La Región refrenda la explotación sostenible del sector agrario

Resiliente, fuerte e innovador. El sector agrario demuestra a diario su gran capacidad de respuesta ante la demanda de productos frescos y de calidad del público, tal y como se evidenció hace un año al garantizar el suministro de alimentos al inicio de la pandemia, al mismo tiempo que ejerce como palanca en la economía regional, sin olvidar que actúa como uno de los principales embajadores de la marca 'la huerta de Europa'. Pero no todo es un camino de rosas en esta industria, ya que debe resolver los desafíos que se le presentan para continuar desarrollando su actividad esencial.

La reconversión ecológica, el déficit hídrico y el 'Brexit' son algunos de los frentes que los agricultores deben sortear para mantener la producción hortofrutícola con independencia de los vaivenes climáticos, sociales y políticos. Estos temas se pusieron sobre la mesa este lunes en el desayuno que organizó LA VERDAD, con la colaboración de BBVA, para analizar 'Los retos de futuro del sector agro'. Moderado por el jefe del Área de Local del diario, Manuel Buitrago, el encuentro reunió en Murcia, en el hotel Nelva, a expertos de la Administración regional, la cadena agroalimentaria, el asociacionismo y la banca para profundizar en cada asunto y proponer soluciones de éxito.

«Tenemos tecnología, conocimiento, responsabilidad y compromiso», presumió el consejero de Agricultura, Antonio Luengo, destacando que la Región es un referente de la agricultura ecológica a nivel europeo: «Destina el 26% de su superficie total». La clave del éxito, razonó, «se basa en que los agricultores tienen interiorizado este modelo», sin olvidar que abanderan el «empleo, riqueza, abastecimiento, mercado, alimentación saludable, cuidado del medioambiente y lucha frente al cambio climático».

Insistió en que la producción ecológica es «rentable» en la Comunidad, al mismo tiempo que subrayó la incuestionable necesidad de transmitir al público, empresas y organismos todo el trabajo de precisión que hay detrás de cada fruta, verdura y cítrico, como la utilización de sondas para la medición de humedad de suelo o la alta eficiencia del uso de fertilizantes.

Luengo aprovechó su intervención para poner en valor el Campo de Cartagena: «Es donde miramos cuando hablamos de innovación y soluciones medioambientales, porque está considerado el laboratorio tecnológico de agricultura en el mundo», y aseguró que «este modelo debe extenderse al resto de la Región de Murcia». Igualmente, señaló que el Gobierno regional apuesta «de forma contundente» por el trasvase Tajo-Segura, así como por la depuración y saneamiento de aguas.

La sostenibilidad se erige como una alternativa para impulsar la agrícola y los demás sectores económicos. En este proceso, BBVA se ha propuesto, y lo está demostrando, acompañar a sus clientes, siguiendo los puntos fundamentales de su estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible 'Compromiso 2025', de 2018. Recoge, como apuntó Alejandro Haligua, director de zona de BBVA en Murcia, la movilización de 100.000 millones de euros en inversión verde, infraestructuras sostenibles, emprendimiento social e inclusión financiera (a cierre del pasado ejercicio, la entidad ya había concedido más de 50.000 millones de euros); también incluye la integración de los riesgos ambientales y sociales asociados a la actividad del banco para minimizar los potenciales impactos negativos directos e indirectos, e incluso apuesta por ayudar a todos los grupos de interés para fomentar la contribución del sector financiero al desarrollo sostenible.

Haligua, en este sentido, mencionó los 'Next Generation', el fondo extra de la Unión Europea para impulsar la recuperación de la economía a causa de la crisis del coronavirus. De ese paquete, España contará con 150.000 millones de euros hasta 2027. «Nunca antes se había movilizado tanto dinero para hacer algo tan importante», afirmó, para a continuación recomendar destinarlo en proyectos de renovación de la producción, transformación digital y desarrollo inclusivo, principalmente de los colectivos más desfavorecidos, incluidso el de la mujer.

También hizo hincapié en que los clientes empresariales de BBVA pueden conocer su huella de carbono mediante el análisis de datos, a través de su agregador financiero One View y, además, tienen a su disposición asesoramiento sobre medidas de ahorro energético que les permita reducir costes y disminuir el impacto medioambiental, gracias al acuerdo que el banco mantiene con la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (Anese).

