La nueva estrategia europea de defensa abre puertas a cien empresas tecnológicas
El aumento del gasto militar en la UE para el desarrollo de una industria unificada marcará el próximo periodo comunitario
El Viejo Continente se rearma ante las amenazas que para los veintisiete países de la Unión Europea (UE) suponen la agresión de Rusia a Ucrania, ... el creciente papel protagonista de China en la geopolítica mundial, las descontroladas oleadas migratorias desde África y la incertidumbre que las elecciones estadounidenses del próximo noviembre generan. Una victoria de Donald Trump puede alterar el equilibrio en el sistema de relaciones internacionales y afectar al liderazgo americano de la OTAN, a la que pertenecen la mayoría de los países de la Unión.
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«Tenemos que hacer entender a nuestros ciudadanos que el paraguas de Estados Unidos que nos ha protegido desde la Guerra Fría puede no estar abierto para siempre», declaró en marzo el Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell. Por esas mismas fechas, en el Aula de Seguridad y Fuerzas Armadas de LA VERDAD, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro López Calderón, advirtió de que Putin «ha dejado claro que el de Ucrania no es un conflicto territorial y que su fin último es establecer un nuevo orden mundial basado en unas normas diferentes a las democráticas».
La creación de un gran ejército europeo es ahora una posibilidad irreal. La defensa sigue siendo una prerrogativa de cada estado, aunque se dan cada vez más pasos para la cooperación entre ejércitos bajo el paraguas de la UE, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad. Las acciones híbridas en esta 'zona gris' son una amenaza constante para los Veintisiete, que cada vez más realizan grandes inversiones en alta tecnología, especialmente en inteligencia artificial, y formación de especialistas para contrarrestarlas.
Este entorno geoestratégico cambiante ya tiene significativas repercusiones en la arquitectura de defensa y seguridad occidental. En este momento decisivo, la UE ha activado su primera estrategia a largo plazo para reforzar la preparación industrial militar, planes que generan grandes expectativas en las empresas –en España reunidas en la dinámica patronal Tedae–, y que ofrece una gran oportunidad a pymes y empresas de base tecnológica de la Región de Murcia.
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La Comunidad Autónoma, a través del Instituto de Fomento (Info), impulsa el programa Caetra, dirigido a ayudar a esas firmas a captar proyectos e inversiones destinadas al desarrollo de tecnologías civiles y militares. También, a posicionarse ante grandes contratos públicos en el ámbito de la defensa, la seguridad y la reconstrucción.
Caetra ya tiene registradas cien empresas de distinta tipología, en cuanto a tamaño: desde 'startups' con desarrollos tecnológicos muy disruptivos hasta pymes consolidadas en torno a la construcción de los submarinos S-80 en Navantia Cartagena.
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El marco geoestratégico y las nuevas necesidades de los países comunitarios ofrecen una gran oportunidad en ese campo. Salvaguardar la seguridad y la defensa nacional con autonomía estratégica obliga a España y el resto de países a invertir y disponer de una industria militar fuerte y consolidada. La Estrategia Industrial en materia de Defensa presentada en marzo ofrece una visión nítida y a largo plazo de la necesidad de reforzar el tejido productivo militar para que los ejércitos puedan disponer de sistemas y equipos de disuasión cuando sea preciso y en las cantidades necesarias.
La Estrategia establece como acciones una mayor y mejor inversión en material; desarrollar la industria y que esta sea más innovadora; apoyar la investigación, impulsar la inversión y trabajar sobre los problemas en las cadenas de suministro detectados en el apoyo a Ucrania; debatir acerca de las necesidades para el próximo presupuesto a largo plazo de la UE, así como ofrecer financiación para preparar la industria. El nuevo programa surge con 1.500 millones de euros de presupuesto. Pero el padre de la Estrategia junto a Borrell, el comisario de Mercado Interior, el francés Thierry Breton, reclama llegar a los 100.000 millones.
