La barra de Fede: Genio y figura

Fede es genio y figura con un cliente al que no conoce de nada. No me quiero imaginar el trato a la parroquia que lo conoce de toda la vida. Las conversaciones de estos bares son las que han enriquecido a nuestra sociedad y la han convertido en lo que somos. Si es que queda algo.

El caso es que Fede va repartiendo tapas, cañas y chistes o comentarios jocosos a todo el que se mueve, pero con gracia y respeto. Casi como si formara parte de tu grupo de colegas cada vez que se dirige a ti. Pero, a la vez, guarda distancia. No agobia.

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El pulpo está riquísimo y los trozos son casi para hacerlos en dos. Anchoas, boquerones, pimientos de piquillo y cebolleta en vinagre para despertar las papilas gustativas. A las almejas a la marinera les falta alegría, para mi gusto, pero quedan muy ricas de sabor. Buen tomate con bonito y un surtido de encurtidos y pan tostado dan paso a unas costillas de cabrito con verduras a la plancha. La carne la encuentro un poco seca, pero es que esta carne es muy delicada y, además de la brasas, parece que ha pasado por la freidora para conseguir la piel crujiente, lo que la ha pasado un poco.

Para lo que me queda de vino –también hay buenos vinos– prefiero un queso curado con almendras que, después de la hueva de mújol con Jerez, es el mejor maridaje que conozco. Quizás La Barra de Fede no sea el mejor lugar de España para comer costillas de cabrito, pero es un lugar de paso indiscutible si te pilla por la zona y disfrutar de una buena caña y un par de chistes malos.

Como dato curioso, el bar tiene en su vitrina una espectacular colección de cervezas especiales de Navidad de Estrella de Levante a modo de museo de la cebada. ¿Os imagináis una cata vertical de estas cervezas y ver su evolución? Volveré.