Así se pueden evitar los fraudes inmobiliarios al alquilar un piso de estudiantes
La asociación Consumur ha publicado una guía de recomendaciones de cara al comienzo del próximo curso
P.S.M.R. / EP
Viernes, 29 de agosto 2025, 21:13
Apenas quedan dos meses para el comienzo del curso académico, y con él, la llegada de cientos de jóvenes que se embarcan en la difícil misión de alquilar una habitación. La Universidad de Murcia ha registrado este año 11.004 solicitudes de estudiantes procedentes de otros distritos universitarios que buscan matricularse en alguno de sus grados. Tal ha sido la demanda, que las peticiones de plaza de alumnos de otras comunidades ya superan a las de los residentes en la Región.
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Pero alquilar un piso o una habitación no es tarea fácil, y los universitarios son un colectivo especialmente vulnerable a las estafas y fraudes inmobiliarios. Aquellos que vienen de otras comunidades autónomas, además, no suelen contar con un respaldo familiar en la zona, y muchos de ellos ni siquiera pueden visitar la vivienda antes del inicio del curso escolar. Todo esto eleva la posibilidad de que se den de bruces con una estafa.
Así pues, con motivo del inicio del curso universitario, la Asociación de Consumidores y Usuarios en Red (Consumur) publicó una guía de recomendaciones sobre el alquiler de viviendas, con el objetivo de que los jóvenes arrendatarios conozcan sus obligaciones y derechos y evitar así que sean víctima de estafas inmobiliarias.
La asociación aseguró que los fraudes a través de páginas web de anuncios clasificados son los más habituales a la hora de estafar con el alquiler de una vivienda. Se recomienda que los arrendatarios se aseguren de quién es el propietario del inmueble antes de firmar el contrato o realizar cualquier transacción, para asegurarse de que no es un engaño.
También es importante recordar que la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) distingue entre arrendamiento de vivienda o arrendamiento para uso distinto del de vivienda. En este último se incluye el arrendamiento de temporada, que es el tipo de contrato más habitual en el caso de los estudiantes. El inquilino que firma un arrendamiento de temporada debe tener muy en cuenta lo pactado en el contrato en caso de que quiera renunciar al mismo antes del plazo acordado.
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La duración del contrato debe estipularse de forma clara entre las partes. Ya que suele coincidir con el curso académico (habitualmente, septiembre-junio), una vez cumplido el plazo, al tratarse de un arrendamiento de temporada, no hay posibilidad de prórroga legal salvo que se especifique lo contrario.
Ya que la Ley de Arrendamientos Urbanos no dice nada respecto al desistimiento del arrendatario en un contrato de temporada, este está sujeto a lo pactado. Es fundamental establecerlo de forma clara para evitar problemas futuros; si no se especifica, el arrendatario estará obligado a cumplir con el pago de la renta de todos los meses que alquiló.
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Hay que distinguir el alquiler de un piso por un solo estudiante, del que habitualmente responden e incluso firman los padres, y el alquiler a varios estudiantes. En el segundo caso es aconsejable que todos firmen el contrato y no solo uno, de tal forma que sean coarrendatarios y cada uno responda de la totalidad de la renta en caso de impago. Así, para cualquier acción relacionada con la vivienda, siempre será necesario el consentimiento expreso de cada uno de ellos y todos serán responsables legales.
¿Qué está obligado a pagar el inquilino?
En relación al pago de fianza, al no tratarse de un arrendamiento de vivienda, en el que se exige el pago de una mensualidad, la ley establece el pago de dos mensualidades. Además, el alquiler de temporada entre particulares está exento de IVA, por lo que el inquilino solo tiene que pagar al arrendador la renta pactada.
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Es importante verificar que el contrato no incluye cláusulas abusivas, ni se le atribuye al inquilino la responsabilidad de pagos que por ley no le correspondem, como seguro de hogar o gastos de comunidad. El inquilino sólo es responsable de aquellos gastos que puedan medirse con contadores individuales (agua, luz, gas, internet) y correspondan con su uso. En contratos de temporada, que suele ser lo habitual en estudiantes, los gastos de honorarios de la inmobiliaria sí corresponde asumirlos. Por si acaso, se recomienda que queden acreditados en facturas todos los pagos que se realicen.
Por último, para evitar sorpresas, antes de la firma del contrato se debe comprobar el estado de la vivienda, muebles, electrodomésticos y enseres, para verificar que se encuentran en buenas condiciones y evitar que posteriormente se responsabilice al inquilino de los daños o deterioros.
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