La salida de Pedro Arribas, un «alivio» para el Rayo Majadahonda

Por experiencia, la empresa de Pedro Arribas, que está llamado a ser el nuevo propietario del club, puede presumir de tener bagaje en el mundo del fútbol. En septiembre del 2019 se embarcó en el Rayo Majadahonda, recién descendido de Segunda. Contexto similar al que ahora vive el Cartagena, pero con la diferencia de que el club madrileño solo estuvo una campaña en el fútbol profesional.

En el caso del Rayo, el máximo accionista fue el exfutbolista Alejandro Arribas, hijo de Pedro, que compaginaba el estar en activo en el Real Oviedo con el accionariado del club donde se formó. Pedro cumplió con el rol de secretario y José María Sanz fue el presidente del Consejo de Administración. La empresa Inversiones Arrisanz S.L., junto a las sociedades Garribas S.L. y LOPD Soluciones, tenían el 95% de las acciones del equipo, ahora vendido a Javier Ruíz Poo.

El proyecto de la familia Arribas no empezó de la mejor manera en el club madrileño. Recién caído de Segunda División, aquella temporada en Segunda B, con el objetivo del 'playoff', la iniciaron con Julian Calero al frente del banquillo hasta marzo, sustituido por Manuel Alcázar solo para un partido porque el covid terminó con la temporada antes de tiempo.

En la siguiente campaña, 2020/2021, tampoco se logró el 'playoff' pero sí que se obtuvo la plaza en Primera RFEF. En el debut en esta categoría sí que consiguieron jugar la promoción de ascenso. Ese fue el único 'playoff' que el club de la familia Arribas logró disputar en los 6 años al frente del Rayo. En la segunda temporada, la situación comenzó a torcerse cuando el club pasó de ser cuarto a decimocuarto de una campaña a otra y perdió la categoría en la siguiente temporada, cayendo a la Segunda RFEF con Jesús Arribas, hermano de Alejandro e hijo de Pedro, en el banquillo. En el último año en Segunda RFEF, hubo tensión entre los jugadores y el entrenador porque pensaban que algunos jugaban por decreto.

La afición del Rayo afirma que el paso de esta familia allí fue «inestable» y que «al principio estábamos ilusionados porque esperábamos una buena inyección de dinero», comentan desde la peña majariega 'Minuto 97'. La realidad es que «hubo algún atraso en las nóminas pero lo económico no fue un problema».

La afición del Majadahonda destaca el carácter de «superioridad» de los gestores en las diversas reuniones con la afición y el sencillo 'casting' que hacían para formar parte del club. «No van por capacidades, si eres amigo ibas a estar dentro del club», según destacan desde la peña. Uno de los ejemplos que indican es el de la figura del entrenador, Jesús Arribas, del que tampoco tienen buenas palabras sobre su rendimiento.

La afición no tenía ni voz ni voto en las decisiones de la directiva de Arribas. Uno de los ejemplos es el del partido de Copa ante el Atlético de Madrid, donde la afición pedía jugar en Majadahonda pero se acabó jugando en el Wanda «por dinero». Además, en alguna Junta de Accionistas, Alejandro Arribas «demostró tener la sangre caliente encarándose con abonados que se quejaban por el alto precio de las entradas y de la carencia del techado». «Les dábamos igual», afirman los peñistas, que encuentran un «alivio» con su salida del club. «Si seguían aquí creíamos que íbamos a terminar desapareciendo», destacan. De momento, aún no consta en el CSD movimiento alguno en la entidad albinegra.