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Contratos públicos
En este nuevo periodo, Bruselas pondrá el gasto militar al nivel estratégico de los fondos de Cohesión y de la Política Agrícola Común (PAC). El objetivo es que de aquí a 2030 los países comunitarios compren al menos el 40% de equipos y armamento de forma coordinada, destinen la mitad de su presupuesto de contratos públicos de defensa a productos fabricados en el continente y comercialicen el 35% de los productos de defensa entre los Veintisiete en lugar de con otros países.
Ante ese escenario, el sector europeo inició a comienzos de esta década una transformación a la que se sumó la industria española, que tiene entre sus principales actores a empresas localizadas en Cartagena, como Navantia y la tecnológica de acústica submarina SAES, proveedora del astillero público y de gigantes como Airbus.
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Entre los retos comunitarios pendientes destaca, igualmente, la necesidad de unificar un catálogo de productos para los ejércitos plagado de duplicidades y, por lo tanto, de ineficiencias: 178 sistemas diferentes de armamento frente a los treinta de Estados Unidos, que, como ejemplo, tiene un solo modelo de carro de combate por diecisiete en Europa. En el ámbito naval, los astilleros franceses, italianos y españoles compiten con una gama de buques y submarinos propios mientras dan tímidos pasos para poner en marcha proyectos comunes, como el de la nueva corbeta EPC.
«No cabe duda de que el nuevo marco europeo de apuesta por la soberanía tecnológica en el ámbito de defensa abre muchas oportunidades para las empresas y habilitadores tecnológicos de la Región. El Gobierno regional ha sido muy proactivo y Caetra nos está posicionando en un mercado que tendrá, en el corto plazo, una fuerte inyección de presupuesto por parte de la UE y de cada uno de los estados miembros», según el consejero de Economía, Hacienda y Empresa, Luis Alberto Marín.
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En la Comunidad hay satisfacción por el arranque de Caetra y el impacto que puede tener en la riqueza regional a medio plazo. Murcia ha sido la primera región en lanzar un programa completo de impulso de tecnologías duales en España y se desarrolla a muy buen ritmo y generando gran interés, dicen en la Comunidad.
En un tiempo récord, aseguran, se está avanzando en muchas de las líneas de actuación planteadas. Iniciativas de capacitación y promoción internacional; lanzamiento de las primeras líneas de ayuda a las empresas para participar en mercados de defensa, seguridad y reconstrucción y para impulsar la innovación abierta, con la resolución de retos; encuentros para que las grandes empresas conozcan a habilitadores tecnológicos regionales; y jornadas formativas son líneas de actuación que avanzan.
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En la estrategia para abrir puertas en Europa a la industria militar de la Región tendrá un papel destacado Fernando López Miras. El presidente dirigirá una ponencia del Comité de las Regiones con el objetivo de dibujar la hoja de ruta de inversiones industriales y tecnológicas para mejorar las capacidades disuasorias de la Unión Europea.
Navantia y los S-80 marcan el camino a la industria militar
La industria de la seguridad y defensa en la Región tiene como abanderadas a la empresa cartagenera de acústica y electrónica submarina SAES, a la fábrica de munición Expal Propellant Systems, la antigua Santa Bárbara de Murcia, y sobre todo al astillero de Navantia en Cartagena. En su nave de armamento desarrolla el mayor programa de la industria militar española, el de los submarinos S-80, proyectados para la Armada pero pensados también para exportar. Con la primera de sus cuatro unidades ya en fase de entrada en servicio, la compañía pública busca compradores de submarinos en el extranjero. Una de sus últimas misiones comerciales fue recientemente en Polonia, país de la UE y de la OTAN que tras el cambio de tendencia ha reactivado su programa para dotarse de tres submarinos. Los competidores de Navantia también son comunitarios: la francesa Naval Group, la sueca Saab y la alemana TKMS. La fabricación de los S-80 tiene un impacto de 250 millones de euros en el PIB nacional, de los que 80 se quedan en la Región, un 4,5% de su PIB industrial. Navantia subcontrata gran parte de los trabajos de montaje, así como el diseño de algunos equipos y la asistencia a ingeniería a firmas de la comarca cartagenera.
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