Vivir bien con demencia en una residencia

¿Cómo promover unos cuidados respetuosos y adaptados para las personas mayores con demencia? El equipo profesional de la Residencia y Centro de día Emera Murcia está trabajando para certificarse como «centro especialmente amigable con las personas con demencia». ¿En qué consiste?

Cuando llega el momento de buscar una residencia para un familiar o también para sí mismo, nos puede preocupar cómo está organizado el centro para atender a tantos perfiles distintos. ¿Con quién convivirá nuestro pariente? ¿Cómo los profesionales tendrán en cuenta sus necesidades? ¿Estará a gusto en su nuevo hogar?

«Cuando abrimos la residencia hace poco más de dos años, teníamos claro que queríamos defender un modelo de atención propio, distinto de lo que podíamos observar en España y que tuviera en cuenta estas preocupaciones», explica Enrique Sánchez Angostos, director de Emera Murcia. «Eso se ha concretado en la definición y acondicionamiento de espacios hogareños, así como en la creación de unidades de convivencia adaptadas a las necesidades de cada residente en función de sus características asistenciales y de sus preferencias. También, ha supuesto poner énfasis en intervenciones no farmacológicas, y formar y especializar a nuestros profesionales en la atención a las demencias».

El punto de partida de esta reflexión ha sido el modelo de cuidados en acompañamiento de Emera, cuya base es la atención integral centrada en la persona.

Este modelo implica que las intervenciones asistenciales del equipo transdisciplinar se apoyan en tres pilares fundamentales: un trabajo basado en la historia de vida de los residentes y usuarios de Centro de día, un trabajo que potencia la estimulación de los sentidos y un trabajo libre de uso de sujeciones.

«Nuestro propósito siempre es definir un plan de atención individualizada en colaboración con la persona mayor y su familia», añade Sánchez Angostos. Para ello, el centro trabaja también desde la realidad biopsicosocial del residente y del usuario de Centro de día con el fin de ofrecer una asistencia personalizada que le aporte una mejor calidad de vida.

Emera Murcia, como las demás residencias Emera, ha optado por ir más allá de estos primeros objetivos para lograr que el centro sea un hogar donde los residentes puedan vivir bien con su demencia.

Este colectivo precisa una atención específica que no sólo tenga en cuenta los síntomas de un posible malestar o de una alteración de conducta, sino también el entorno y los factores que los provocan. «Síntomas como la agitación, la ansiedad, la agresividad o la apatía suelen ser reactivos a aspectos ambientales, de trato y comprensión por parte de los profesionales y familiares. Observando con escalas de medición la aparición de estos síntomas podemos activar planes de acción colectivos e individuales para prevenirlos», manifiesta Sánchez Angostos.

Con la ayuda del doctor Antonio Burgueño, de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), Emera Murcia se ha marcado el reto de certificarse como centro especialmente amigable con las demencias, en el que una persona con demencia pueda recibir un trato empático, respetuoso, así como digno, y satisfacer necesidades o actividades significativas para ella, en función de sus roles de vida anteriores. Pueden ser, por ejemplo, actividades de la vida diaria realizadas de manera espontánea (prepararse un café, doblar la ropa, regar unas plantas, etc.) o relacionadas con su papel social y profesional previo.

Igualmente, esa persona cuenta con una estimulación continua y espontánea, y con apoyo para paliar las deficiencias que va adquiriendo en su proceso. Es también un centro donde realiza actividades específicas que ayuden en su patología como la musicoterapia, la terapia con muñecas o con mascotas robots dotados de inteligencia artificial, con el objetivo de brindarle estimulo emocional y cognitivo, mejorar su bienestar y promover la comunicación e interacción.

«Es un proyecto muy bonito e innovador al servicio de las personas más vulnerables de nuestra sociedad y trabajamos para que Emera Murcia pueda certificarse el año que viene», concluye Sánchez Angostos.

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