Antoñito con el balón controlado durante el encuentro ante el Sabadell. A. LOF
CE Sabadell - FC Cartagena

El Efesé se queda a medias

Logra sobreponerse a un partido tormentoso, pero no aprovecha media hora en superioridad numérica para dar un golpe en la mesa y rematar al Sabadell

Domingo, 11 de abril 2021, 20:42

El partido de este fin de semana no ha despejado el horizonte para el Cartagena. Quedan ocho jornadas para el final de la temporada y ... el equipo de Luis Carrión necesitará dar la campanada alguna vez para salvarse. En la Nova Creu Alta hizo lo más complicado, desde sobreponerse al VAR, levantarse del 1-0 de Stoichkov y de la lesión de Cristian López, para remar y quedarse en la orilla (1-1). El Efesé mereció los tres puntos, pero jugó media hora en superioridad y no fue capaz de derribar la puerta. El empate sirve de poco, el golpe en la mesa no llega y el calendario deja atrás otra semana de competición. Debe llegar esa machada. De momento, los albinegros vuelven a estar obligados a ganarle el domingo en casa al Tenerife, para seguir soñando. En Sabadell se quedó a medias.

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No sorprendió Carrión con Azeez en la grada y Aburjania en la hormigonera del centro del campo. Es un movimiento razonable, tanto como mantener en la alineación a los mismos elegidos de Alcorcón. El entrenador catalán adelantó a De Blasis, descolgó a Cristian López a la banda izquierda y prescindió de los servicios de Elady, a quien le ha tocado pagar los platos platos con la suplencia pero resultó decisivo en la segunda parte. Antonio Hidalgo soltó las lanzaderas de Juan Hernández, Cornud y Stoichkov, para cargar todo el peso del juego por la banda izquierda.

Amenazaba el Sabadell con la pelota como sustento. Le puso al juego velocidad, intensidad y presión altísima. A la advertencia respondió el Efesé con un contragolpe a toda mecha, la única alternativa posible. Cayarga se revolvió para meter un centro muy potente al corazón del área. Ni Juan Ibiza ni Jaime saltaron más que Cristian, punta de lanza, rematador puro y que lo mismo le da el servicio del asturiano que un frigorífico. Un testarazo tremendo del delantero de Crevillente. El remate lo desvió con la yema de los dedos Mackay, su gran amigo en la época del Atlético Baleares. Antes que el juego, el Cartagena encontró las ocasiones.

La estirada del excelso guardameta abrió inmediatamente el telón de la polémica. El Cartagena se sacudió la presión local con jugadas a balón parado. Puro aire cuando el rival no da respiro. Era el minuto 16 cuando emergió Raúl Navas como una pértiga, para brincar más que nadie y peinar un exquisito saque de esquina Pablo de Blasis al primer palo. Voló a por uvas Mackay. Y el cabezazo del central sevillano se coló dentro de la portería. 0-1 y todo de maravilla. Por debajo de la línea gol andaban en sus rifirrafes Cornud y Aburjania, sin interceder en el testarazo de Navas. No opinó lo mismo el madrileño Moreno Aragón. La jugada la revisaron durante cuatro minutos en el sala VAR. Y entre todos entendieron que el medio georgiano del Cartagena estaba en un ligero fuera de juego a la hora del cabezazo. De escuadra y cartabón. Y ni con esas. Diana anulada.

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Al equipo de Carrión lleva un 2021 dramático con las decisiones arbitrales en general y el VAR en particular. Como en Ponferrada. Como en Mallorca. Tal vez sea ya el momento de alzar la voz. Del VAR al abismo por situaciones polémicas. No se lo podía creer Carrión. Cariacontecido Navas. Alucinado De la Bella, desde las redes sociales. Para echar más leña al fuego, del 0-1 se pasó al 1-0 de Stoichkov; a la defensa albinegra le pilló descolocada el filón de Cornud, todo un incordio y puro remangue para Antoñito. El ariete gaditano con apodo ilustre subió el primero al marcador. No estaban Navas. Tampoco Carlos David. Y le vino todo en tromba a Forniés, sin opción de cruzarse a tiempo.

El mayor asistente se la sirvió al mayor goleador. Mientras, el portero atajó el trabajo sucio. Entre Cornud, Stoichkov y Mackay andó el A, B, C arlequinado. El Cartagena pudo perfectamente lloriquear, lamentar y perderse en sus desgracias. Y era lícito. Prefirió ajustarse los machos y ponerle corazón a la situación, hasta hacerse dueño de la pelota, ser jabato e ir ya a pecho descubierto a por el empate. El empate lo buscó Cayarga con un par de remates; también De Blasis, erre que erre con tres córners, uno tras otro. Monopolio del Efesé, embestida a embestida; abrumado el Sabadell, que aguantó el chaparrón en el caparazón.

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El partido parecía de tiovivo. Arriba y abajo. Abajo y arriba. A tanta curva resistió con vida el Cartagena, que se hacía más grande con cada adversidad. Empeñado el mundo en torpedear las esperanzas albinegras, primero el VAR y luego la lesión de Cristian López, en el primer parpadeo del segundo acto. Pisó mal el de Crevillente y la rodilla derecha hizo un giro extraño. Pinta fatal. Y, de hecho, salió a lágrima viva del campo. Pero este equipo de Carrión hace honor a la leyenda Sagarduy. La tarde era para perder los papeles. Para hacer las maletas y pedir justicia. El Efesé peleó, realmente entregado, incisivo y peleón.

Entró Elady, otro que entiende de proezas. Y en uno de sus primeros balones asistió a Rubén Castro. La empalmó con todo el canario, para hacer justicia y subir el 1-1 en el marcador. Gol número de 14 del incombustible canario, después de un mes de ausencia. Se le quiso creer el Cartagena, envalentonado, crecido y con mordiscos a por el Sabadell en el minuto 52. Y al final se lo terminó de creer del todo, cuando Jaime Sánchez cometió una cacicada para frenar a De Blasis. Roja directa para el central arlequinado. Y una valiosa media hora por delante para la remontada.

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Lo intentó de todas las maneras el equipo de Carrión, ya realmente entregado. A veces tiró más de corazón que de cabeza, apresurado, en vez de detenerse y afinar mejor la puntería. El Sabadell desapareció del mapa de la Nova Creu Alta, empequeñecido, embotellado, ya dedicado a la pura supervivencia. En el tramo final llegaron las acometidas más claras de los de Carrión, que agradecieron las piernas frescas de Delmás y Carrasquilla. El centro del primero lo remató De Blasis, ligeramente por encima del larguero. Y el panameño disparó con poca violencia al borde del área. La faltó mal genio. Y una pizca de maldad a Rubén Castro y a De Blasis, para meter la bota a un envío de Elady que se paseó por el área pequeña. Tampoco encontró el camino Carlos David, en un lío de piernas locales.

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