28 de mayo, segunda parte de las negociaciones en la Región

Uno y otro han seguido mostrando posiciones inflexibles durante la última campaña electoral, el PP que quiere gobernar en solitario y Vox que quiere entrar en el Gobierno, pero los resultados de las elecciones de hoy influirán de forma determinante en las negociaciones y, más tarde o más temprano, en uno u otro sentido, facilitarán el acuerdo.

La posible repetición de las elecciones autonómicas, en el caso de que aún no haya presidente el 7 de septiembre –cuando se cumplen los dos meses desde la primera votación–, no lo desea nadie, ni en el PP ni en Vox, ni mucho menos los ciudadanos. Sería difícil de explicar que hay que volver a votar por tercera vez este año el 5 de noviembre para elegir nuevamente al Parlamento autónomo porque dos partidos no han sido capaces de alcanzar un acuerdo de gobierno.

Una reciente encuesta del Cemop indicaba que de repetirse las elecciones autonómicas el PP obtendría 22 escaños, uno más que el 28 de mayo, con lo que se quedaría a un diputado de la mayoría absoluta, pero dicho sondeo se realizó en la primera quincena de julio y de aquí a noviembre, cuando tendrían lugar las nuevas elecciones, pueden ocurrir muchas cosas.

Los resultados que se dieron en el precedente más próximo de repetición de elecciones tampoco son un ejemplo a seguir. Fueron las generales del 10 de noviembre de 2019, en ellas tanto el PSOE, aunque volvió a ganarlas, como Podemos perdieron escaños, por lo que el Gobierno de coalición formado por ambos fue más débil que el que pudieron haber tenido tras los primeros comicios y se vieron obligados a buscar más apoyos en la Cámara que los deseados a priori.

Tanto el PP como Vox han planteado la campaña del 23-J como si fuera la segunda parte de la del 28-M, con la intención de presionar al otro ante la negociación de la investidura que tienen pendientes y de predisponer a la opinión pública en su favor.

El presidente regional en funciones, Fernando López Miras, aludió a ello el último día de campaña al declarar que «Vox debe aclarar si bloqueará a Feijóo como ha hecho en la Región de Murcia y le dará la oportunidad a Sánchez de seguir en la Moncloa», y acusó al partido de Santiago Abascal de «insistir en su error de llevar a la Región de Murcia a la repetición electoral».

El propio Abascal volvió a insistir en su mitin de Murcia el pasado jueves en que sus apoyos no saldrán gratis: «Un partido como Vox, que obtuvo un 18% del apoyo en Murcia en las autonómicas del 28-M y que fue la primera fuerza en esta región en las últimas generales no se puede poner de perfil y convertirse en invisible para regalar un gobierno». Incluso advirtió de que la situación de Murcia puede repetirse en el Gobierno de España si el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, necesita los votos de Vox en el Congreso para ser elegido presidente.

Esa es una de las opciones que podría impulsar el desbloqueo de la situación en la Región. Si los resultados electorales de hoy obligan a Feijóo a llegar a un acuerdo con Abascal en Madrid para desalojar al PSOE y a Podemos del Gobierno de España, es lógico pensar que el entendimiento en Murcia también se producirá.

Las fuentes consultadas en las direcciones de PP y Vox sostienen que los resultados de este domingo, sean cuales sean, no cambiarán en nada sus posiciones. Pero sí consideran que los otros deberán modificar las suyas a partir de mañana.

«Les toca mover ficha a ellos. Nuestro candidato ya se ha sometido a un debate de investidura en el que solo debían haberse abstenido, en lugar de votar en contra con el PSOE y Podemos, y les hemos ofrecido un acuerdo programático amplio, con una comisión que controle su cumplimiento», indican desde el PP.

«Estamos dispuestos a ceder hasta donde sea razonable, pero no lo es de ningún modo que un partido minoritario imponga sus condiciones a la formación que ha ganado con claridad las elecciones», agregan desde la sede de Acisclo Díaz.

Entre los populares hay quien sostiene que se ha ido produciendo un trasvase de votos a lo largo de la campaña del 23-J desde Vox al PP y no ven imposible alcanzar el sexto diputado a costa de este partido, que podría quedarse en tan solo uno, dos menos de los que obtuvo en 2019.

Un varapalo electoral de tal magnitud podría hacer recapacitar a Vox y motivar una rebaja de sus pretensiones iniciales, consistentes en la vicepresidencia del Gobierno regional y las consejerías de Agricultura y Ganadería y de Familia.

Desde Vox rechazan tal posibilidad e insisten en que si el PP quiere un gobierno fuerte y estable debe contar con sus nueve diputados en la Asamblea Regional, y a cambio debe hacer hueco a este partido en su gobierno, lo que consideran la única forma eficaz de comprobar que se cumple el acuerdo programático entre ambos. En cualquier caso, en el partido derechista creen que la clave está en Madrid. «Si en la Región no tenemos gobierno es porque Feijóo no ha querido, esperemos que la cosa cambie a partir del próximo lunes», indican fuentes del partido de Abascal en la Región.

Los que tienen más claro que el pacto entre PP y Vox es cuestión de tiempo son los socialistas. Desde el PSOE insisten en el «paripé» montado por ambos partidos para aparentar distanciamiento durante la campaña, que se transformará rápidamente en un acuerdo cuando pase la jornada electoral. «Si no tuvo escrúpulos para pactar con tránsfugas y hacer a varios de ellos consejeros para tumbar la moción de censura y mantenerse en el gobierno, no creo que ahora le cueste más llegar a un acuerdo con Vox y lo admita en el Consejo de Gobierno», comentan fuentes socialistas en referencia a López Miras.

De momento no parece haber prisas por reactivar los contactos entre populares y 'abascales'. Lo primero es reunir a los órganos de dirección de los partidos para analizar los resultados de las elecciones de hoy. Luego, ya se verá. Fuentes de la Asamblea precisaron que su presidenta, Visitación Martínez, no tenía previsto la próxima semana retomar las consultas con los grupos parlamentarios para proponer un candidato para la investidura. Y en el PP no quieren repetir el mal trago de que su líder, Fernando López Miras, vuelva a ser rechazado por la Asamblea.

Se comenta en círculos políticos que podría ser para mediados de agosto. Y que al final unos y otros deberán ceder en algunas de sus exigencias para llegar a un punto en común. Tal vez Miras terminará admitiendo algún consejero de Vox, pero no tres, y Vox acabará por aceptarlo a cambio de otras concesiones, como, por ejemplo, el senador autonómico que han logrado en Extremadura.