BBVA cuenta con una amplia red de especialistas agro en cada territorial con el objetivo de estar cerca del cliente y apoyarle para que tome las mejores decisiones y hagan crecer sus negocios. Pablo Mas, responsable de este servicio en la Región de Murcia, reconoció que «estamos muy comprometidos con una recuperación verde y sostenible que permita la inversión en el sector primario», para la que proponen convenios y planes de financiación específicos que ayuden, por ejemplo, a corregir la estacionalidad, impulsar la digitalización o solucionar los problemas de liquidez.

Mas resaltó que la crisis sanitaria ha despertado en el público un mayor interés por consumir productos de cercanía y de productores locales: «Ha habido un cambio importante en el consumo, con una preferencia de modelos sostenibles y concienciación del cambio climático». En este marco, la entidad concede a sus clientes que se dedican a la agricultura (extensible a la ganadería y actividad forestal) el 'Agropréstamo Conversión Ecológica', un crédito que ayuda a afrontar los costes que conlleva la transición de convencional a ecológico y el posible desfase entre los ingresos y los gastos en ese periodo.

Otra actuación en esta dirección se materializa con los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles, en colaboración con El Celler de Can Roca, que tienen la misión de potenciar los productos locales comprometidos con el medioambiente y la alimentación saludable. En su última edición, La Junquera, de Caravaca de la Cruz, fue uno de los seis ganadores. «Nos hizo ilusión, y no nos lo esperábamos», confesó Alfonso Chico de Guzmán, responsable del negocio familiar, especializado en el cultivo ecológico (reconversión iniciada hace 14 años), cuya producción abarca trigo chamorro, centeno, cebada cervecera, cereal, almendros (ocupan casi la mitad del terreno), pistacheros, plantas aromáticas y manzanos, estos últimos para la elaboración de sidra.

El empresario, hijo de los marqueses de Ahumada, defendió el modelo de agricultora ecológica regenerativa que desarrolla en su explotación, con técnicas orientadas generar agua, suelo y biodiversidad. Esto es, dejar sin cosechar el 10% de cereal para que sirve de alimentos a las poblaciones de perdices, liebres y conejos; mejorar el suelo añadiendo compost; hacer charcas para retener el agua de lluvia y que en verano sirven a modo de oasis… De hecho, La Junquera exporta sus almendras regenerativas, junto a 21 productores nacionales, al mercado internacional, como Alemania y Holanda, que «pagan un precio extra sobre el valor ecológico y nosotros nos comprometemos a llevar a cabo esas prácticas. En cierta manera, los clientes financian esa regeneración», afirmó.

Por su parte, David Samper, responsable de Biocampo y presidente del Consejo de Agricultura Ecológica de la Región de Murcia (Caerm), narró cómo su amplitud de miras, a principios de los años ochenta, cuando apenas sumaba 20 años, le sirvió para iniciar el proceso de conversión ecológica de la empresa familiar. «Quise buscar algo con sentido común a la agricultura convencional que en ese momento no tenía», dijo con el convencimiento que le han dado los años, 35 ya, de dedicación exclusiva a este modelo. Al respecto, puso en valor el Caerm, entidad con personalidad jurídica propia que se encarga desde el 2000 de aplicar el sistema de control a este tipo de cultivos: «Es un gran éxito a nivel internacional».

El encuentro reunió, además, a representantes de varias asociaciones agrarias regionales. Desde Proexport, su presidente, Juan Marín, mencionó la capacidad de adaptación y reinvención de los productores murcianos ante los nuevos retos, y lo ejemplificó con los nuevos puntos que recoge la Política Agrícola Común (PAC) en cuanto a las demandas actuales y futuras del sector. Marcos Alarcón, secretario general de UPA, precisó que «la sostenibilidad es una exigencia de la sociedad sin retorno y que los agricultores van a responder con éxito», y puntualizó que la sostenibilidad no solo es sinónimo de agricultura ecológica, sino que también engloba la eficiencia en el uso óptimo de los recursos y el impacto ambiental.

Una opinión que compartió Esperanza Ramírez, vicepresidenta de COAG Cieza, quien solicitó ayuda externa para hacer frente a los cambios que le imponen los mercados y las normativas, como viene realizando el campo cada cierto tiempo al sustituir unas plantaciones por otras. El secretario general de Asaja, Alfonso Gálvez, pidió a la UE que emplee a los terceros países las mismas reglas de juego que aplican a los agricultores europeos, en materia sanitaria, fitosanitaria, medioambiental y social. «Los agricultores no podemos ser verde si estamos en números rojos», sentenció.