La liquidez de empresas y hogares de la Región de Murcia se disparó un 22% bajo los confinamientos
El capital disponible de los murcianos ya supera al que deben a los bancos por primera vez en cuarenta años
La pandemia se ha llevado por delante a docenas de empresas y arruinado a cientos de autónomos en la Región. Pero también ha contribuido al ... saneamiento financiero del sector privado. La liquidez acumulada en cuentas corrientes y de ahorro sumaba a primeros de julio la cifra récord de 25.173 millones de euros, un 22,4% más que al inicio del primer estado de alarma.
Tal 'estirón' –forzado por la semiparálisis del consumo bajo los confinamientos– aportó 4.618 millones más para ahorro, gastos e inversiones, de acuerdo con los últimos datos que maneja el Banco de España.
Para hacerse una idea, en marzo de 2013, en el peor momento de la anterior crisis, los murcianos tan solo disponían de 3.572 millones a mano para afrontar cualquier eventualidad bajo el lastre de una deuda global que ascendía entonces a 46.488 millones.
El dinero en cuentas corrientes y de ahorro aumentó en 4.618 millones y el adeudado, en tan solo 132
También han cambiado bajo la pandemia las preferencias en cuanto a productos financieros. Al capital del sector privado se sumaban al inicio de las pasadas vacaciones otros 2.961 millones que languidecían en depósitos a plazo, tras desplomarse su cuantía un 32% respecto al inicio de la pandemia (la fuga fue de 1.402 millones en ese lapso de tiempo). Es la cifra más baja desde marzo de 1995. Su momento de gloria se dio en septiembre de 2011, cuando ascendía a 15.447 millones. Ahora sufre una sangría hacia los fondos de inversión, cuyo patrimonio supera ya los 4.100 millones bajo el incentivo de un rendimiento medio de casi el 9% anual. Un dinero disponible para los cien mil ahorradores murcianos que optan por esta fórmula.
TRES REFERENCIAS
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29.997 es la deuda que acumulaban empresas y familias murcianas al inicio del pasado verano, solo un 0,44% más -132 millones- respecto a la que existía al inicio de la pandemia.
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25.173 millones es el dinero que estaba disponible en cuentas corrientes y de ahorro de las sucursales bancarias de la Región a primeros de julio, un 22,4% más que antes de la declaración del primer estado de alarma; esto es, 4.618 millones adicionales
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2.961 millones siguen en depósitos a plazo fijo, tras sufrir una sangría del 32% desde que se declaró el primer estado de alarma en favor de fondos de inversión, (ya superan con creces los 4.000 millones), seguros de ahorro y planes de pensiones.
Pero lo más relevante es que el endeudamiento del tejido empresarial y de la sociedad murciana apenas se inmutó tras los peores momentos de la pandemia. El pasado verano arrancó con 29.997 millones de euros pendientes de cobro por parte de los bancos, solo un 0,44% más que al inicio del primer estado de alarma. El impacto del coronavirus apenas ha alterado el desapalancamiento del sector privado que se inició en septiembre de 2012. La losa del endeudamiento pesaba entonces 47.229 millones, pero en marzo de 2020 estaba en 29.865: se había devuelto uno de cada tres euros.
Sin embargo, la necesidad de dinero ante una actividad paralizada por la pandemia forzó a autónomos, microempresas y pymes a pedir créditos, al igual que familias que vivían al día y eran golpeadas por los expedientes de regulación temporal de empleo. Al término del primer estado de alarma, en junio de 2020, el saldo aportado por las entidades bancarias a sus deudores se había incrementado en 658 millones.
Pero a partir de ese momento la deuda volvió a descender tras agotarse la cobertura especial del ICO y reactivarse la actividad económica. Las familias dedicaron sus ahorros a amortizar créditos a la espera de que acabara el segundo estado de alarma. Por otro lado, muchos agricultores se quitaron cargas de encima con los beneficios de sus cosechas.
Equilibrio
Al final, el segundo semestre de este año se inició con un 'debe' en empresas y familias de tan solo 132 millones más respecto al inicio de la pandemia (+0,44%). Los 29.997 millones resultantes suponen el nivel de deuda más bajo desde septiembre de 2005.
Como contrapartida, la suma de todos los depósitos abiertos en las 648 sucursales bancarias de la Región –incluyendo los de plazo fijo– ascendía tras el fin del segundo estado de alarma a 28.134 millones. Si a esa cantidad se suma la de los fondos de inversión (4.100 millones), el resultado es que ya hay más liquidez disponible que dinero adeudado a los bancos, algo que no sucedía en Murcia desde principios de los años ochenta.
El Banco de España descarta que las entidades financieras realicen cambios «significativos» en la oferta de préstamos en lo que queda de año. Sí detecta un incremento de los márgenes aplicados en préstamos a pymes debido a una menor tolerancia hacia los riesgos; sobre todo, ante los actuales problemas de aprovisionamientos de materias primas y logística.
Respecto a los hogares, el Banco de España resalta que las condiciones se han relajado este otoño debido a la competencia en la oferta de hipotecas y, sobre todo, en la de préstamos al consumo, donde cada vez cobra mayor peso la neobanca 'online'.
Los depósitos mantienen la confianza de los ahorradores
El 60% de los ahorradores contratan productos financieros a través de sus oficinas bancarias, lo que supone un descenso de diez puntos porcentuales respecto a antes de la pandemia, según el último barómetro de la patronal Inverco, efectuado a partir de 1.400 encuestas, parte de ellas en Murcia. Tal bajada contrasta con el aumento del recurso al asesor telefónico (pasa del 6% de 2019 al 15% en este ejercicio) y de plataformas de internet, que experimentan en el último bienio un aumento de cuatro puntos, hasta el 16%. El resto se efectúa por medio de asesores financieros no bancarios, que canalizan el 9% de los contratos.
Otras conclusiones de este sondeo reflejan que se sigue confiando en los depósitos a la hora de ahorrar, con un 86% de las preferencias, mientras que un 54% también se decanta por planes de pensiones como opción secundaria y un 40%, por fondos de inversión. Entre los motivos para ahorrar que manifestaron los encuestados por Inverco, el 38% (ocho puntos más que en 2019) indica que lo hace para contar con un remanente para imprevistos, seguida de la necesidad de complementar la jubilación, señalada por el 24%, y de hacer crecer el capital sin un fin determinado, escogida por el 21% (cinco puntos menos que hace dos años). El aumento del ahorro a largo plazo es otra de las tendencias que arroja el estudio, ya que ha pasado del 35% al 49% bajo la pandemia.
El 44% de usuarios de banca elevaron su liquidez bajo los confinamientos, tendencia que se acrecentó entre las generaciones más maduras. De ese porcentaje, el 35% derivó el dinero sobrante hacia cuentas de ahorro; el 13%, hacia fondos de inversión, y el 9%, hacia planes de pensiones. El resto está en cuentas corrientes.
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