Grasas Martínez, caso de éxito en la revalorización de productos cárnicos

La economía circular, la gestión de los residuos, el reciclaje, la revalorización y el cuidado del medio ambiente son conceptos que forman parte del ADN de las empresas que conforman el Grupo Grasas Martínez. De hecho, lleva más de 50 años aplicando en su actividad criterios de sostenibilidad con el objetivo de proteger el entorno y sus recursos.

Al frente de este negocio familiar está Mari Martinez, actual CEO y tercera generación, con un liderazgo marcado por la mejora continua y una definida visión de futuro. Su dirección supone todo un hito, tanto para la compañía como la propia industria, ya que se trata de una mujer pionera en un mundo, históricamente, en manos de hombres. «Llevo muchos años siendo la única mujer en el sector, y afortunadamente en los últimos años se van incorporando algunas más», reconoce la empresaria.

Grasas Martínez, ubicada en Abanilla, está especializada en la revalorización de productos cárnicos, con el fin de evitar al máximo el desperdicio de material orgánico animal, que de otra manera pasarían a ser un residuo. Para ello, cuenta con dos plantas de procesado que están homologadas por la Comunidad Autónoma y siguen exhausticos controles de seguridad e higiene. En una se elaboran grasas y harinas de gran calidad destinadas a la alimentación animal mediante subproductos procedentes del sacrifico de la cadena alimentaria. De este modo, «en vez de ser un desecho, se convierten en fuente de proteínas totalmente inocuas y 100% naturales destinados a alimentos para mascotas», agrega.

Y en la otra, donde se procesan residuos cárnicos que no valen para consumo humano ni para animal, se fabrican grasas, empleadas para la fabricación de biodiesel, y harinas, que son utilizadas en la producción de cementos. Bajo la firma Tratamientos Biotérmicos, el grupo empresarial también gestiona la retirada de animales muertos en explotación e incluso aquellos cadáveres de animales arrastrados por las lluvias, evitando un problema de salud pública, a través de camiones y empleados especializados para retirar estos residuos. «Mediante tratamientos reglados transformamos estos residuos en productos inocuos capaces de ser revalorizados por otras empresas», explica.

La fortaleza de Grasas Martínez se sustenta, en parte, gracias al rigor de su departamentos de Calidad e I+D+i, que trabajan sin descanso para cumplir todos los controles y así abastecer un mercado cada vez más exigente en materia de alimentación animal. Al respecto, el grupo cuenta con una amplia cartera de clientes a nivel nacional e internacional, con una fuerte presencia de grandes marcas europeas dedicadas a la producción de alimentos para animales.

Además, sus laboratorios tienen el firme compromiso de diseñar e introducir nuevas formas para revalorizar los residuos, así como nuevas técnicas para mejorar día a día. Como muestra de su apuesta por la I+D+i, la compañía instaló termodestructores de olores y vahos y el sistema Oxidor para utilizar las aguas de subproducto cárnico para generar vapor, aprovechando así el agua que forma parte de la materia cárnica. «Tenemos un compromiso claro con el medio ambiente y la sostenibilidad», recala Mari Martínez, CEO de Grasas Martínez.

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