto e, incluso, el punto del arroz está bastante conseguido, pero el sabor a mar es nulo y lo que predomina son las salsas que los acompañan. Dicho de otra manera, todo es sabroso y en cocina hacen un buen trabajo con la materia prima que tienen, pero con un poco más de producto el nivel del local subiría varios peldaños.
Publicidad
Muy buen servicio de sala, con rapidez para sacar los platos, aceites limpios en las tempuras y un ambiente jovial muy agradable. El local luce bastante madera en su decoración, sin manteles y con un sistema de reservas telefónicas que te avisan de que tienes hora y media para cenar o comer. La rotación, tan importante en hostelería.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión