El sabor del Puerto de Cartagena

A su izquierda, el Puerto se encuentra con el barrio de Santa Lucía. Desde sus orígenes romanos estaba habitado por ciudadanos de todas las clases sociales, dedicados a oficios relacionados con el mar, por lo que aún hoy se le puede conocer como el barrio de los pescadores. Su pequeño puerto pesquero complementa el encanto de la costa de Cartagena y su gran oferta comercial, cultural y, por supuesto, gastronómica. Comer a orillas del Mediterráno en la ciudad portuaria es un lujo que llevan por bandera los locales recomendados en la gastrorruta de esta semana.

La innovación culinaria en el Puerto de Cartagena tiene nombre y apellidos y acaba de llegar desde las cocinas del ABaC de Jordi Cruz. Se trata del restaurante Alviento, que tiene al frente al chef Joaquín Gabarró y que ofrece unas increíbles vistas al mar. La propuesta de este apasionado de la cocina, exigente y disciplinado, es la de crear una identidad propia para todos los gustos y bolsillos. Alviento cuenta además con cervecería, heladería, terraza, discoteca y sala de conciertos, para convertir el espacio gastronómico y de ocio en referencia regional y nacional.

También en una ubicación privilegiada se encuentra Eszencia, el restaurante de Pablo Martínez, uno de los cocineros más creativos e innovadores de la ciudad portuaria. La primera planta del Auditorio El Batel acoge su propuesta, que invita a «saborear cada momento de principio a fin» con vistas al mar. Cuenta con un 'menú ejecutivo' clásico y desenfadado y un 'menú a ciegas' efímero que cambia cada día adaptándose al mercado y elaborado por el chef: «Abre tu mente y cierra tus ojos», recomienda.

A orillas del Mediterráneo y en pleno barrio pesquero no pueden faltar dos locales típicos en los que disfrutar de los productos más frescos del mar. La marisquería La Marina de Manolo Torres cuenta con un mostrador repleto de todos los tipos de marisco, que sirven en varias opciones de menú. Lo mejor es que puedes repetir los platos tantas veces como quieras.

El pescado y marisco fresco también es el punto fuerte de Techos Bajos, un restaurante de pescadores con carácter marinero y un todo un clásico de barrio con encanto e historia en Santa Lucía, que destaca por la relación calidad-precio y la atención. Además, otro clásico de la zona es el Club Náutico Santa Lucía, al que se llega desde el Paseo del Muelle y ofrece unas fantásticas vistas del mar y las embarcaciones. Es el lugar perfecto para terminar la gastrorruta con un café asiático de lo más cartagenero.