Un aval bancario y 500.000 euros más para cerrar la venta del Cartagena en una semana
Felipe Moreno pide más dinero y garantías de pago a un Arribas que no está dispuesto a ceder y que amenaza con tirar la toalla
La transición ordenada del FC Cartagena ha terminado. Y lo ha hecho con un fracaso rotundo, algo que a nadie puede sorprender teniendo en cuenta ... quiénes eran sus principales protagonistas y cómo arrancó esta historia el pasado mes de julio: con un acuerdo cerrado en solo 48 horas deprisa y corriendo, que a los pocos días de firmarse ya se convirtió en algo muy frágil. Y 107 días después es solo papel mojado. Todo ha saltado por los aires y ahora, tanto la parte vendedora como la compradora, intentan recomponer los pedazos y salir de este lío (uno más) que entre ambos han montado. Duino Inversiones resiste y Arrisanz no puede entrar en el club.
Las negociaciones están en punto muerto desde el pasado lunes, cuando Felipe Moreno y Alejandro Arribas se vieron por última vez en Madrid. Según pudo conocer –y contrastar con dos fuentes distintas– este periódico, el primero le pidió al segundo 500.000 euros más y un aval bancario que le garantice que va a cobrar a lo largo de 2026 el 100% del total pactado en julio en esta compraventa: 6 millones de euros. En este punto, hay dos versiones similares pero no idénticas. Fuentes cercanas a la familia Arribas aseguraron a LA VERDAD que ellos pusieron 2 millones de euros para entrar en el Efesé. Desde el entorno de Felipe Moreno, sin embargo, esa cantidad se rebaja a 1,5 millones.
En cualquier caso, esa diferencia de 500.000 euros, la cantidad que ahora exige Moreno y que habría que añadir a lo que resta hasta llegar a los 6 millones de aquí al 1 de enero de 2027, no es el principal problema para finiquitar de una vez por todas la operación. Hay otros. Por ejemplo, el aval bancario que Moreno solicita y que, de momento, Arribas no ha puesto encima de la mesa.
Lo que se firmó en julio ya no le vale a la parte que quiere vender, animada por la buena marcha del equipo
¿Por qué no ofrece garantías de pago Arribas? Aquí también hay versiones distintas. Desde el entorno de Moreno aducen que el exfutbolista no tiene capacidad económica para llegar a esos 6 millones e incluso deslizan que Arribas ha iniciado los trámites en la Seguridad Social para poder cobrar una paga mensual por incapacidad permanente, ya que se tuvo retirar del fútbol este verano por una lesión grave. Se usa esta información para intentar que cale la evidencia de que Arribas no es solvente.
Problemas musculares
Así, Arribas entiende que lo firmado en julio debería valer hoy. Obviamente, la cohabitación con Paco Belmonte, que ha sido imposible, ya no se contempla. Es decir, o se cierra el acuerdo en los términos que se pactaron en su momento o el madrileño tirará la toalla e intentará recuperar el dinero que ha puesto, algo que tampoco está nada claro. Fuentes del grupo de Arribas alegan que el principal escollo para llegar a un acuerdo definitivo es que lo que se firmó en julio ya no le vale a la parte que quiere vender, animada por la buena marcha del equipo, colíder del grupo II de Primera RFEF tras un buen inicio de curso.
Han aparecido deudas que Arribas no contemplaba, lo que el exfutbolista utiliza para defender su posición
Y hay otra variable importante: han aparecido deudas en estos tres meses que Arribas no contemplaba, ya que entró a ojos cerrados y sin una auditoría previa. Y estas deudas las tendría que asumir él si se queda. Esta es una poderosa razón, sin duda, para no aceptar ahora un incremento en el precio final. Sea como fuere, Arribas no quiere que este asunto se dilate mucho más en el tiempo. La semana que viene volverá a verse las caras con Moreno en Madrid y, tras ese encuentro, debe llegar una decisión: o se queda o se va. Víctor Alonso, su mano derecha, se marchó de las oficinas del Cartagonova el pasado 15 de octubre y no ha vuelto. Solo lo hará cuando Arribas le diga que todo está solucionado.
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Belmonte prepara su salida, a la espera de una llamada de Madrid
Paco Belmonte tiene las maletas hechas. Ha dicho a sus más cercanos que la semana que viene se cerrará definitivamente el acuerdo entre Felipe Moreno y Alejandro Arribas y, por tanto, solo está a la espera de una llamada de su socio desde Madrid para confirmarle la venta y, después, informar de su marcha a los empleados del club. Lo cierto es que lleva meses fuera del día a día y que son pocas las veces en las que aparece por las oficinas del Cartagonova. Tiene asumido que su adiós está muy cerca y apenas se le ve por el estadio.
Con Belmonte se irán Manuel Sánchez Breis, director deportivo, y su adjunto, Sivori. Conscientes de que pronto saldrán del club, su labor es también ya prácticamente testimonial y, por ejemplo, no fueron a Fortuna a ver al rival del próximo miércoles en Copa del Rey, un Puente Genil del que poco se sabe y que hace diez días visitó al Yeclano. Sí están viajando con el equipo a todos los partidos de fuera.
El bloqueo institucional es evidente y esto solo conduce a una parálisis en el club que a corto plazo puede ser muy peligrosa: estamos llegando a final de mes, hay que afrontar pagos a proveedores y a la propia plantilla y hay que tomar medidas para que la deuda generada en los últimos tiempos no vaya creciendo. Y urge reparar los puentes demolidos por Belmonte con administraciones, empresas, peñas, colectivos de veteranos y medios de comunicación. Hay mucho por hacer.
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