La carestía del combustible pone contra las cuerdas a los transportistas de la Región

Porque lo peor de todo es que estas subidas continuas del gasoleo no parecen tener solución a corto plazo, según advierten los expertos, sobre todo en un mercado energético con una gran tensión en su conjunto, más allá de los habituales elementos especulativos que influyen de por sí. Y es que el precio del barril de petróleo Brent para entrega en diciembre continuó ayer su tendencia al alza al subir otro 0,81% y cotizar a 85,58 dólares. Ante esta evidencia, el sector del transporte regional –referente en España en logística internacional en fresco– se prepara para lo peor.

«El margen resulta ya tan estrecho que, incluso, algunas firmas han empezado a trabajar a pérdidas para poder cumplir con los clientes. Pero eso no puede mantenerse pese al esfuerzo, así que de seguir todo así muchos no van a poder aguantar», lamenta Pedro Díaz, quien tiene claro que «al final no queda otra que repercutir la subida, lo que acabará por llegar al consumidor final».

Tampoco hay argumentos para el optimismo si se empieza a hacer realidad en breve el anuncio de próximas subidas del impuesto sobre hidrocarburos y el propio cuestionamiento desde Bruselas del gasóleo profesional.

Desde Froet apuntan a un promedio mensual de aumento del carburante de un 5,5% a lo largo del presente ejercicio. De esa forma, no sorprende que en la tabla de costes totales de un vehículo frigorífico articulado, el combustible ascienda de forma imparable hasta representar ya un 31,1%. «Hay que tener en cuenta que a principios de 2021, el precio del diésel profesional estaba a 1,14 euros», recuerda Díaz. Incluso, a mitad de 2020 estaba sobre los 0,99 euros/litro.

En este sentido, un servicio de transporte internacional, en el caso de no repercutir la subida, estaría en más o menos unos 330 euros de sobrecoste, tal como estimó la propia federación antes del verano, cuando denunció el panorama existente ante la descomunal escalada de precios.

Los transportistas autónomos, en particular, se enfrentan al panorama más negro, ya que su margen de beneficio desaparece prácticamente si no se corrige este desequilibrio. Los cálculos apuntan a su incremento adicional de los gastos anuales para estos trabajadores por cuenta propia por encima de los 5.000 euros. Desde una de las patronales nacionales, como Fenadismer, han llegado a estimar que el gasóleo ha sido la causa del 94% del incremento de los costes de explotación del transporte de mercancías durante este año.

Pedro Díaz asume que «al final es el mercado el que tendrá que regular», porque «es muy difícil seguir», aunque admite que «al estar ante un sector muy atomizado, frente a grandes cargadores, se hace muy difícil negociar».

Mientras, por lo que respecta a la incertidumbre sobre los procesos de descarbonización y la falta de alternativas claras al gasóleo, en la reciente asamblea de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), a la que pertenece la patronal murciana Froet, se alertó de la falta ayudas para la renovación de flotas.

A su vez, como el sector está limitado por el reglamento de 'minimis' –norma dictada por la Comisión Europea con la que fija el umbral absoluto de las ayudas económicas que los Estados pueden conceder a sus empresas– se entiende desde el sector que es «una incoherencia» al impulsar medidas medioambientales y luego no favorecer su resultado.